Capítulo 39

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Unas semanas pasaron volando, había estado demasiado ocupada como para notar el paso del tiempo.

Hiro y yo nos comenzábamos a desesperar.
Nuestro plan había sido aplazado, ya que decidimos que sería mejor insistir hasta que Kai dejara que le ayudasemos.
Siempre que tratábamos de hablar con él nos ignoraba. A veces respondía, pero desaparecía enseguida.
Nunca esperé que alguien como él tuviera tanta paciencia. Nuestra idea era precisamente que la perdiera, ya que tendríamos la oportunidad de que admitiera algo él mismo. Pero se nos estaba resistiendo por completo.

—Está empezando a cansarse, lo noto —afirmó.
—Hiro, ya han pasado tres semanas.
No quería caer en el pesimismo, pero esto no nos llevaba a ningún sitio.
—Si no lo conseguimos esta semana, la próxima pondremos a prueba la tercera fase del plan.
Suspiré.
—Eso llevas diciendo tres semanas —resté importancia a sus palabras.
Pero Hiro no se rendía. Seguía insistiendo constantemente.
Me preguntaba a diario quien se rendiría antes, ¿Hiro o Kai?
—Esta es la semana Chika, siento que estamos llevándolo a su límite, ya verás.
Si lo que decían era verdad, estaba fuera de nuestro alcance ayudar a Kai. Pero no perdíamos nada por intentarlo.
Así que seguimos intentándolo.

Por otro lado estaba la You real. Seguíamos hablando, conversaciones triviales, ningún tema serio.
Últimamente se veía más feliz. También sabía que había estado durmiendo mejor.
No era mucho, pero una pequeña mejora podía hacer grandes cosas con tiempo.
Seguíamos quedando de noche, a veces me costaba despertarme por sueño, Kanan me lo recordaba a diario. Debería hacerle caso.
Además, había notado algunos comportamientos fuera de lo común. Consultándolo con Mari, me aseguró que estaba tratando de coquetear conmigo. Aunque yo no estaba del todo segura.
Siempre me dedicaba esas miradas y buscaba el contacto siempre que podía.
No podía culparla cuando a veces me equivocaba y estaba apunto de besarla antes de recordar que no era la You de mis sueños.
Kanan me decía que diera el paso si quería darlo, pero que tuviera cuidado. Como una de mis mejores amigas, consideraba que su opinión era importante, por eso decidí no hacer nada hasta que You diera el primer paso.

Las chicas comenzaron a ser más abiertas en cuanto a sus relaciones, excluyendo a Kanan y Mari, que ya todo el instituto sabía de ellas.
Dia y Hanamaru parecían mucho más cómodas.

No volví a tener visiones ni a escuchar nada durante ese tiempo.

Y mi relación, bueno. La verdad era que estaba todo bien, me llevaba mejor con su hermano y You y yo salíamos casi todos los días. Pasábamos mucho tiempo juntas.
Me había estado enamorando cada vez más de ella. Tenía tantas cosas buenas.
Aunque eso no significaba que las malas no existieran. You nunca me lo contaba si le pasaba algo malo, siempre sufría en silencio, evitaba todo aquel tema que le afectara. Y eso era algo que me producía mucho estrés.
Quería pedirle que se comunicara conmigo, pero sabía que se sentía incómoda hablando sobre cualquier tema que le hiciera pasar un mal rato.

Esos últimos días You había recibido algunas llamadas. Pensé que podía ser su hermano, pero ella siempre colgaba sin dudar. You nunca colgaría a su hermano. Siempre que lo molestaban estaba ahí para ayudarlo, era una de sus personas favoritas.

___

«Oye You, hoy tardaré más en llegar, espero que no te importe» escribí.
Unos segundos más tarde ya tenía respuesta.
«Claro que no, avísame».

Kanan y las demás querían salir a dar una vuelta y cenar.
No creía que fuera a tardar tanto, ya que la hora de siempre era bastante tarde. Pero por si acaso decidí que avisar sería la mejor opción.

Llevábamos unos días sin salir, pero fue muy divertido pasar el tiempo con ellas.
Todo volvía a mejorar, sentía estar a un paso de que todo se solucionara. Eso era lo que siempre quise.
Entre risas perdí la noción del tiempo. No miré la hora en ningún momento.
No fue hasta que recordé que había quedado con You que miré el móvil por primera vez en toda la noche.
Era tarde, teníamos clases al día siguiente.
—Chika, ¿vas a ir a verla ahora? —me preguntó Kanan. Asentí.
Las demás estaban absortas en otras conversaciones, así que no me preocupó que lo dijera en voz alta.
—Deberías decirle de salir antes.
—Lo sé, hoy se lo diré, lo prometo —aseguré.

No tardamos mucho más en despedirnos. Y en cuanto lo hicimos envié un mensaje a You diciendo que estaba en camino.
No habíamos quedado muy lejos de mi casa, así que tampoco tardé mucho en llegar al parque.

—¿Te lo pasaste bien? —preguntó You en cuanto nos encontramos.
—¿Cómo sabes que salí?
—Es un secreto —respondió.
You pareció ponerse nerviosa. Entonces recordé algo que podría ser la razón por la que lo sabía.
—¿Fue Yoshiko? —me interesé.
La You real no me había hablado de ella, pero yo sabía que eran amigas.
—¿Te lo ha dicho ella?
—Me dijo que erais amigas.
Entonces se calmó y afirmó que así fue.

—Oye, quería preguntar algo —hablé, recordando las palabras de Kanan.
—¿Qué es?
—Siempre nos vemos de noche, pero también me gustaría verte a más horas del día, ya sabes —admití.
You lo pensó.
—La verdad es que no sé si podría quedar tan temprano pero... —notó la decepción en mi rostro. —Supongo que unas horas antes sí.
No era la respuesta que quería, pero era un avance.

La tensión crecía a medida que los días pasaban.
You tenía que sentir lo mismo que yo. ¿Debía confiar en Mari? Ella me dijo que sí pero, ¿y si no sentía lo mismo que yo?
Vamos, son la misma persona, ¿You en tus sueños te rechazaría alguna vez? Claro que no.

Nos seguíamos mirando sin decir una palabra.
Llevábamos ya unos minutos así.
¿Debía hacer algo? ¿O esperar a que ella lo hiciera?
Esperé, decidí esperar. Quedaría en ridículo si estuviera malinterpretando la situación.

Recordé como era con la otra You al principio, también fue difícil atreverse a dar el paso. Pero no dejaba de pensar. Si la You real y yo empezábamos a salir, ¿dejaría de soñar con la otra? ¿Todos mis momentos pasados con ella se convertirían en nada?
Cada vez tenía más miedo.

You notó mi estado de preocupación. Puso su mano sobre mi pierna y se acercó un poco.
Entré en pánico.
—¿Estás bien?
—Sí, no es nada —dije enseguida.
No pareció creerselo, pero no quiso insistir más.
Estaba segura de que quería acabar con todo, mis sueños incluidos, ¿pero realmente quería?
¿Me conformaría con la real?
Eran la misma persona pero... ¿Y si no volvía a soñar con You? Mi You.

Era un miedo irracional, no sabía cómo podía afectar mi relación con ella a mi otra relación. Pero a lo mejor todo seguiría siendo igual, seguiría soñando con ella. No es como si la estuviera engañando.

Inhalar. Exhalar.
No dejaba de mirarme. You seguía muy cerca.
Su mirada no tardó en bajar a mis labios, ¿estaba segura de que estaba mirando ahí?
Estaba acostumbrada a besarla ya, pero no era lo mismo, al ser real era muy diferente. El corazón me iba a mil.

Noté como colocaba un mechón de pelo detrás de mi oreja. ¿Cuando había llegado su mano a ahí?
Tenía que calmarme. Podía hacerlo. Lo hacía todos los días. No era nada distinto.

Volví en mí cuando nuestros labios ya se rozaban. Sentí que moría cuando terminó de unirlos.
De repente me sentía como si no hubiera besado jamás.

Esperaba que no tuviera consecuencias.

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