Parte sin título 60

1.1K 110 1
                                    


Mientras Miguel se prepara para el viaje, pensaba en cómo decirle a Micaela, al llegar a su habitación se topó con Ivon.

- Discúlpeme duque, solo le quería avisar que cuando ustedes se vayan yo también me iré a atender algunos asuntos, pero no tiene de que preocuparse, la duquesa Dafont me dijo que enviaría a Lili para que cuide a Micaela, ella la cuidara bien.

- Está bien, no te preocupes, y perdóname por haberte gritado antes.

- No hay nada de que disculparse, me retiro.

Una vez Ivon se retiró el duque entro a su cuarto, pero solo encontró a Micaela recostada pero despierta, él se acercaba de forma sigilosa hacia ella, una vez que estuvo cerca comenzó a acariciar su cabello y Micaela no lo aparto.

- Micaela, sé que estas mal, pero hemos decidido hacer un viaje, será como un viaje familiar, vamos a ir a la laguna cristal, tenemos cerca nuestra casa de campo, podrás descansar más calmada hay. –decía el duque mientras agarraba su cabello

Aunque el duque hablara Micaela parecía no reaccionar, quizás ella no lo escucho, pero de pronto ella comenzó a hablar.

- Está bien, será bueno para todos, yo quiero disculparme con todos por mi comportamiento. –lo decía con una voz apagada.

- No hay nada de que disculparse, solo preocúpate en mejorar. –lo dijo el duque mientras besaba su frente.

Esa noche el duque durmió en su cama al costado de Micaela, aunque ella no se le acercaba mucho, él era feliz de solo verla a su costado, Micaela intento dormir, pero siempre regresaban las pesadillas, ella estaba asustada luego miro a su costado, hay estaba el duque, con solo verlo se sentía segura, así que sujeto su mano e intento volver a dormir, y así sujetando la mano del duque por fin pudo dormir tranquila Micaela esa noche.

Ya al despertar ya todo estaba listo para el viaje, a Micaela le sorprendió lo rápido que paso todo, todos ya estaban listos para irse solo faltaba ella y Lili.

- Perdón por la demora, creo que ya nos vamos, ¿verdad? –preguntaba Micaela

- Falta Lili, pero pronto la traen. –decía el duque.

De pronto se escucharon llegar unos caballos a velocidad, y cuando se detuvo bajo Lili algo agitada. Todos se sorprendieron al ver a Lili, estaba despeinada y parecía que se iba a caer.

- ¿Lili, estas bien? –preguntaba Micaela preocupada.

- Me alegra verla mejor señora Micaela, recién me dijeron para acompañarla, perdón por verme en este estado.

- No hay nada que perdonar, entonces vámonos.

Mientras Micaela subía al carruaje Ivon se despidió.

- Me retiro mi señora, pero no se preocupe regresare, atenderé lo que tengo que atender, no se preocupe por mí. –decía de forma alegre Ivon

- Cuídate mucho, y lleva algún arma por si acaso.

- No se tiene que preocupar por mi seguridad, Jhon me acompañara. –decía Ivon mientras se sonrojaba.

Micaela se sorprendió de escuchar eso y solo asintió y se despidió, aunque no sabía a donde se dirigía Ivon sabía que Jhon cuidaría de ella.

El carruaje comenzó a partir y Micaela se despidió de todos los empleados, con la promesa de mejorar, Ivon también partió acompañada de Jhon, pues a ellos les esperaba un viaje más largo y peligroso.

*************

Una vez vieron que el carruaje partió, los empleados se comenzaron a relajar.

- Ya se fueron, es hora de movernos. –decía una empleada

- Entonces nosotros nos vamos a la gran casa, a comenzar a esparcir los rumores. Decía otro empleado.

- Yo iré a buscar a los otros. –decía Lucrecia

- Todos saben lo que hay que hacer, tal como lo hablamos la otra reunión, todo por el bien de la familia Sartel. –decía la jefa de las sirvientas

Y así los empleados también comenzaron a moverse sin que el duque lo supiera

La casa grande a la que se referían era una casa de color azul, hay se reunían los sirvientes de las familias más acomodadas, sea para compartir información o formar alianzas, Los sirvientes de la familia Sartel no iban mucho, ya que al duque no le agradaba, pero ahora que el duque no esta es una buena ocasión.

*****************

A Micaela le gusto la casa de campo, era un hermoso lugar, todo era verde y cerca había un gran lago cristalino, al llegar dejaron sus cosas y Micaela paseo con el duque, mientras Arthur jugaba con su hermano, a ellos se le unió Harold, los días pasaban tranquilos y Micaela se veía mejor, el sueño de Micaela también mejoro, ya dormía más tranquila.

Mientras Micaela paseaba con el duque, él la llevo al lago.

- ¿Por qué nos dirigimos al lago solo nosotros dos? –preguntaba Micaela

- Les pedí que nos dejaran solos, dicen que el lago ayuda a limpiar el cuerpo, pero lastima a las personas malas, quiero que te bañes en el, para que te ayude en tu recuperación. –decía el duque seriamente.

Micaela se veía escéptica con las palabras del duque, pero luego recordó como reencarno y ya no le importo que pensar.

- Gracias por pensar en eso, pero no me sentiría cómoda de bañarme aquí.

- Lo sé, pero no es necesario desnudarte, solo remoja tus pies en el lago, con eso bastara, te recuperaras más pronto.

- Está bien, pero tú me acompañaras. –decía Micaela mientras miraba al duque.

El duque dudaba, pero al ver los ojos de Micaela acepto. Ambos se sacaron el calzado y se pusieron en la orilla del lago, luego sumergieron sus pies, Micaela no sentía nada raro, el duque le dijo que se echaran a descansar.

- No saques tus pies, mantenlos en el agua y recuéstate, cierra los ojos y descansa por un momento, no te preocupes estoy contigo, yo también lo hare, juntos intentemos curar nuestras heridas. –decía el duque de forma melancólica mientras sujetaba la mano de Micaela.

Micaela asintió e hizo lo que le dijeron, era un momento muy relajante, fue como un sueño, su cuerpo se relajaba y por unos momentos se durmió, ella comenzó a soñar, pero estaba con su anterior cuerpo, no entendía que pasaba, cuando en el sueño estaba caminando en un gran campo y reconoció una silueta familiar, sin pensarlo corrió para abrazarla, era su amiga Sol.

Luz de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora