Parte sin título 44

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Al llegar al escritorio Arthur comenzó a ordenar los papeles y revisarlos, aunque le parecían aburridos, de pronto llego Denis.

- Ordenando los papeles, debe ser aburrido, quería practicar con la espada.

- Creo que practicare en la noche, primero hare el papeleo y luego practicare, que aburrido es esto. –decía Arthur mientras suspiraba.

- Bueno es tu deber como sucesor.

- No, cuando Esteban crezca se lo dejare todo a él, a él le gustan están cosas, es igual a madre que le gusta el papeleo.

Mientras Arthur leía los documentos Denis estaba sentado en el sillón puliendo su espada, hasta que tocaron la puerta. Denis abrió la puerta y entro el mayordomo y el jefe de los caballeros. Ambos saludaron a Arthur.

- Muchas gracias por venir, solo les quiero informar que el duque Dafont fue herido y está regresando a su casa, no hay noticias de mi padre aun, y mi madre se quedó en la casa de la duquesa Dafont para cuidarla debido a su embarazo, solo serán unos días, pero ella me dejo a cargo de todo, deje a la guardia blanca con mi madre, les pido a ambos que me ayuden en lo que no pueda, en ausencia de mi madre, eso es todo.

- Así lo haremos, no se preocupe joven Arthur. –decía el mayordomo.

- Estamos para servirle y cuidar a la familia. –decía el jefe de caballeros.

Ambos hombres se retiraron después de eso, luego entro Ivon.

- Joven Arthur, Esteban se despertó y lo deje con las empleadas, está comiendo, y con respecto a la información me contaron algo interesante

- Entonces dilo. –decía Arthur.

Cuando la puerta sonó, fue Denis quien abrió la puerta y recibió la bandeja que una sirvienta trajo.

- Esto es algo que mando Esteban, dijo que quizás se sentían cansados y que era algo bueno comer un poco o eso es lo que me dijo la empleada. –decía Denis

Lo que mando Esteban fue chocolate con galletas, lo que le provocó una risa a Arthur.

- Es lo que mi madre me hubiera enviado, se parecen tanto.

- Si es verdad, la señora lo hubiera enviado, aunque sé que la señora regresara extraño su presencia. –decía Ivon mientras comía una galleta.

- Es verdad, la primera vez que me invito algo la señora me dio leche y galletas, en ese momento aún estaba embarazada. –decía Denis

- Bueno, entonces descansare un momento mientras cómo y escucho lo que me tienes que decir Ivon.

- Claro, esto es algo importante, sé que nuestra casa no tiene mucha confianza con los sanadores, pero escuche rumores de que el príncipe visita a una sanadora, más que visitar son como amigos.

- Eso sí es interesante. –decía Arthur.

- Pero eso no es lo peor, escuche que algunos sanadores estaban preguntando por la señora Micaela, eso me lo dijo Lili, que ella cuando estaba comprando algo en la tienda de ropa unas personas encapuchadas se acercaron, le dijeron si era cercana a Micaela, pero ella les dijo que no la conocía, pero esos hombres la siguieron y Lili se asustó y se quedó en la tienda hasta que se fueran, pero logro escuchar que esos hombres se confundieron y pensaron que ella era yo.

- ¿Y no sabe quiénes eran esos hombres? –preguntaba Denis

- Lo más raro fue que esos hombres subieron a un carruaje con la insignia del palacio, Lili logro ver esa insignia, esos hombres se retiraron rápido porque llamaban mucho la atención.

- ¿Lili no se lo conto a la duquesa Dafont? –decía Denis

- No, solo me lo contó a mí, pero yo le conté al jefe de los caballeros, por eso Lili ya no sale sola, pensaba contárselo a la señora, pero quizás eso le preocupe, por eso se lo cuento a ustedes

- Eso es bueno, son cosas muy interesantes, yo mismo averiguare que es lo que pasa, dile a Lili que no se preocupe y si sabe algo más que me lo diga a mí. –decía Arthur.

- Claro que sí, transmitiré el mensaje. –asentía Ivon

Mientras los tres comían, Ivon comenzó a hablar.

- ¿Creen que la duquesa tendrá un niño o niña?

- No lo sé, espero que sea un niño. –decía Denis

- Mi madre dijo que sería niño, de echo me lo aseguro.

- A mí también me lo dijo la señora, pero me pregunto cómo lo sabrá. –decía Ivon.

- Sera un gran misterio, como muchos de los que hay. –decía misteriosamente Denis.

- Es verdad, espero que pronto acabe la guerra y mi padre regrese, aunque tenga que admitirlo, el hace un mejor trabajo, además extraño su reacción de molestia cuando mi madre pasa más tiempo conmigo y Esteban.

Mientras ellos hablaban tranquilamente, Micaela también conversaba con la duquesa Dafont.

- Micaela, está bien que te quedes conmigo.

- Claro, no tengo ningún problema, además Arthur se está encargando de algunos asuntos y Esteban, ya lo viste, el mismo dijo que se quería ir, esos niños maduran muy rápido, pero siguen siendo unos bebes para mí.

- Tienes razón, espero que mi hijo también sea así, solo quiero verlo ya, como será su carita, su carácter, su sonrisa, por tato tiempo lo soñé, y ahora es realidad, ya quiero que nazca. –decía la duquesa Dafont de forma risueña.

- Es verdad duquesa, nunca me conto como conoció a su esposo.

- Eso me da pena contarlo. –decía sonrojada la duquesa.

- No se preocupe no se lo diré a nadie.

- Está bien pero luego no se aburra.

Luz de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora