Luz de mi vida

Parte sin título 26

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Aún era un caballero cuando la conocí en un baile, era tan hermosa y seria, cualquiera se enamoraría de ella, mi familia tenía fama de ser sanguinaria, por eso muchos nos temían, un día me avisaron que estaba comprometido con aquella bella mujer llamada Miriam, solo al escucharlo me sentía el hombre más feliz, me prometí que la cuidaría mucho, y lograría enamorarla, pero cuando nos reunimos por primera vez, solo me mostro su indiferencia.

- Mucho gusto, es un placer conocerte, soy el ...

- No me importa cómo te llamas, lo que tenemos solo es un matrimonio impuesto por mi familia, porque si no nunca me casaría contigo, de solo verte te aborrezco. –dijo Miriam mientras evitaba al duque

Yo no le respondí, pensé que quizás más adelante cambie las cosas, pero nada cambio, la boda se desarrolló con normalidad, pero nunca me acosté con ella, Miriam me aborrecía y no quería ni siquiera verme, yo esperaba que ella me aceptara, sin perder la ilusión de que algún día ella me abrazara y me dijera que me ama, así pasaron los años y nada había cambiado, pero de pronto un hombre extraño toco mi puerta, al momento no lo reconocí, pero después me di cuenta quien era.

Mi padre, se dice que una vez tuvo una amante, no se mucho sobre eso, pero ese hombre decía ser mi hermano, pensé que era mentira pero le comente a mi madre y me dijo que era mi medio hermano, a mí me criaron de la misma forma que te crio Arthur, sin sentir un poco de amor de alguna parte, cuando conocí a mi hermano llamado Luis, me alegre, lo apoye y el me apoyo, nos llevamos bien, pero no sabía que él se llevaba mejor con Miriam, cuando los miraba a los dos, Miriam siempre sonreía con él, eso me hacía sentir celoso, pero pensé, es mi hermano no creo que me lastime de esa forma, después de eso la guerra comenzó, y me mandaron a pelear, pase tres años fuera de mi hogar, fuera de la vida de Miriam, cuando llegue Miriam no me recibió, pero si mi hermano, en el encontré el apoyo que nunca sentí en mi familia, estaba feliz cuando una noche, las sirvientas me avisaron que Miriam estaba muy borracha. Yo la cargue y la lleve a la habitación, de pronto ella me comenzó a besar, me sentía desconcertado pero feliz, la mujer que tanto amaba por primera vez me besaba, aún recuerdo cuan feliz fue en ese momento, después de eso yo tuve relaciones con Miriam, pero al despertar ella parecía que lo olvido, y se molestó.

- Qué diablos haces en la cama conmigo, que asco, porque estás aquí, donde esta Luis, me duele tanto mi cintura, tu como te atreviste a tocarme.

- No lo recuerdas, pero tú me.....

Antes de que pudiera decir algo Miriam comenzó a golpearme con la almohada y me boto de la cama, en ese momento algo no salía de mi mente, ¿Por qué ella menciono a Luis?

Después de eso, me entere de que Miriam estaba embarazada, pero también me entere de los rumores que circulaban, y que mencionaban que mi hermano y Miriam ya tenían una relación, ahí fue cuando comencé a tener dudas, pero todo se aclaró un día, aun lo recuerdo, Jhon también estaba al tanto de esos rumores, un día Miriam salió y no me dijo a donde, pero había enviado a Jhon para que la vigilara. Jhon al saber dónde estaban me busco de inmediato, grande fue mi sorpresa al verlos a los dos en la cama, las personas que más quería, me pagaban así, algo en mi interior se negaba a creer en esos rumores, pero ahora viéndolo con mis propios ojos, no hay duda, tenía tanta ira acumulada, los quería matar, pero Jhon me detuvo y me dijo que me calmara, solo pude decirle a mi hermano que se fuera, ya no quería verlo y menos matarlo, porque en el fondo sentía un cariño por él, pero Miriam al verlo huir me comenzó a arrojar cosas.

- Eres un maldito desquiciado, si no hubieras llegado ya nos hubiéramos escapado, todo esto es tu culpa, quizás este ni siquiera sea tu hijo. –decía Miriam mientras lloraba.

Yo no respondí, solo le dije que se vistiera, mande a llamar a una sirvienta de confianza para que la ayudara, después de eso la mande a encerrar hasta que diera a luz, mande a despedir a la mayoría de sirvientes, solo se quedaron los de mi confianza, ya no llore por ella, ya no me salían las lágrimas, después naciste tú, con un cabello plateado como el mío y ojos como los míos, no sabía si de verdad eras mi hijo, porque mi medio hermano también lleva mi sangre quizás tu heredaste algo que el no, como puedo estar seguro que eres mi hijo y no de mi hermano, quien me dice que eres mi hijo de verdad, la duda siempre regresa a mí, cuando te miro, miro los ojos de él, que me engaño de forma tan cruel, a veces no te puedo ver como mi hijo.............

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Mientras el duque decía estas palabras, la cara de Arthur que se mantenía serena cambio totalmente, una gran tristeza lo invadía y comenzó a llorar en silencio, la hermosa cara de Arthur estaba llena de lágrimas, al fin descubrió porque su padre lo trataba así, aun en su mente el mantenía la posibilidad de que quizás si su madre estuviera viva lo hubiera querido, pero ahora después de escuchar todo no quedaba duda, ni su madre ni su padre lo querían, el seguía vivo porque pensaba que su madre lo hubiera querido, ahora que sabe la verdad, nunca nadie lo quiso, porque razón seguiría viviendo, ahora ya nada le importa, el prefiere morir.