Parte sin título 10

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Al llegar las sirvientas se sorprendieron por ver al niño, pero siguieron las ordenes de su señora y cambiaron al niño. El niño parecía diferente, en eso Micaela mando a llamar al niño para hablar a solas.

- Tienes nombre o algún apodo. –preguntaba Micaela dulcemente.

- Yo..., me llamo Denis, no siempre viví en la calle, pero cuando mis padres murieron mis tíos se llevaron todo lo que tenía con la excusa de cuidarme y que eso era para mis gastos, pero solo me maltrataron, y mejor me escapé y corrí lejos. –decía el niño mientras lloraba.

Micaela estaba sorprendida, Denis, ese nombre, ella lo conocía, la hija de Luisa le hablo de él, Denis un joven que vivía en la calle y que cuando crezca se convertirá en un gran espadachín casi al nivel de Arthur, pero que jura lealtad a la princesa y por tratar de protegerla pierde la vida.

Al ver al pequeño niño Micaela sabía que tenía que quedarse con él.

- Este niño será fuerte en el futuro, tiene que quedarse aquí, para poder protegernos y así podré evitar que el muera en vano. – pensaba Micaela

Mientras Micaela se perdía en sus pensamientos el duque entro.

- Pero que tenemos acá, otro niño. ¿Qué hace ese niño sentado en mi cama? – decía el duque algo incómodo.

Micaela se acercó al duque.

- Esto, porque lo dices en ese tono, pero bueno, te lo voy a explicar más tarde, así que por ahora dejemos que el niño se retire a descansar.

El duque solo asintió y dejo que Ivon se llevara al niño.

Mientras caminaba Ivon llevo al niño a descansar a su habitación.

- Mira, esta es mi habitación, ahora te quedaras conmigo, así que no te preocupes te cuidare bien.

Denis asintió y se recostó en la cama a descansar, pensando que quizás las cosas serán mejores ahora.

En la hora de la cena, Arthur no quería comer nada con la excusa de que estaba cansado por el paseo, pero Micaela notaba algo raro, pero no dijo nada. Después de cenar Micaela hablo con Ivon.

- Ivon, como esta Denis, ¿ya ceno? - decía Micaela con un tono preocupado.

- Mi señora, no se preocupe, ya le di su cena, si viera como la comió, estaba tan feliz, toda su carita se ilumino cuando la comió, me daba tanto gusto, de tan solo verlo dan ganas de abrazarlo y besarlo es tan...

Mientras Micaela escuchaba a Ivon asentía y también estaba risueña de pensar en Denis, pero Ivon dejo de hablar cuando se percató de que Arthur las estaba escuchando, y tenía una cara realmente molesta y un aura abrumadora.

- Esto mi señora..., lo cuidare bien, me retiro.

Ivon se retiró casi corriendo, cuando Micaela recién se percató de la presencia de Arthur. Cuando lo quiso saludar él la evito y se fue a su cuarto.

Micaela no entendía porque estaba ocurriendo esto, después de pensarlo se fue a su habitación donde lo estaba esperando el duque.

- Me dijiste que me ibas a hablar de lo que paso, adelante te escucho. –decía el duque de una forma tranquila.

Micaela se sentó al costado del duque.

- Bueno al niño lo encontramos en la calle mientras estábamos comprando, después....

Antes de seguir hablando el duque interrumpió.

- ¿Está segura?, a mí me contaron otra versión, me pregunto quién tendrá razón, pero mi esposa me dijo que iba a cambiar o me engañaste y me quieres mentir. – decía el duque con un tono agraviado.

Micaela se sorprendió por cómo le hablaba el duque y como hacia parecerse la víctima, así que le conto las cosas tal cual pasaron.

- Eso es toda la verdad, no es que yo te quisiera mentir, solo te lo estaba contando de otra manera.

El duque asintió.

- Mi querida esposa, te das cuenta de lo que estás haciendo, eres demasiado buena con los demás, me entere que le regalaste dulces a los empleados, pero con tu esposo no eres nada cariñosa, me siento abandonado. – decía el duque con un tono abatido.

Micaela estaba sorprendida por el comportamiento del duque, pero ella no sabía cómo debía comportarse, debía abrazarlo o darle un beso de consuelo, incluso antes de reencarnar no tuvo otras parejas a excepción de Raúl, como debe comportarse. De tan solo pensar en Raúl se llena de coraje, pero el duque no es Raúl, el duque no traicionaría a su esposa o eso es lo que le dijo la hija de Luisa.

Con tantos conflictos Micaela se decidió y abrazo al duque, él no se esperaba eso, pero sin pensarlo mucho Micaela lo beso en los labios.

El duque se quedó congelado por lo que le paso y no reacciono hasta que Micaela hablo.

- Ya es tarde, vamos a acostarnos.

El duque se quedó sentado un momento más y luego espero que Micaela se durmiera para irse a su oficina. Pero lo que el duque no sabía era que Micaela estaba toda roja por lo que hizo y se tapó toda la cara para que no la viera y por eso se quedó dormida rápido.

- Pero como me atreví a tanto, que va a pensar el duque, aunque no debería ser malo, después de todo por algo estoy embarazada, además el duque no se ve tan mal... - pensaba Micaela mientras intentaba dormir.

El duque estaba pensando profundamente, aunque Micaela se había casado con él, el único beso que le dio fue en la boda, pero se sintió tan frio, incluso su anterior esposa nunca lo beso como ahora, este beso era cálido, no frio como antes, como si de verdad ahora Micaela estuviera enamorada de él, si eso fuera verdad el duque sería el más feliz, por fin encontró alguien que de verdad lo ame, pero si es una mentira, el duque estaba en mucha confusión.

Él quiere creer que por primera vez en la vida alguien lo quiere, pero si esto es una ilusión como podría soportarlo, el dolor sería tan grande que lo mataría.

Luz de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora