Parte sin título 96

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Las personas al escuchar esto se sintieron muy conmovidos, ver en tal estado a Esteban, con su ropa desgarrada y a Lili en tal estado, al borde del llanto y los niños llorando sin cesar, como podrían ser mentiras, los empleados de Amempla trataron las heridas de Esteban y Lili rápidamente.

Mientras eso pasaba llego Elisa, y se acercó a Esteban.

- Apenas me entere que estabas aquí, estaba con las plantas, que te paso, que está pasando, afuera es un alboroto, he visto a personas dirigiéndose a palacio, pero no te preocupes tus heridas son leves, igual las de Lili. –decía Elisa

- Lo sé, mi madre preparo para algunos soldados agua curativa, no tenemos que preocuparnos, pero si han secuestrado a mamá.

Al escuchar esas palabras Lili se sorprendió.

- Es verdad, Micaela no los dejaría ir a pelear sin antes tener un seguro con ellos, entonces Harold también tiene esa agua, no esta tan herido, además es alguien con mucha fuerza y energía. –pensaba Lili mientras se ponía algo roja.

Esteban vio el cambio de actitud de Lili y se preocupó, además los gemelos lucían más calmados.

- Entonces desde un principio tenían esa agua, no era para preocuparme tanto, pero igual está mal relajarnos, tampoco te quiero acusar de exagerado Esteban, solo que me sorprendió mucho, al menos ahora podemos calmarnos un momento, seguro que el duque va a rescatar a tu madre, así que por un momento relajémonos. –decía Lili mientras miraba inquisitivamente a Esteban.

Esteban no evito la mirada de Lili y solo se sonrojo.

- Perdón por preocuparte Lili, pero era necesario.

- Supongo que sí, además no todo es mentira, no sabemos dónde esta Micaela y ni como están los caballeros. –decía Lili algo triste

Elisa se encargo de conseguir una habitación privada para ellos, también ayudo con los gemelos ya que se habían dormido, una vez todo se calmó, Elisa observo por la ventana y se percató de personas caminando hacia palacio, la mayoría era gente del pueblo, también reconoció algunos nobles que curo.

- Si el rey no sale pronto estoy segura de que esto se pondrá peor. –pensaba Elisa

*************

El duque llego rápidamente donde estaba Micaela, al ver esa casa bajo de inmediato del caballo, de una patada rompió la puerta y comenzó a buscar a Micaela por toda la casa. Cuando escucho la voz de Micaela llamándolo.

- Estoy aquí Miguel, en el segundo piso, ten cuidado. –decía Micaela algo alterada

Con solo escuchar eso Miguel subió de inmediato, pero cómo Micaela advirtió Luis lo esperaba con su espada. Un ataque que evito Miguel.

- No me volverás a engañar, hermano

- No me hagas reír, aun crees que soy tu hermano. –decía riéndose Luis

- Aunque no seas mi hermano de sangre, yo tengo algo de consideración por ti, pero tienes razón, no somos hermanos. - decía Miguel mientras atacaba a Luis y buscaba por el cuarto a Micaela.

- Supongo que buscas a tu esposa, si me derrotas te diré dónde está.

- Como te atreves a amenazarme, sabes muy bien que soy mejor que tu peleando. –decía Miguel

Mientras Miguel peleaba usaba toda su fuerza, Luis no tenía oportunidad, pero aun así no se rindió y se escapó del ataque de Miguel y saco un gran baúl de debajo de la cama.

- No te acerques más. –decía cansado Luis

- Que pretendes hacer con ese baúl. –preguntaba Miguel

- Ya lo veras. –decía Luis riéndose

Luis clavo su espada en el baúl y de pronto comenzó a brotar sangre, dentro del baúl se comenzaron a escuchar sollozos.

- Imagino que sabes de quien esta sangre, lo malo es que no sé qué apuñale, quizás su cabeza o su vientre. –decía Luis con una gran satisfacción

Al ver eso Miguel soltó su espada y comenzó a acercarse con cuidado al baúl, pero Luis se percató de eso.

- No te acerques más o daré otra puñalada.

Miguel solo se quedó quieto en su lugar, quería correr hacia el baúl y sacar a Micaela de ahí, quería abrazarla, pero Luis amenazaba con apuñalarla de nuevo.

- No te preocupes, primero quita todo ese campo de energía que está saliendo de ti, y bota lejos la espada.

Miguel accedió a lo que dijo Luis. Después de eso Luis saco a Micaela del baúl, Micaela estaba herida en la pierna, su rostro estaba golpeado, y su vestido totalmente desgarrado, como si hubieran querido quitárselo.


Al ver esto Miguel quería matar a Luis, pero el aun lo amenazaba con Micaela.

- Es increíble lo mucho que amas a esta mujer, así como yo ame a Miriam, pero tú me la quitaste. –decía Luis mientras ponía la espada en el cuello de Micaela

- No te atrevas a hacerlo. –amenazaba Miguel

- Porque no, al momento que la mate me mataras, así que para mí está bien, yo sufrí mucho por perder a Miriam, tú también debes sufrir de la misma forma.

- Imbécil- gritaba Micaela- acaso sabes cuánto daño le hizo esa mujer a Miguel, inclusive a su propio hijo, que la amas, es solo una ilusión, lo que viviste solo fue una pasión desmedida, el deseo de poder tener todo lo que Miguel tenia.

- Cállate. –grito Luis mientras le jalaba el cabello a Micaela.

- No te atrevas a hacerle más daño. –decía Miguel

- Y que me harás, ya me canse de este juego, es mejor si la mato.

Sin decir mas Luis corto el cuello de Micaela, y luego se apuñalo con la espada, Miguel corrió para sostener el cuerpo de Micaela.

- Aun estas viva, sigue respirando, no pasa nada, estoy aquí, tengo esto. –decía Miguel mientras sacaba de su bolsillo agua curativa.

Miguel estaba desesperado vertiendo el agua en el cuello de Micaela, pero no parecía funcionar, aunque se redujo el sangrado Micaela no podía ni hablar.

- No me dejes aun, aguanta un poco más, no duermas. –decía con lágrimas Miguel mientras abrazaba a Micaela.

- No llores Miguel, estaré bien, pero el sueño es muy fuerte, al menos me hubiera gustado ver a mis hijos nacer esta vida, perdónenme, su mamá les fallo de nuevo. –pensaba Micaela.

Luis estaba en el piso agonizando, pero lucia muy feliz con la escena que miraba, y sin pensarlo sintió un fuerte escalofrió y un dolor agudo, lo último que vio al morir fue a un Miguel más joven, que no era nada más que Arthur, quien llego con un sanador.

Luz de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora