Parte sin título 4

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Al día siguiente vendaron el brazo de Micaela, ella se sentía sin energía, tan cansada y con un dolor terrible, se podía ver el malestar en su cara. Sol llego temprano y trajo chocolates para invitar.

- Buenas a todas, he traído chocolate para que se recuperen, espero....

La hija de Luisa se acercó con total confianza y comenzó a comer.

- Muchas gracias, te ayudare a repartir.

También invitaron a las enfermeras, todo parecía ser un día normal, solo era ver el malestar de Micaela.

- Te sientes mal, ¿quieres que llame al médico? - preguntaba Sol preocupada a su amiga

- No te preocupes a veces me duele la cabeza, voy a estar bien, este chocolate me va a ayudar a sanar, cuando me recupere invítame a la cafetería a tomar chocolate caliente y comer donas, se me antoja mucho.

- Claro, por supuesto, comeremos muchas donas cuando te recuperes, y también invitaremos a Luisa y su hija.

Ambas asintieron felices, en ese momento Sol saco su celular.

- Vamos a tomarnos una foto, todas, comiendo chocolate.

Micaela parecía querer negarse.

- Como vas a tomar una foto, estoy algo pálida, no me veo bien.

- No digas más, estas muy hermosa, vamos no me niegues esta foto.

Micaela acepto, las cuatro se acomodaron y una enfermera tomo la foto, Sol parecía muy feliz, pero se sentía algo rara y solo dijo.

- Esta será la primera y última foto que te tomo enferma, porque tú te vas a recuperar y vamos a recordar solo tu enfermedad, ambas se van a recuperar, y cuando estén más sanas vamos a ir a comer donas, con bastante chocolate, así que recupérense rápido.

Sol al decir estas palabras derramo algunas lágrimas, pero se las limpio rápidamente, Luisa también se sentía melancólica, pero su hija comenzó a gritar.

- Van a sanarse, se van a recuperar, esto será solo un mal recuerdo, y vamos a comer donas con chocolate.

En ese momento la joven comenzó a llorar sin razón, las enfermeras que escucharon eso también se sentían tristes, todos saben que Micaela no va a sobrevivir, pero aún mantienen la esperanza, justo en ese momento apareció como un fantasma Raúl, Micaela estaba en shock de verlo y Sol estaba tan molesta que lo agarró del brazo y grito furiosa.

- QUÉ DIABLOS ESTAS BUSCANDO ACÁ, NO ES SUFICIENTE LO QUE HAS HECHO, LÁRGATE DE AQUÍ, TE LO ADVERTIDO, NO ME IMPORTA SI HAY GENTE PRESENTE, TE LO VOY A CORTAR.

Luisa y su hija estaban sorprendidas, aunque no sabían quién era ese hombre ya se lo podían imaginar, era el ex-esposo de Micaela, esa basura que la engaño y la dejo en su momento de enfermedad, sin pensarlo, la joven cogió unas tijeras y se puso al costado de Sol.

- Acá están las tijeras, te ayudare si es necesario, que tengo que hacer.

Raúl estaba sorprendido por lo que pasaba, él se acababa de enterar de la enfermedad de Micaela por unos compañeros en común, y fue al hospital porque ese era el mismo donde su amante se realizaba los chequeos de su embarazo.

- Solo vine a ver como estaba Micaela, así que suéltame Sol, siempre eres tan exagerada, que me vas a cortar, crees que te voy a dejar. - hablaba Raúl confundido.

- Eres una escoria humana, pero esa palabra te queda corta, te advertí que te mataría.

Toda la habitación estaba tan alterada y las enfermeras atinaron a calmar a Sol, pero no pudieron, y la hija de Luisa solo atinó a decir.

- Esa escoria que ven hay, abandono a su esposa cuando se enteró que estaba enferma y embarazada, no merece que lo protejan, así que dejen a Sol en paz y suéltenla.

La joven forcejeo con algunas enfermeras mientras intentaba liberar a Sol, Raúl solo se quedó sorprendido con lo que dijo la joven.

- ¿Cómo que embarazada, quien está embarazada?

- Tu ex esposa imbécil, ni eso sabes.

