El karma de Duncan [+21] ✓

Capítulo 8

Anya Petrova

Marlene Dietrich.

Su nombre permanece en mi mente. Intenté buscar información sobre ella, pero no sale nada. Es como si esa chica nunca existiera. Algo que no es de extrañar, debido a quién es su padre. Normalmente ocultan ese tipo de información para que nadie le vaya a hacer daño. Es lo que había hecho mi padre con nosotras, cuando Katya aún vivía. Ocultaba frente a todos que tenía dos hijas, que tenía una mujer. Fingía ser alguien solitario para que nadie intentara joderle la vida. Aunque no funcionó, porque tarde o temprano las cosas siempre salen a la luz.

Lo único que sé de Marlene es que vive en Black Hollow. Porque ni siquiera tengo una descripción física sobre ella. Puede estar delante de mí en cualquier momento y yo puedo no enterarme.

—Me he enterado que los Lombardi tienen un nuevo hotel —comenta Alexei, sin levantar la mirada del móvil—. Podríamos ir a echarle un vistazo —propone.

—Ni loca —me niego rápidamente. Ahora él sí levanta la mirada de su móvil—. No voy a ir al hotel para encontrarme con uno de sus hermanos o con él mismo —ruedo los ojos.

—¿Y a dónde vamos entonces? —pregunta, mientras caminamos por la calle, sin ningún lugar fijo a donde ir—. Vamos al hotel, queda a unos cinco minutos andando —insiste.

—Pero no entramos.

—Como quieras, lo vemos de lejos.

Conociendo a Alexei, sé que lo dijo por una razón: ver a Daryl. Se ha encaprichado con él y conociendo un poco a Daryl, sé que no repite dos veces con la misma persona. Algo que le advertí a Alexei desde el primer día, pero él todavía piensa que puede ser la dichosa excepción.

Y los Lombardi nunca hacen excepciones.

—Sabes que Daryl no se interesará en ti, ¿verdad?

Lamento ser tan directa, pero es la única forma de que no se haga daño más adelante. Mi mejor amigo es demasiado ingenuo en estas cosas a pesar de los golpes que le ha dado lo llamado «amor».

Él se gira hacia mí, alzando una ceja y pensando algo para atacarme.

—Sabes que tu venganza contra Duncan no va a salir como planeas, ¿verdad?

—Por eso no tengo ningún plan, voy improvisando sobre la marcha —sonrío, orgullosa—. Si no hay plan, no hay nada que pueda salir mal.

Alexei suelta una breve carcajada e indica con su dedo índice un gran edificio, el nuevo hotel de los Lombardi. Lo observamos de lejos, viendo a la gente entrar y salir. Es más grande que el anterior que tenían, porque claro, después de lo que sucedió con la policía... tuvieron que cambiar de edificio. Y este es mucho más amplio, tiene unas cuantas más habitaciones y es de color blanco, como el anterior. Alzo mi mirada, viendo la azotea.

De un lugar así de alto alguien podría matarse...

Llevar a Duncan ahí arriba, empujarlo y... listo.

Simple, pero eficaz.

Aunque se trata de un Lombardi. Probablemente terminaría cayendo de pie y haciéndose un simple esguince.

—No veo a Daryl... —murmura Alexei—. ¿Estará dentro?

—No lo sé y no pienso averiguarlo.

Una mano firme se posa en mi hombro, doy un pequeño brinco al asustarme. La otra mano se posa en el hombro de mi mejor amigo, el cual también se asusta. Nos giramos y vemos a Darek Lombardi. Debido a su gran altura tengo que alzar mi cabeza para verlo. Todo mi ser se paraliza al conectar mi mirada con la suya. Es una de esas miradas que te quitan el aliento, que te dejan sin palabras, mirando sus ojos grises con diferentes tonalidades. Piensas que alguien como él no puede ser real, pero lamentablemente, lo es. Alguien como él puede destruirte en todos los sentidos posibles. Yo descubrí uno de esos sentidos, tuve la suerte de no experimentar el otro.