Parte sin título 47

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Micaela solo escucha mucho ruido, pero no podía salir a ver por Esteban, mientras Micaela estaba ansiosa por lo que pasaba, Esteban la abrazo.

- Madre, no te asustes, vamos a estar bien, creo que será momento que uses la daga que te regale.

Micaela no podía creer lo que le decía su hijo, hablaba de una forma calmada mientras sujetaba una daga, cuando de pronto un fuerte golpe abrió el carruaje, fue en ese momento que Micaela se dio cuenta de que la guardia que puso el hechizo debía haber sufrido una grave lesión, pero eso no era verdad, dos de la guardia blanca ya habían muerto, también los hombres de la duquesa Dafont y solo quedaba la jefa de la guardia blanca.

Al ver tal escena Micela se asustó demasiado, parecía que el tiempo pasaba lento, alguien la sujeto fuerte del brazo, pero Esteban no se lo permitió y acuchillo a esa persona, pero ese gran hombre solo se rio de la puñalada y golpeo sin compasión a Esteban, quien se tambaleaba mientras sujetaba el vestido de su madre, el hombre al darse cuenta golpeo más fuerte a Esteban para que la soltara, Micaela no podía seguir viendo eso, así que saco la daga que tenía y comenzó a defenderse, pero ese hombre solo se rio.

- Pareces una perra que quiere defender a sus cachorros, pero con eso solo logras arañarme, así que conoce tu lugar.

Sin pensarlo el hombre golpeo fuertemente la cara de Micaela, hasta que ella sangrara, Micaela no pudo evitar llorar, pero no del golpe que le dieron, sino de ver tal escena, aquellas guardias con las que hablaba tan feliz ahora estaban muertas y su hijo estaba muy herido, el pequeño cuerpo de Esteban que intento protegerla fue pateado con fuerza por el hombre mientras que a ella la cargaba en hombro.

Micaela seguía forcejeando cuando el hombre le dio un fuerte puñetazo en el estómago a Micaela, que la dejo sin poder respirar, la jefa de la guardia al ver esto comenzó a gritar.

- Tu maldito como te atreves, desgraciado, me las vas a pag......

Antes de poder terminar de hablar alguien la apuñalo por la espalda, era el cochero, él los había traicionado, la guardia no pudo hacer nada solo cayo tendida en el piso mientras se desangraba. Vio cómo se llevaban a Micaela sin poder hacer nada, ella comenzó a llorar por la frustración de no proteger a su señora, cuando comenzó a gritar con la poca fuerza que tenía.

- NO MORIRE AQUÍ, LA PROTEGERE MI SEÑORA, TODOS ME LA VAN A PAGAR, SI ALGUIEN ME ESCUCHA POR FAVOR AYUDENME A MATAR A ESTAS MIERDAS, POR FAVOR, POR MI SEÑORA, POR MIS HERMANAS QUE MURIERON.

La guardia con sus pocas fuerzas se levantó y cogió su espada, pero cuando ella pensó que moría en ese instante, llego Arthur, quien tenía una mirada muy fría, él estaba realmente molesto.

Arthur al inicio de su partida estaba feliz por volver a ver a su madre, pero lo que encontró fue una terrible escena, su hermano menor estaba tirado casi muerto, mientras que la guardia que protegía a su madre había muerto y solo quedaba una, pero estaba gravemente herida, lo peor fue ver a su madre que era llevada por un hombre, Arthur no lo pensó mucho y saco su espada, comenzó a luchar sin pestañar, mato a varios enemigos sin dudarlo.

Para Arthur que soporto el entrenamiento infernal de su padre, esta lucha no era nada, mato a los demás sin problemas solo quedaba el hombre que cargaba a su madre.

- Parece que el cachorro tiene unos buenos dientes, quieres de regreso a esta p**a, bien te la daré, pero antes tienes que matarme.

Sin decir más el hombre sujeto el rostro de Micaela y lo beso, luego la tiro al piso, Micaela ya estaba inconsciente en ese momento.

Arthur estaba muy enfurecido en ese momento, como se atrevió a tocar a su madre, sin decir nada Arthur ataco, pero el hombre se defendía, era una lucha casi muy pareja, Arthur consiguió herirlo en el brazo, pero en el momento menos esperado el hombre uso magia de luz, lo cual no esperaba Arthur, el hombre vio que ya no tenía oportunidad así que sujeto a Micaela.

- Ya lo entendí, mírala es una bella mujer, te la regresare, este secuestro ha sido una perdida para nosotros, tómala antes de que me arrepienta, pero ten por seguro que regresaremos por ella.

El hombre le dio otro beso a Micaela y se la arrojo a Arthur sin piedad, Arthur tiro su espada para poder atrapar a su madre.

Arthur solo recostó a su madre, tenía algunas heridas y ahora estaba desmayada, llevo a su costado a su hermano quien también estaba inconsciente, y la jefa de caballeros aún seguía agonizando, Arthur no sabía que debía hacer, debe dejarlos y buscar ayuda o primero debe llevarse a su madre, mientras pensaba Denis y unos caballeros llegaron.

- Como paso esto, yo solo vine porque te demoraste demasiado. –decía Denis asombrado.

- Es bueno que llegaras, manden a un mensajero para palacio y díganle que sucedió y ayúdenme a llevar a los heridos, llamen a más hombres.

Arthur subió a su caballo con su madre y Denis llevo a Esteban, al llegar a la mansión mando llamar al médico, todos estaban conmocionados, Arthur mando a preparar otra cama, pronto llegaría el guardia de la orden blanca, ella estaba más herida.

Todos se apresuraron para ayudar, Ivon y Lili se encargaron de Micaela, Lucrecia fue con Esteban, el medico solo dijo que estaban inconscientes por los golpes, que despertarían en cualquier momento, pero Esteban no se veía tan bien.

Arthur solo sujetaba las manos de su madre con fuerza, cuando trajeron a la jefa de la guardia blanca, Sindy, la trataron con mucho cuidado, pero el medico no aseguro nada, pasaron unos minutos y Micaela se despertó, ella aún estaba asustada, pero lo primero que pensó fue en su hijo.

- Esteban, ¿Dónde está Esteban? –preguntaba desesperada Micaela

- Madre, no te apresures él está bien, esta con el médico, en el cuarto de tratamientos

Micaela se levantó con la poca fuerza que tenía.

- No te exijas madre, yo te llevare para allá.

Al llegar lo que vio fue a su hijo recostado inconsciente y en la otra cama a Sindy, algunos sirvientes estaban allí preocupados por su condición, inclusive algunos lloraban, ver a Micaela quien es tan alegre con todos, ahora ella está todo golpeada, su cara delicada esta toda hinchada y su vestido rasgado.

- Todo es mi culpa, yo les hice esto a ellos, inclusive murieron algunos, es mi culpa- decía Micaela mientras lloraba en la cama de Sindy.

- Mi señora, no se preocupe, nosotros estamos felices de dar nuestra vida por usted, eso piensa mis hermanas también, no llore, recupérese y cuide bien a sus.......

Sindy ya no podía hablar más, sentía mucho sueño, Micaela estaba llorando más fuerte y pensando demasiado.

- Si tan solo tuviera ese poder, si fuera más fuerte, nada de esto pasaría, soy débil, por eso pasan estas cosas, no quiero perder a nadie de mi familia, por que yo. – pensaba Micaela

Mientras Micaela sujetaba la mano de Sindy, Sindy se sintió cálida, ya no tenía sueño, y comenzó a abrir sus ojos, lo que vio fue una luz que la cubría y no solo a ella también a Esteban, de pronto Esteban también despertó y se sorprendió por ver esa luz a su alrededor, una luz cálida, todos estaban sorprendidos en la habitación, Sindy vio a Micaela quien parecía que estuviera en un trance y la abrazo cálidamente.

- Mi señora, usted me salvo, mi señora me ha salvado.

Micaela al reaccionar observo a todos en la habitación, de pronto la luz que emitía desapareció.

- Que hice, no lo sé, no lo entiendo. –decía Micaela nerviosa.

- Madre, tu nos has curado. –decía emocionado Esteban.

Mientras Micaela no podía procesar que estaba pasando, estaba alegre que ambos se hayan recuperado rápido, cuando de pronto se sintió muy cansada, como si sus piernas ya no pudieran más y sin pensarlo se desmayó, Arthur corrió para sujetarla. Llevaron a Micaela a su habitación para que descansara.

Luz de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora