Capítulo 43

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Parecía querer preguntarlo. ¿Por qué había cambiado de opinión de repente?
No era que tuviera el objetivo de ayudar esta vez. Ya habíamos quedado en que no tendría sentido hacerlo por eso.
Puede que estuviera siendo muy egoísta al hacerlo de esa forma, pero a veces era necesario pensar en uno mismo.
—¿Entonces...?
Hiro quería escucharme compartir mis pensamientos. Eso significaba que no estaba del todo en contra.
—Necesito hablar con él —expliqué brevemente.
Lo entendió enseguida, como si no hiciera falta decir nada más.
—Entonces, ¿cuándo ponemos en practica la siguiente parte del plan?
Ni siquiera tenía que pensarlo.
Ya habíamos intentado sacar algo por las buenas y no habíamos conseguido nada.
—Mañana.
Necesitaba al menos un día para asimilar todo, así que decidí no sorprenderlo con tan poca antelación.
—Mañana será entonces.
Estuvo de acuerdo.
No sabía si Hiro me estaba ayudando porque sentía que me debía algo, pero agradecía poder contar con él.



No podía decir que me lo esperara.
Definitivamente no estaba en mi lista encontrar aquello. ¿Estaría pensando demasiado?
Si hubiera mirado el contenido al menos...
Aunque ya era tarde para arrepentirse.

Quizás Eiji le enviaba cartas a You y Kai cuando estaba viviendo fuera. Era la teoría que más sentido cobraba.
Pero no estaría segura de eso si Kai no me lo confirmaba por él mismo.

Todo sería más fácil si hubiera podido leer el contenido. ¿Por qué no lo hice?
Ah, sí. La privacidad de You.
Estaba siendo demasiado paranoica. Solo debía confiar en ella. Era You después de todo.



—¿Crees que la comunicación es importante? —pregunté, completamente fuera de lugar.
You levantó una ceja.
—Ya sabía que hoy estabas rara, ¿qué ha pasado?
—Una amiga que nunca me cuenta las cosas, no sé si confiar es la mejor opción —admití.
—¿Lo haces? —preguntó. —¿Confías en ella de verdad?
Lo pensé por un momento.
Había tenido mis dudas, pero siempre me demostraba que podía confiar plenamente.
—Lo hago, solo que me gustaría que hablara las cosas.
—A lo mejor deberías hablarlo con ella, la comunicación es muy importante.
Estaba de acuerdo en eso. Pero tampoco podía obligarla a decírmelo todo.
—¿Lo estoy haciendo bien entonces? —quise saber.
—La confianza ciega no es buena, pero tampoco puedes desconfiar a la ligera Chika.
Tenía razón. Estaba siendo demasiado desconfiada. Solo debía seguir así, pero sin bajar la guardia.

—Hoy has iniciado tú la conversación profunda —remarcó.
—Me inspiras a tenerlas.
You rió.
No terminaba de ser una broma. Con ella sentía que podía hablar de temas profundos con comodidad.
—A veces es bueno —habló. —Eso de compartir tus pensamientos sobre estos temas y conocer otros puntos de vista.
Asentí.
—Me gusta conocer los tuyos.
Sonrió.

___

Confía.
—¿Estás bien? Te noto distante —se preocupó You. —Hace mucho que no te veo así.
—Estoy bien —respondí.
Ella no parecía convencida del todo.
—Sabes que estaré aquí siempre que lo necesites —me recordó.
—Lo sé.
You depositó un beso en mi frente y me abrazó.
Noté que temblaba un poco. Su corazón latía con rapidez y su agarre se hacía cada vez más fuerte.

___

Los nervios se apoderaban de mí. Trataba de no pensar, pero no servía de nada.
En cuanto desperté recordé el plan del día y sentí cómo mi pulso aumentaba por segundos.
Había tomado una decisión en un momento impulsivo, pero quería seguir aunque así fuera.
Sabía que la sensación no desaparecería hasta acabar lo que había por hacer.

—Chika, te ves muy pálida —avisó Kanan.
—¿Tú crees?
Solo había tenido un pequeño golpe de realidad esa misma mañana al darme cuenta de que iba a seguir a su casa al chico que me molestó durante tanto tiempo.
¿No sería peligroso hacer eso?
—¿Te has mareado? ¿Te duele algo? —se preocupó.
—No es nada, en serio —quité importancia.

Kanan me estuvo vigilando las siguientes horas de clase.
Ni siquiera me enteré de nada, estaba en mi propio mundo, contemplando las posibilidades.

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