Parte sin título 28

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Los niños aceptaron lo que les dio la sirvienta, pero Arthur le pregunto a Denis.

- ¿Por qué una sirvienta esta despierta hasta tan noche?, es raro

- La mayoría sabe que practicamos hasta tarde, por eso son más comprensivos con nosotros, pero hoy es un día de reunión. –decía Denis de manera misteriosa

- ¿A qué te refieres con un día de reunión? –preguntaba Arthur

- Es la reunión mensual de los sirvientes, ellos se juntan para conversar acerca de los sucesos más importantes que has ocurrido en la casa, como para intercambiar opiniones y demás. –decía Denis.

- Eso me suena a chisme que comparten entre ellos. –decía Arthur

- Yo también pensé eso, pero la vez en que se fue la duquesa hicieron una reunión de emergencia, los sirvientes tenían muchos contactos, y también poseen información importante de las otras familias. –aseguraba Denis.

- Ummmm, tienes razón, pero eso no les quita lo chismoso.

- Creo que tienes razón, pero las que más saben son las empleadas, ellas saben cada cosa, es bueno tenerlas de nuestro lado. –decía Denis

- Tienes razón, mi madre también disfruta hablando con ellas.

- Ahora que lo mencionas, escuche en la cocina que va a realizarse una práctica de espadas, o eso me dijeron, pero le pregunte a Jhon acerca de eso y me dijo que no hay nada seguro, pero las empleadas me aseguraron que si iba a realizarse y que me preparara. –decía Denis

- Las empleadas tienen buena información, creo que escuche algunos rumores, es mejor prepararnos. –decía Arthur mientras se levantaba.

Ambos niños se dirigían a sus cuartos, cuando escucharon los pasos de varios sirvientes, entre ellos caminaban tanto hombres como mujeres, pero lo que más le sorprendió fue ver a Jhon entre la multitud. Arthur y Denis lo miraron atentamente, Jhon al percatarse de su mirada se sonrojo.

- Parece que a los hombres también les interesan algunos chismes. - Decía Arthur.

- Tienes razón. –asentía Denis.

Ya en la mañana todo transcurría normal, cuando llego una invitación para el duque.

"Se le invita a la familia del duque a un torneo de duelos, para elegir a los nuevos y futuros talentos del país, pueden asistir la familia del duque o sus caballeros, esperamos su amable participación"

Eso es lo que decía la carta y el duque la leyó en voz alta para que todos la escucharan, tanto Micaela como los sirvientes estaban emocionados.

- Arthur, has escuchado, es una competencia, tienes que participar, y también Denis, ambos tienen que quedar en un buen lugar. –decía Micaela emocionada.

- Si madre, no te preocupes, yo ganare por ti. –decía Arthur con una gran sonrisa.

El ambiente de la mansión cambio, todos se sentían emocionados y alegres.

- El joven maestro puede ganar el primer premio. –decía un sirviente.

- Denis también puede lograr el segundo puesto o quizás ganar. –decía otro sirviente.

- Si el joven Esteban tuviera la edad necesaria también participaría, es una pena que sea un bebe. –decía una empleada.

- No importa quien gane, lo importante es que la casa se llevara varios premios, nuestro nivel será superior. –dijo una empleada alegremente

Arthur escucho esto de forma rara, pero después se lo iba a preguntar a Denis, Denis también estaba emocionado, el duque solo se quedó viendo a Micaela, que estaba muy alegre y emocionada.


Aún faltaba una semana para la competencia, pero Arthur y Denis practicaban sin descanso, cuando una noche Denis busco a Arthur.

- Psss, Arthur, necesito que me sigas, te tengo que contar algo. –Decía Denis de manera misteriosa.

- ¿Qué es lo que me vas a decir?

- Bueno, en realidad no soy yo, las sirvientas me dijeron que querían hablar conmigo y contigo. –decía Denis.

- Es raro.

Ambos niños se dirigieron a la cocina, hay los esperaban varias empleadas, incluida Ivon, y también estaba Jhon.

- Parece que te gustan los rumores. –decía Arthur mientras miraba a Jhon.

- No es lo que piensas, es otra razón. –respondía Jhon.

Mientras hablaban, una empleada sirvió leche tibia con galletas.

- Coman mientras le comunico a que vinieron, para empezar, el hijo del emperador va a participar, no creo que sea un inconveniente para nuestro joven señor, el problema es Drake, es hijo del marques Bentz, tanto padre como hijo son unas basuras, usaran cualquier trampa para ganar, los demás son participantes normales. –decía una empleada.

- ¿Cómo sabes esa información? –preguntaba Arthur

- Son fuentes muy confiables, no tiene que dudar. –respondía la empleada.

- Alguna vez has trabajado para el duque Bentz, Lucrecia (así se llamaba la empleada)

- Si, lastimosamente, cuando trabaje con ellos me maltrataron, pero lo que me colmo la paciencia fue su hijo mayor, él incluso quiso..............

Lucrecia ya no podía continuar hablando porque las lágrimas caían de su rostro, cuando otra empleada la abrazo, después prosiguió hablando.

- Pero ahora ya estoy en un lugar mejor, y me tratan como se debe, soy muy feliz de trabajar aquí, dándole información es en lo único que le puedo ayudar, joven maestro –decía Lucrecia.

- No tienes que preocuparte, gracias por la información, me será muy útil. –decía Arthur con una sonrisa.

Ya cuando salieron de la cocina Arthur y Denis, comenzaron a charlar entre ellos.

- Tenemos que conseguir los primeros lugares. –aseguraba Denis.

- Eso tenlo por seguro. –decía Arthur.

- Fue buena la información que nos dieron, también fue agradable su atención. –Hablaba Denis con una sonrisa.

- Sabes, creo que antes los sirvientes me tenían miedo, pero después del cambio de mi madre todo cambio, me siento más feliz, mi madre también me dijo que los sirvientes son parte de nuestra familia, y a mi familia nadie la humilla, ten por seguro que cobraremos venganza por Lucrecia. –decía Arthur.

- Tienes razón, cualquiera que luche con él, tiene que hacerle sentir el verdadero sufrimiento. –decía Denis.

Ambos niños asentían y aseguraban que ganarían ese duelo, pero lo que no se percataron era que Jhon los estaba escuchando.

- Esos niños son tan seguros de sí mismos, pero me agrada lo que dicen, mientras no se sobrepasen está bien, unos cuantos golpes no matan a nadie, mientras sepan a donde golpear, o mejor dicho les enseñe, ja jajá. - decía Jhon con una sonrisa maliciosa.

Los días en la casa transcurrían muy animados, Micaela hablaba con las empleadas acerca de algunos preparativos, Jhon se encargaba de entrenar a los niños sin cansancio, a veces el duque también ayudaba con el entrenamiento, pero no era a menudo, solo cuando Micaela se lo decía.

Luz de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora