Capítulo 52 [+18]

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Duncan Lombardi

Anya y yo tenemos la mirada clavada en el mismo lugar, viendo a Darek y Katya hablando en un extremo del local. No sé si eso me beneficie o me perjudique, sinceramente. Confío en mi mellizo, pero a veces se comporta como un cabrón con tal de ver el mundo arder. No sé qué le estará contando a Katya, pero habla con ella largo y tendido, mostrando sus sonrisas perfectas para manipularla.

Vale, solo la está manipulando para conseguir información.

Perfetto.

Cuando me despisto, Marlene ya no se encuentra a mi lado. No tengo ni puta idea de dónde ha ido, pero al fin estoy solo esta noche. Desvío mi mirada hacia Anya, quien intercambia algunas palabras con los guardias que ella ha escogido para que la protejan durante la noche de cualquier posible peligro.

Dudo que esta noche ocurra algo importante. Tan sólo es una celebración del matrimonio entre Boris y Anya. Todavía no querrán matarla para no estropear el negocio que él tiene en mente para salvar a su organización. Localizo fácilmente a su futuro esposo, está saludando a la gente nueva que entra al lugar.

Me dirijo discretamente hacia donde está esa rubia de ojos azules vestida con un precioso vestido que, si fuera por mí, ya estaría sin él. Choco accidentalmente con ella, dándole una señal para que me siga hacia un cuarto.

Ella mantiene su mirada en mí, mostrando una leve sonrisa a modo de afirmación. Me doy media vuelta, apartando a la gente de mi camino mientras cruzo una de las puertas del local.

Sinceramente, no tengo ni puta idea a donde estoy yendo, pero el objetivo es alejarse de ese salón principal, donde están todos los invitados, Marlene y Boris.

Escucho unos pasos detrás de mí, el sonido de unos tacones resuena por todo el pasillo que estoy recorriendo. Esos pasos se hacen más rápidos para alcanzarme cuanto antes. Noto como unas frías manos se apoyan sobre mis hombros, cerca de mi cuello. Enseguida me llega el olor de su colonia, haciendo que me gire hacia ella para arrastrarla a un cuarto vacío que tengo en mi derecha.

Es Anya quien me empuja contra una pared, encendiendo la luz de este lugar. No hay nada importante, solo cajas de cartón y algún que otro mueble para almacenarlas. Lo que me extraña es la actitud de ella y su ceño fruncido, que indica lo molesta que está conmigo.

—¿Te divierte besar a Marlene delante de mi cara?

—Lo mismo te podría decir de Boris, ¿no crees?

—Pero tú bien que lo disfrutaste —me acusa, celosa—. ¿Y ahora quieres besarme o follarme? Supongo que te excitó ese beso, ¿no? Por eso estás aquí, con esas intenciones.

Sonrío al oír ese tono de voz celoso y molesto, tan solo por un beso sin importancia.

—Si estoy excitado no es por ella, sino por ti. Que sin hacer nada ya me tienes con ganas de subirte ese vestido y follarte en este lugar, mientras tu futuro esposo está a unos cuantos metros de aquí, buscándote.

—¿Y a qué esperas? ¿A que alguno de los dos eche de menos nuestra ausencia y nos busquen por todo este edificio?

—Esperaba a que se te pasaran los celos...

—No estaba celosa, sino molesta —aclara.

—Pues yo sí estaba celoso cuando te vi besándote con Boris —confieso, acercándome a ella—. Y tú también, no lo niegues, Anya. Quieres que sea solo para ti, ¿cierto? —río, tomándola de su cintura—. Lo que no sabes es que mi alma siempre te perteneció a ti, dolcezza.

Beso sus labios atrayendo su cuerpo hacia el mío, su boca responde el beso al instante, moviendo sus labios a un mismo ritmo que los míos. Me agarra del cuello de la camisa, echándome hacia adelante mientras su espalda choca contra una de las paredes. Desabrocha los botones de mi camisa con urgencia, sin dejar de besarme. Mis manos se encargan de acariciar sus piernas, subiendo ese precioso vestido azul que le queda perfectamente en su cuerpo. Las palmas de mis manos tocan sus muslos internos, accediendo una zona que espera ser tocada.

El karma de Duncan [+21] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora