Parte sin título 35

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Sin pensar mucho el duque entro al cuarto.

- Te sientes mejor ahora.

- Estoy bien, no te preocupes demasiado, pero sabes porque me atacaron, son los mismos de la otra vez, tu dijiste que sabias quien era, dime por favor, porque me hacen esto, prometiste que no nos ocultaríamos nada. –decía Micaela.

El duque se tardó en responder, pero comenzó a hablar.

- Es algo extraño de contar, pero te diré lo que se, sabes que mi familia no puede usar a los sanadores, eso es porque desde varias generaciones hemos matado a muchas personas, sean enemigos o aliados, incluso hemos matado a sanadores, pero esa fue mi familia, aunque yo solo mate a enemigos, mi apellido está considerado como asesinos que matan por placer, los sanadores solo necesitaron una pequeña excusa para prohibirnos curarnos con ellos, mi familia lo acepto, pero debido a la guerra ellos sufrieron heridas graves y ningún sanador lo curo debidamente, lo que ocasiono que fueran muriendo, quedando solo yo y un tío, pero él no vive cerca de aquí, vive por el norte, desde niño yo supe la importancia de los sanadores, todos lo sabemos, un doctor no se compara con un sanador, por eso después de la muerte de Miriam, busque a un sanador y tu apareciste, la primera vez que te vi, me encantaste, y luego de hablar me propusiste un trato, aunque los sanadores se opusieron al principio por nuestro matrimonio, lo aceptaron al final.

- Hay algo que no entiendo, porque te permitieron casarme contigo. –decía Micaela

- Parece que mi esposa perdió la memoria, tú eras considerada como la sanadora más tonta, a pesar de que tus padres eran sanadores, no tenías tal poder, y no muchos te ofrecían matrimonio y no podían pagar el precio, pero yo sí, aunque ellos pidieron mucho dinero, yo lo pague, y nos casamos, ellos pensaron que quizás tu nunca podrías ser una sanadora, por eso al final aceptaron casarte conmigo, un duque asesino y una sanadora que no cura, es una hermosa pareja, eso debieron pensar. –decía el duque algo triste

- Me alegra haberme casado contigo y no me arrepiento, tu tampoco debes sentir tristeza por no tener sanadores en la familia. –decía Micaela mientras abrazaba al duque.

- Pero y si te pasa algo, como te curare.

- No te preocupes, tu siempre me cuidas y Arthur también, nada me pasara, pero tú me debes prometer que te cuidaras y entrenaras mucho, para no morir al menos no dentro de 5 años. –decía tristemente Micaela

- Yo no moriré, siempre te cuidare.

El duque no entendía porque Micaela le decía eso, pero, Micaela tenía miedo del futuro, ¿y si el duque moría?, como podría ella seguir viviendo tranquilamente. Pero después recordó algo importante de preguntar.

- ¿Entonces sabes quién me ataco y porque lo hacen?

- Eso es lo que quería decirte, los que te quieren matar son los mismos sanadores.

Micaela estaba con una cara de duda, porque los sanadores la quisieran matar, el duque noto su duda y respondió.

- Ellos planean eso porque, te quieren de vuelta, al parecer no están naciendo más sanadores, y piensan que tu quizás si te casas con otro sanador podrías dar a luz a un sanador. –decía el duque algo disgustado.

- ¿Me quieren casar con otro?, ellos están mal de la cabeza, porque razón regresaría con ellos, ¿y porque me quieren matar si me quieren para embarazarme?

- Tienen miedo que nazca un sanador en la familia, se puede decir que piensan que si nace un sanador en la familia ya lo tendré todo, aun ahora que no hay heridos en mi familia, nunca he llamado a un sanador, pero si te hiriesen y necesite llamar a uno, ellos me pedirían demasiado, pero haría lo que sea para salvarte. - decía el duque mientras abrazaba a Micaela.

- No te preocupes nadie me va a lastimar.

Esa noche mientras el duque dormía aferrándose a Micaela, ella no podía dormir, intentaba recordar algo del libro para que le pueda ayudar, pero no hay tal cosa, ahora la historia está cambiando.

- Solo debo recordar cosas puntuales de la novela, porque la historia está cambiando, primero proteger al duque, luego que Denis y Esteban no se enamoren de la princesa, aún faltan años para que nazca esa belleza y una vez que la vea seguro que soltara veneno. - pensaba Micaela.

Después de pensar de más Micaela se durmió.

Conforme pasaban los días Micaela intentaba nuevas recetas y el chef anotaba todo, los días transcurrían tranquilos, un día llego la duquesa Dafont para hablar con Micaela.

- Ya casi tenemos todo para abrir solo falta algo importante.

- Pero que es lo que falta, pensé que ya estaba todo listo. –decía con duda Micaela

- El nombre, aun no le puse un nombre al local, por eso quiero que tú te encargues de eso, es algo muy importante.

- ¿Un nombre?, pero si es tan importante porque me lo dejas a mí. –decía preocupada Micaela.

- No te presiones y piensa en un nombre, todo lo que se te ocurre sale bien, por eso te lo encargo, si se te ocurre algo, me lo puedes enviar por una carta, ya casi estamos listos para abrir. –decía entusiastamente la duquesa Dafont.

Después de decir eso la duquesa Dafont se quedó un rato más a hablar con Micaela y jugar con Esteban, mientras Micaela seguía pensando en el nombre.

Todo el día Micaela seguía pensando en que nombre ponerle, pero no se le ocurría nada. En la noche el duque vio preocupada a Micaela.

- Que es lo que te preocupa tanto, me lo puedes decir. –decía el duque mientras besaba la frente de Micaela

- Tengo que pensar en un nombre para el local.

- Entonces llámalo como más te guste, no te tortures por esas cosas. –decía de forma relajada el duque.

- No entiendes que el nombre es muy importante, no se le puede poner así nomas – decía Micaela de forma molesta-, porque me haces renegar.

El duque se dio cuenta que estaba molestando a Micaela asi que solo se fue a sentar al sofá y dijo de forma seria.

- No te quise molestar, solo no te preocupes tanto, para poner el nombre piensa en algo que te guste, algo que cuando lo escuches te haga feliz.

Micaela solo miro al duque y se quedó pensando.

- Algo que me haga feliz, que puede ser, ni siquiera en mi otra vida pensé en un nombre para mi hijo, solo recuerdo a Sol, espera Sol. –pensaba Micaela de forma alegre.

Entonces Micaela ya sabía cómo se debía llamar.

- Encontré el nombre perfecto. –decía Micaela con una sonrisa

- ¿Me lo puedes decir? –preguntaba el duque de forma nerviosa

- Te lo diré, pero no te rías, se llamar Sunli, que te parece.

- ¿Sunli?, creo que es un nombre único, como pensaste en eso.

- Es un secreto, mañana temprano escribiré una carta a la duquesa.

Después de decidir el nombre Micaela descanso tranquila, para pensar en el nombre solo escribió algunas palabras en inglés y las combino.

- Sol en inglés es sun, y vive es live, pero si pongo sunlive, suena raro además que quizás lo pronuncien mal, mejor le pongo Sunli, asi cuando lo vea siempre recordare a Sol. -Pensaba Micaela.

Cuando Micaela despertó se sentía renovada, lo primero que hizo fue escribir una carta a la duquesa Dafont, una vez terminada la carta mando a Ivon a enviar la carta.

Luz de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora