6 || No sé qué signo seas, pero me das vibras de estúpido||
Stressed Out - Twenty One Pilots.
•Davinia:
No existía nada peor que la semana de orientación.
En especial si venía de la mano de días lluviosos y platicas extensas, que solo me hacían querer cortarme las orejas con una tijera. Eran obligatorias para cualquier nuevo ingreso, aunque la mayoría eran de primero.
No supe cómo no me quedé dormida en medio de una charla sobre lo afortunados que éramos por estar en esta universidad, seguramente se lo debía a los cafés cargados que River dejaba listos para mi todas las mañanas, desde hacía exactamente una semana.
Se convirtió en mi persona favorita por ello, no solo los servía en un termo para que pudiese traerlo conmigo a la facultad, sino que también me dejaba notitas pegadas deseándome un buen día.
Todo un ángel.
No había visto a ninguno de los chicos desde el desastroso regreso del bar, ni siquiera el domingo por la mañana.
¿A dónde habían ido? Estaba segura que era mejor no saberlo ni averiguarlo.
Terminar traumada tan pronto no era algo que particularmente llamara mi atención a decir verdad.
Leo tenía razón, su agenda era la mierda de ocupada, y nuestros horarios solo coincidían los miércoles y jueves; pero cuando ellos llegaban, yo ya estaba encerrada en mi habitación obligándome a no salir a menos que mi vejiga entrara en acción, y sufriera el riesgo de que me explotara internamente y terminara en el medico.
Y honestamente no me apetecía para nada ser la chica que se quedaba sin vejiga por andarse aguantando las ganas de hacer pis, podía querer evitarlos, pero tampoco era para atentar contra mi salud.
Era oficialmente mi primer día, y la idea de ser la nueva me daba ganas de gritar. Lo detestaba, no había nada en el mundo que odiara más —aparte de la cebolla— que ser la recién llegada.
La primera clase era Sociología del arte, y aunque Tara me había cotilleado con un poco más a detalle sobre el modus operandi de Watson, hubiese deseado que no lo hiciera. Dejó la vara demasiado alta para mi gusto con tantos halagos.
El problema es que no me gustaba tener expectativas. No me gustaba nada en realidad. Era más fácil decepcionarte de algo o alguien si ya ibas con una idea predispuesta en la cabeza.
El bien de mi salud mental dependía de no tener una crisis existencial que me hiciera replantearme todo mi futuro
Eran cuatro edificios grandes pegados uno con otro de aspecto rustico, había un área verde gigante enfrente, con árboles y bancas alrededor. La sala de proyecciones por otro lado se extendía en U, con hileras sin casi nada de espacio, enfrente el escritorio del profesor, y detrás, una pizarra gigantesca para que incluso el alma más alejada pudiese ver las anotaciones, a menos que el docente escribiera del tamaño de una hormiga, en todo caso, que horror.
Elegí una de las filas de en medio, ni muy cerca, ni muy lejos. Mejor empezar bien el primer día, el segundo quien sabe, lo dejaba a manos del destino.
Vagué por redes sociales mientras la sala comenzaba a llenarse, Drake había subido una nueva foto a Instagram con el equipo, festejando su última victoria.
Harvard y Watson eran los más fuertes de esta temporada —al igual que el año pasado y el anterior a ese—, también estaba el Unite Jersey que al parecer había mejorado en el verano, al punto de estarles pisando los talones; los tres iniciaron con su primer partido ganado tres a cero, y sospechaba que aunque ninguno de los tres hubiese jugado contra el otro, cuando llegara el día, las pistas serían un campo de guerra.
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Cruza la línea. (Del uno al diez)
Roman pour AdolescentsSalir con la hija del entrenador, era lo único que no debía hacer. Mi temporada como capitán por fin había llegado, y no había nada que me importara más, que demostrar que lo merecía. Primero el hockey y después la universidad. En ese orden, las d...