Contesto furiosa Luisa, que ya no solo se podía quedar callada con lo que pasaba, pero no podía levantarse, la habitación era un caos total, Sol sujetaba con fuerza el brazo de Raúl sin soltarlo, la hija de Luisa forcejeaba con las enfermeras que intentaban detener a Sol y cuando tuvo la oportunidad golpeo la cabeza de Raúl con su zapato.

Luisa al ver la actitud de su hija le grito.

- Hija eso no es suficiente, coge la silla y golpéale la cabeza con todas tus fuerzas.

Las enfermeras estaban en shock con lo que oían, pero la joven rápidamente agarro la silla y se lo dio a Sol.

- Dale con esto, y déjalo inconsciente, después se lo cortamos.

Sol asintió de inmediato, lista para golpearlo, pero en eso Micaela que estaba calmada observando, grito.

- Todos cálmense, dense cuenta en donde estamos, por favor, Sol suelta eso y deja a Raúl, porque lo golpeas acá, lo puedes hacer afuera.

- Tienes razón, pero de tan solo verlo, no lo soporto, tengo que golpearlo.

Raúl se zafó del agarre de Sol y hablo.

- Como siempre eres una loca, solo vine a ver a Micaela, yo no sabía que estaba embarazada.......

Antes de que Raúl continúe, Micaela lo interrumpió.

- No es que no lo supieras, yo te lo dije, pero no me creíste y en ese momento me pediste el divorcio, ya lo firme, que es lo que quieres, ¿ver cómo sufro?

- No digas eso, yo vine a verte y además...... - Raúl hablaba titubeando

Justo cuando estaba hablando, llego su amante.

- Querido porque sigues acá, escuche que unas mujeres te estaban golpeando, te encuentras bien, ya me dieron los ultrasonidos del bebe. No te quedes parado y vámonos.

Micaela vio a esa mujer, ella también estaba embarazada, cuando fue que eso paso, desde cuando se conocían, porque Raúl le hizo eso, acaso no sabe cuánto está sufriendo en este momento, y viene esa mujer a refregarle en la cara que su embarazo está bien, Micaela no aguanto más y se paró frente a Raúl.

- De todos los hospitales que hay tenías que venir a este, sabias que estaba aquí y tenías que venir, a refregarme en la cara que tu amante está embarazada.

Micaela no podía más, mientras hablaba las lágrimas salían, enrojeciendo sus ojos, llenando su rostro, estas lagrimas no son de tristeza, es de rabia, rabia de ver como una mujer que no hizo nada por ese hombre, no lo apoyo, no estuvo cuando paso momentos difíciles, está a su costado como si nada, pasando por un feliz embarazo, mientras que ella se está pudriendo con una enfermedad terminal; con la posibilidad de nunca ver a su hijo.

Raúl no podía decir nada, ver a Micaela tan demacrada y estando embarazada, ver su imagen era muy deprimente, solo podía permanecer en silencio ante sus reclamos.

Algunas enfermeras comenzaron a murmurar, eso ya no parecía la habitación de un hospital, Micaela sintiendo que su cabeza la mataba, solo atino a gritarle a Raúl.

- ERES LO PEOR QUE ME PASO EN LA VIDA, LO ÚNICO BUENO QUE ME DEJASTE FUE ESTE NIÑO, DESEO QUE TE PUDRAS Y NUNCA SEAS FELIZ, PÚDRETE CON ELLA, A VER SI ELLA TE VA APOYAR COMO YO LO HICE, ES MÁS, QUIZÁS ESE NIÑO NI SIQUIERA SEA TU HIJO, SABES, YO NUNCA FUI EL PROBLEMA, FUISTE TÚ, POR TENERLO TAN PEQUEÑO, ESTÚPIDO.

Dicho eso Micaela le dio un puñetazo a Raúl tan fuerte que resonó toda la habitación, pues ella se había colocado en su mano unas nudilleras que Sol le había regalado años atrás y nunca uso, pero siempre las guardaba cerca porque era el primer regalo que recibió de Sol, Raúl cayo desmayado debido al golpe, Micaela uso toda su fuerza en ese golpe, las enfermeras estaban sorprendidas y algunas le aplaudían; pero sin previo aviso Micaela se desvaneció.

Luz de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora