✦ Epílogo ✦

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Nota: nos vemos en el libro de Jay y Ronnie, lo tendrán disponible en una hora. 💗

Cinco años después, septiembre del 2026.

Electric touch - Taylor Swift. Fall Out Boys.

Nash:

Lo único que se antes de que abra los ojos por completo, es que necesito piernas nuevas.

Nunca pensé que tras tres años en la NHL llegaría a hartarme del dolor muscular por el exceso de esfuerzo, quiero decir, no ha pasado, pero fácilmente podría suceder mañana.

La noche anterior sobreviví a uno de los entrenamientos más jodidos en la historia, y en vez de dirigirme directamente al gimnasio de la casa para llenar la tina de agua fría con hielo y dormirme los músculos, caminé hasta el final del pasillo y abrí la puerta con nubes y ángeles pintados.

No se me conocía particularmente por ser una persona silenciosa o delicada, en especial cuando venía de un día duro, pero en cuanto los dos pares de ojos más bonitos del mundo me miraron y brillaron en reconocimiento, todo lo que hice y viví desde que nací hasta ese momento, valió la pena.

Hacía casi dos años solía decir que uno de mis mayores logros de vida había sido ser el primero en el año de mi draft.

A pesar de que pude haberme salido de la universidad un año antes de terminar la carrera, opté por no hacerlo porque lo cierto es que quería aprovechar hasta el último día en Watson, incluso si eso significó que tendría que asistir al draft como agente libre.

Una temporada después, cambié esa historia por la de la final en la que gané con los Devils y pude tachar en mi lista mental de metas "Ganar la copa Stanley" fue satisfactorio. No cualquiera coronaba el campeonato de hockey más importante en su primer año de profesional y encima lo nombraban el goleador de la temporada.

Lo último tuvo todo que ver con una apuesta que hice con Savy y nada que ver conmigo. Quizá si no hubiese aceptado el reto, no hubiera tenido tantas ganas de superarme a mí mismo y demostrar que por algo estaba en la NHL, que no solo era una cara bonita más.

¿Pero ahora? Ahora de verdad que sé que mi mayor logro en la vida, fue casarme con la pelirroja que sostiene a nuestro niño grande en sus brazos y me sonríe mientras hace una señal para que entre a la habitación del polizón.

O como Jay la llama, la mazmorra de Don Manipulador y sus secuaces.

Basta decir que los cuatro teniendo varones como primer hijo, no fue algo que ninguna de nuestras preciosas damas festejara como nosotros. Una noche en Las Vegas que terminó con River casi preso, Lele a punto de un coma etílico, Jay perdiéndonos por la ciudad y yo vomitando hasta mi alma, fue la forma en la que pudimos gritarle al mundo que tendríamos cuatro hijos con sólo días de separación.

Si nos hubiéramos puesto de acuerdo, seguro que no nos salía.

—¿Qué tal el entrenamiento, Cap?

—Tan de la mierda como te puedes esperar —Hace una mueca de desagrado y mira a Daring que está atento a nuestra interacción, me tomo el tiempo necesario para sentarme en el suelo frente a ambos y mentalmente me maldigo por el dolor que siento en los músculos, sí, me va a cobrar factura por la mañana—, ups, mala palabra.

—Contrólate hombre grande, aquí tu hijo está comenzando a intentar repetir todo lo que escucha.

—¿Lewis ya consiguió que los gemelos digan la palabra con F?

Cruza la línea.  (Del uno al diez) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora