Capítulo 40

33 8 1
                                    

Lo estaba pensando demasiado.
¿Por qué sentía como si hubiera sido infiel?

Llegué a mi casa con la necesidad de dormir cuanto antes.
Necesitaba saber si lo que había ocurrido cambiaría algo o no.

You y yo nos despedimos tras lo ocurrido. No lo hablamos, pero por su reacción pareció estar de acuerdo con ello, así que no le di importancia.

___

Desperté en mi habitación. La escanee en cuanto pude abrir los ojos. You no estaba allí.
¿Sería que había despertado en la realidad? ¿Entonces se había acabado soñar con ella?
Salí de mi habitación enseguida, en busca de Ayumu.
Al entrar a su habitación me miró confundida.
—¿Qué pasa?
Tenía que pensar en algo que respondieran diferente la Ayumu real y la de mi sueño.
—¿Cómo está Yuu?
En mis sueños, Ayumu seguía siendo su mejor amiga.
—Está bien, ¿por qué lo dices?
Estaba soñando.
Me despedí y cerré la puerta.
Suspiré de alivio una vez estuve de vuelta en mi habitación.

Decidí revisar mis mensajes por si You me había escrito. Nada.
Entré a nuestro chat para leer lo último que habíamos hablado. Eran mensajes de hacía unos minutos.
«Ahora no puedo salir Chika, lo siento, si quieres luego te aviso y salimos cuando acabe💗».
«Claro» respondí.
Al parecer hoy estaba ocupada. Pero por otra parte era algo positivo, no había afectado en nada mi relación con la You real.

Di vueltas por mi habitación sin parar. ¿Que podía hacer hasta entonces?
No sabía lo mucho que tardaría, ni tampoco que podía hacer en ese mundo. Cómo mucho había interactuado con You y mi familia.

Escuché un ladrido en mis pies, así que bajé la mirada, encontrándome con Shiitake.
Estaría bien jugar con él hasta que llegase la hora.



Recibí una llamada, era ella.
«Chika, ¿puedes reunirte conmigo en el parque?» preguntó la voz de You al otro lado.
Le dije que estaría en unos minutos y colgué.
—Nos veremos luego —me despedí de Shiitake con una sonrisa.



You se encontraba allí esperándome. Probablemente estaría cerca y por eso quiso que nos viéramos allí.
—Hola —saludé.
—Siento mucho no haber podido salir antes, en serio.
Volví a restarle importancia. No era como si su vida tuviera que girar en torno a mí.
Me abrazó como disculpa y me invitó a sentarme a su lado en el banco.
—¿Cómo has estado?
—Bien, estuve jugando con Shiitake —respondí.
—Hace unos días que no lo veo, deberíamos ir a tu casa mañana —propuso.
Estuve de acuerdo en eso. Shiitake era como nuestro hijo, se alegraría de ver a You.

—¿Y tú? ¿Cómo has estado? —devolví su pregunta.
—Bien, tuve algunos asuntos familiares.
Sabía que le incomodaba hablar de temas serios, así que no pregunté.
—¿Cómo está Azumi?
No lo veía desde que me regaló aquel dibujo, y You tampoco decía mucho sobre él desde entonces, así que tuve la necesidad de preguntar.
—Está bien —respondió en pocas palabras. Asentí.
No sabía que más decir, así que solo permanecí a su lado.

Esperé a que ella iniciara la conversación, pero no ocurrió.
You siempre empezaba las conversaciones.

___

Otro día más que no sabía cómo sentirme.
Por una parte estaba feliz porque You me había besado en la realidad, cosa que me hacía sentir mucho mejor que una realidad imaginaria.
Pero por otro lado, nada más avanzaba.
Hiro seguía insistiendo, pero nuestros esfuerzos no daban resultado.
Y mi relación con You en mi sueño parecía estar pasando por un momento incómodo. No sabía si era cosa mía, ya que había besado a su otra yo el día anterior.

—Te prometo que lo estamos consiguiendo —aseguró Hiro otra vez.
—Me estoy replanteando dejarte solo en esto.
—Luego volveré a hablar con él.
—Lleva ignorandote varios días —informé.
—Pues dejará de hacerlo, ¿quién se ha creído que es? —habló molesto.
—¿Lo haces para ayudarle o por orgullo? —dudé.
Se lo pensó. Definitivamente era por orgullo. No soportaba ver a Kai ignorándolo así.
—Eso no es importante.
Siguió hablando solo.
Hiro se quejaba de Kai continuamente, ya ni siquiera tenía en mente ayudarle en su situación. Aunque lo entendía, Kai era un caso perdido.
—Quizás no se pueda ayudar a las personas que no quieren ayuda —interrumpí su monólogo.
Hiro se mantuvo en silencio por primera vez en semanas.
—¿Entonces deberíamos parar?
Fue la primera vez que se replanteo no estar haciendo lo correcto.
—Deberíamos hacer una pausa, piénsalo, yo lo haré también, mañana podemos decidirlo —sugerí.
Hiro asintió y se despidió.



—¿Qué tal ayer? —preguntó Kanan en cuanto me vio.
—Te lo dije, estamos destinadas.
—Espera, ¿pasó algo? —curioseó.
Su emoción fue mostrada en sus palabras, por ello, más personas no tardaron en sumarse a la conversación. Y cuando digo más personas, está claro que la primera fue Mari.
—¿Qué ha pasado? ¿Ya estás saliendo con alguien? —interrogó de inmediato.
—Yo-
—Creces tan rápido, yo que creía que jamás ibas a conseguirlo —me interrumpió.
—¡Oye!
Y eso desencadenó que Yoshiko también se metiera.
—Parece que estáis hablando de algo interesante.
Miré a Kanan en busca de ayuda.
—Creo que Chika y yo nos vamos para hablar a solas, enseguida volvemos —avisó antes de arrastrarme a otra zona.
Escuché las quejas de ambas al alejarnos.

—A veces me gustaría contarles todo pero siento que debo mantenerlo en secreto —admití.
—¿Y eso?
—No lo sé, es como si todavía no fuera el momento.
Kanan pareció entenderlo y me animó a seguir contándole lo ocurrido el día anterior.

No tuve problemas al expresar lo que sentí en aquella situación, cuando You al fin dió el paso.
Fue un alivio, como si el sentimiento de estar mal de la cabeza por soñar con ella todos los días hubiera sido reemplazado por una realidad a su lado. Me hizo sentir cuerda otra vez.

—Recuerda que puedes hablar conmigo de lo que sea.
Kanan parecía preocupada por mí.
Asentí y le dije lo mismo.



Aquella tarde debatí el tema de Kai.
No habíamos logrado avances, y seguramente por mucho que inistieramos solo estábamos empeorando la situación.
Quizás debería decirle a Hiro que paráramos de intentarlo, pero prefería escuchar sus pensamientos antes de compartir los míos. Después de todo, los demás siempre pueden hacerte cambiar de opinión presentando otros puntos de vista.

«¿A qué hora hoy?» leí.
You me había escrito para acordar una hora a la que vernos.
Ella no quería que fuera demasiado temprano, así que dudaba que accediera a salir justo en ese momento.
«Por la noche si quieres, a las nueve o diez» respondí.
Era la mejor opción teniendo en cuenta que ella no quería salir antes y yo prefería no salir tan tarde.
Aunque aún me preguntaba por qué no querría salir a otras horas. Quizás yo era su remedio para el insomnio.



Como esperaba, ella llegó antes que yo. Siempre lo hacía.
Sonrió en cuanto me vio aparecer. Ese también era un hábito suyo que me aceleraba el corazón.
¿Cómo debía actuar después de lo del día anterior?

Nos saludamos con un abrazo.
—Tenía muchas ganas de verte.
¿Cómo podía responder a eso? Mi corazón cada vez latía más rápido.
—Yo también.
Nos sentamos en nuestro banco, sin saber muy bien que decir.
You entrelazó nuestros dedos y puso su cabeza sobre mi hombro.
—Me gusta mucho estar contigo.
A ese paso no iba a salir con vida de allí.

Últimamente ocurría todo el tiempo. You me halagaba o decía que le encantaba estar a mi lado. Se aseguraba de hacérmelo saber siempre.
Parecía hablar en serio, yo parecía gustarle a ella también.
Esperaba que me pidiera salir en algún momento. ¿O debía hacer eso yo?
De todas formas ese no parecía ser el día.

Aunque no tenía expectativas, You acabó estando muy apegada a mí toda la noche.
No podía separarse, me seguía diciendo cosas bonitas y trataba de darme la mano todo el tiempo.
Incluso nos volvimos a besar. No una vez, ni dos, quizás demasiadas. La verdad es que perdí la cuenta.
Ese día la despedida fue menos incómoda.

___

You apareció por mi casa unos minutos después de la hora acordada.
Abrí la puerta enseguida y la invité a pasar.
Shiitake corrió hacia la entrada con la intención de saludar a You.
Al verla comenzó a dar saltos y ladrar.
You sonrió ampliamente al notar su reacción al verla.

Subimos a mi habitación junto con él, que no se separaba de You.
—Parece que no te ha visto en años —me burlé.
—¿Estás celosa?
Shiitake nunca se emocionaba tanto conmigo, el efecto de You supuse.
—Que va, pero parece que te quiera más a ti —me reí.

En realidad entendía a Shiitake a la perfección. Yo también me emocionaba de esa forma cada vez que la veía.

RecuerdosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora