Capítulo 8

187 28 24
                                    

—Por favor Chika-chaan —me suplica You poniéndose de rodillas.

—¿Para qué quieres que juegue contigo? —le pregunto, aún sentada en un banco del parque.

—Porque deberíamos pasarlo bien ya que hemos quedado juntas, ¿no crees?

You y yo estamos en el parque, ella no para de proponerme juegos deportivos, quiere que hagamos algo juntas, pero yo no tengo ganas así que he estado un rato viendo cómo lo hacía ella. Es mejor en el deporte de lo que esperaba y no para de insistir en que lo haga yo también, que no quiere seguir haciendo cosas sola.

—Pero a mí no se me dan bien esas cosas.

—Yo puedo enseñarte, ¿y si trepamos un árbol? Sería divertido —me dice emocionada. A You le brillan los ojos, ¿realmente quiere hacerlo no?

—Lo intentaré, pero como me haga daño será tu culpa —digo dejándoselo claro.

—¡Bien! Allá vamos. —coge mi mano empieza a correr en dirección a un árbol, no sé ni por que voy a hacer esto.— ¿Estás preparada?

—Bueno. —me quedo inmóvil al ver el árbol. ¿De verdad es posible escalar eso? ¿Y si me caigo y me rompo algún hueso? Se ve que You es demasiado temeraria.— Creo que cambié de opinión, ¿por qué mejor no vamos a alguna cafetería o algo así?

—Vamos Chika-chan, tenemos que hacer esto, te encantará. —ojalá fuera verdad.

—No estoy muy segura de eso —digo en voz baja.

—No te preocupes, yo estaré a tu lado, no dejaré que te caigas. Si es eso lo que te preocupa claro.

—Supongo que lo haré entonces —digo dudando sobre que responderle a eso.

—¡Yousoro! Vamos, primero lo que tienes que hacer es esto. —You comienza a enseñarme que hacer para subir el árbol, mientras yo intento imitarlo para lograr mi objetivo, aunque supongo que mi único objetivo ahora mismo es pasarlo bien con ella.

Al escalar el árbol, después de un rato de intentos, de risas y de caídas un sentimiento de felicidad invade mi ser, You también parece feliz; puede que ya haya encontrado a la amiga que necesito. Esa que está contigo cuando te sientas asustado, esa que te haga ver lo que el miedo no te deja ver, esa que te hace ver el lado bueno de algo aunque tú no lo veas desde un primer momento.

—¿Te divertiste hoy? —me pregunta de repente.

—Mi respuesta es obvia.

—¿Ah, sí? No sabía que cambiaste tanto como para admitirlo —dice burlándose de mí.— ¿Quién te hizo cambiar tanto en tan pocos días? —pregunta.

—Te sorprendería.

—Oh vamos, dímelo.

—No. —ella sigue insistiendo en que se lo diga. ¿Por qué tantas ganas de saberlo?

—Vamos no irás a dejarme con la curiosidad ¿no?

—Quién sabe.

—¡Chika-chan! —me grita con un tono infantil que me resulta bastante gracioso. Ella al ver que me rio mira hacia otra dirección molesta.

—¿No te irás a enfadar por eso no? —le pregunto al ver su nueva actitud. Ella me mira con la misma cara de molestia, pero en un segundo la cambia por completo, una sonrisa se forma en sus labios y también se empieza a reír.

—No puedo enfadarme contigo.

Así transcurrió nuestro nuevo día juntas, ya llevamos hablando un tiempo, en mis sueños siempre vamos juntas a algún sitio, nos divertimos y luego me despierto. Esa es nuestra rutina de siempre, siendo sincera, me gusta estar con ella, me divierto.

RecuerdosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora