✧ Capítulo 41 ✧

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41||Diez, siempre un diez.||

All of the girls you loved before -
Taylor Swift.

Nos vemos mañana en el epílogo. ❤️

~Diciembre~

Davinia:

Había llenado la memoria de mi tableta de dibujo de tantos bocetos que hice a medias y que terminé descartando.

Ninguno me convencía. No recordaba lo autoexigente que podía llegar a ser cuando se trataba de exponer un cuadro, pero definitivamente hubiese vivido mejor sin revivir ese detallito.

Pero la niña quería vivir del arte ¿Cierto?

Estuve a tan solo un boceto más de llamar a Lawrence y decirle que no participaría, el estrés me estaba dejando calva. Había cabellos rojizos por toda la casa, en el suelo, en los sillones, incluso en la ropa de los chicos, no sabía cómo habían terminado allí ni tampoco pregunté cuando River me dijo que se había sacado un rizo del trasero. Básicamente me convertí en la mascota con problemas de perdida de pelo del lugar.

Pero de no ser por ellos cuatro, a quienes tuve en todo el proceso pegados a mi espalda como si fuesen garrapatas, habría tirado la toalla. Eran incluso más persistentes de lo que hubiese creído, pero al parecer no aceptarían que me rindiera.

Una amenaza sobre hacerme la ley del hielo por todo un año estaba sobre la mesa. Sí, manipuladores de mierda.

¿El tema de la exposición? La perdida.

Es que era incluso chistoso que precisamente ese fuese el concepto por seguir.

Tenía que haber sido fácil. Tuvo que parecerme como un paseo en el parque, ligero y divertido. Pero no, fue todo lo contrario.

La conclusión a la que llegué antes de que la inspiración realmente me golpeara, fue que me había bloqueado de tantas veces que plasmé en un lienzo el vació que tenía en el pecho.

Y creí que ese fue el punto de quiebre de mi vida.

Uno no podía vivir exprimiendo algo sin cesar, en algún momento el recurso se terminaría. Ya fuese un recuerdo, una prenda de ropa, un sentimiento, he incluso una persona. Las cosas no eran infinitas.

Y el dolor tampoco.

Todavía había mucha tristeza que necesitaba sacar, por supuesto, frustración también y quizá incluso enojo, ¿Pero dolor? Noup, cero, ni siquiera las imágenes tristes que busqué en Pinterest me funcionaron de inspiración.

No comprendí por qué algo con lo que viví por tanto tiempo aferrándose a mi pecho, de repente se rehusó a que lo utilizase una vez más.

Pensar en formar una idea en base al dolor tenía todo el sentido del mundo.

Me sentí realmente derrotada y confundida. Lloré de frustración y estaba muy enojada conmigo misma, incluso el impostor hizo su aparición estelar, provocando que dudara hasta de la forma en la que sostenía un pincel.

Y después de casi dos semanas de agonía, a tan solo tres días de la fecha de entrega sucedió.

Estaba en el salón, acurrucada en el sofá de tres plazas al lado de Nash, mientras veíamos una película extranjera —no recordaba el nombre ni quien la había elegido exactamente—con los chicos, cuando Lele dijo:

—Está de la mierda cómo cuando cambias nadie se da cuenta hasta que tu nuevo yo, choca con el que ellos conocieron y no quieren soltar.

Me incorporé de golpe.

Cruza la línea.  (Del uno al diez) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora