✦ Capítulo 10 ✦

21.5K 1.5K 329
                                    

10|| El tequila es el mejor amigo del hombre.||

Can't be tamed - Miley Cyrus

Davinia:

Nunca me había sentido como la tercera rueda.

Cuando Tara y Jordyn llegaron a mi vida —a pesar de ellas ya tener una amistad—, me hicieron sentir cómoda, especial, querida e igual de importante.

Había cosas en las que encajábamos más Jordyn y yo, otras en las que se entendían mejor ella y Tara, y unas distintas en las que Tara y yo éramos totalmente idénticas.

Ese era el problema principal teniendo un grupo de tres. O las tres son muy afines, o siempre habrá una que se sienta excluida.

Y, después de casi trece años de amistad, por primera vez me sentí apartada.

Era normal para nuestra amistad ir a los partidos de hockey en los que mi padre era entrenador. Por muy mal que me llevase con él, y por pésimo que les cayera a ellas, me gustaba el deporte, y me encantaba como dirigía a sus chicos.

Sería muy mala hija si no aceptaba que era bueno en lo que hacía.

Mas le valía, me había descuidado a mí y a mi madre por años, justamente por el hockey, y a pesar de que al parecer a mi madre eso jamás le afectó y siempre intento comprenderlo, para una hija en crecimiento, es simplemente difícil entenderlo.

Pero, hablando de la distancia, ahora estaba al tanto de lo mucho que nos había dañado a las chicas y a mí. Quizá siempre fue así y yo nunca me di cuenta, y, si ese era el caso, no deseaba sobrepensar en ello en este momento.

No era al lugar y mucho menos la ocasión.

Tampoco deseaba ponerme a llorar, la máscara de pestañas se me correría y terminaría con el aspecto de un mapache, y con lo caro que era el maquillaje, no me podía dar el lujo de desperdiciarlo así.

Yo y las ahorrativas cuando...

—Oye ¿Te encuentras bien? —preguntó Riba mientras entrabamos a su pequeño auto color rosa—. Te ves un poco ausente.

—Sí, solo... estaba pensando en otra cosa. —admití mientras me ponía el cinturón de seguridad.

Riba tenía el cabello rubio brillante. Unos ojos grises mortales y un estilo clásico formal precioso.
Llevaba un traje hecho a la medida color beige, y debajo un top color azul celeste que hacía que su pálida piel resaltara.

Era igual a River.

—¿Es sobre tus amigas?

—¿Cómo...?

—Por la forma en la que dijiste hace unos minutos que ellas estaban ocupadas y la forma en la que tu estado de ánimo decayó, pude deducirlo.

Aparte de guapa, lista.

—Bueno, sí, ellas son un poco la razón.

—Puedes contarme, si quieres y te sientes cómoda. —dijo con una sonrisa tímida.

No parecía del tipo de persona que iría por allí contando los secretos de los demás, pero con los desconocidos nada era certero.

Aun así, no supe si fue la conmoción de lo que sentía por las chicas, o por el hecho de que Riba me aspiraba confianza, pero me entraron unas ganas gigantes de contarle.

—Me han cancelado.

—Oh... eso es... —Se detuvo para arrancar y salir del aparcamiento—. Estoy buscando palabras amables para responder, pero honestamente nunca me ha salido ser amable, así que te voy a ser directa, está jodido.

Cruza la línea.  (Del uno al diez) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora