Capítulo 24

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Tras acabar aquella escena algunas personas se acercaron a felicitar a la pareja, otras se fueron y el resto les gritaron cosas no muy agradables.
Al final todos se acabaron alejando como si nada hubiera pasado.

—¿Desde cuando esas dos se hablan? —escuché preguntar a Kanan.

Es verdad, ellas no lo sabían.
Yoshiko probablemente se lo habría contado a Hanamaru y Ruby, pero las demás no sabían nada.

Yoshiko se dió la vuelta, al parecer había escuchado la pregunta de Kanan y se giró para mirarla.
—Siento no haberos dicho nada, pero sabía que Riko no os agradaba —respondió.

Kanan la miró sorprendida, luego a Riko y entonces habló.
—Creo que me ha dejado de desagradar un poco.

Me sorprendí al escuchar eso, pero entendí que Kanan quizás también intentaba seguir adelante a pesar de todo lo que hizo Riko.

—Muchas gracias Kanan-san —dijo Riko.

Pude ver cómo los ojos de Yoshiko brillaban con emoción y la sonrisa de Riko se hacía más grande.

La vida son caídas y bajadas constantes de emociones, quizás un día seas la persona más feliz y al siguiente estés sumido en la tristeza.

Y últimamente mi vida daba muchos giros inesperados.

                                        ***

Estaba saliendo del instituto aquel día, decidí dar una vuelta por los alrededores ya que no quería llegar a mi casa tan pronto.
Invité a las demás a venir pero todas tenían cosas que hacer, así que fui yo sola.

Caminaba por las calles sin rumbo y ningún destino determinado, hasta que llegué a la puerta de un parque, uno de los parques en los que soñé con You ahora que lo pensaba.

Entré con el objetivo de sentarme en algún banco a tranquilizarme y pensar, cuando vi un banco que se me hacía muy familiar decidí que ese sería el lugar donde lo cumpliría.

Me senté a pensar en mis cosas, solo escuchaba algunos perros de la zona jugando con sus dueños y ruidos exteriores, como el motor de los coches o los pájaros haciendo su sonido característico.

—Disculpa, te me haces conocida, ¿no eres la que ayudó a mi hermano el otro día? —escuché a alguien preguntar, así que me giré.

Y allí estaba, de nuevo la chica con un parecido extrañamente igual a You.
—Oh, hola —respondí.
Por un momento volví a pensar que era una ilusión, traté de negarme a ello, insistí en que lo era, pero no desaparecía de mi cabeza.

—¿Puedo sentarme? —pidió permiso para sentarse a mi lado en el banco. Yo asentí en respuesta.

—Gracias por lo del otro día, de verdad —volvió a hablar ella.
Se sentía muy real.

—No fue nada, era lo menos que podía hacer —dije en respuesta.

Por un momento volvimos a quedarnos en silencio, observando nuestro alrededor con atención.
Hasta que ella volvió a romper el silencio.
—¿Cómo te llamas?

                                         ***

Me encontraba en mi sueño de nuevo, esta vez preparándome para salir con You.
Aunque esta vez opté por arreglarme más que las otras veces que salí con ella, esto se sentía como una cita.

¿Y si yo lo estaba malentendiendo? ¿Solo era una quedada normal?
Mi mente no paraba de dudar, no sabía que hacer.

Al salir de mi casa se podría decir que estaba más nerviosa de lo que nunca lo había estado.
Mi corazón latía sin parar de solo pensar en las posibilidades de que You y yo acabáramos siendo pareja al final del día o que yo estuviera malentendiendo todo, era mucho más probable la segunda opción.

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