Capítulo 32

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De camino estuve pensando, sabía que en el fondo de mi mente ese nombre estaba guardado, alguien que yo conocía se llamaba así. Pero, ¿quién?
Decidí que era demasiado tarde para seguir dando vueltas al mismo tema, así que me rendí por el momento.

Justo cuando estaba apunto de volver a dormir recordé que You aún no me había escrito. ¿Y si estaba esperando a que apareciera por el parque hoy?
No pude ignorar aquel pensamiento, así que volví a salir a escondidas.

Tardé unos minutos en llegar. Volví a revisar mis mensajes y nada, no me había escrito.
Di una vuelta, otra, otra, una más por si llegaba tarde, de nuevo no apareció por allí.
Una hora más tarde acepté que no aparecería por mucho que yo esperara, así que me fui de vuelta.

¿Y si había pasado algo grave?
Pero otra voz en mi cabeza me dijo que solo estaba siendo paranoica, llevaba dos días sin dar señales de vida, nada más.
Al día siguiente le escribiría yo para comprobar que todo esté bien.

___

—Youu —me quejé.
Ella siguió inclinándose rápidamente para juntar nuestros labios una y otra vez.
Le bloqueé el paso esta vez, tapando mi boca con una mano. No me estaba dejando hablar, aunque era bastante lindo ver cómo actuaba conmigo.
—¿Ahora me dejas comprarte lo que dijiste que querías? —preguntó con una sonrisa. Negué repetidamente con un movimiento de cabeza.
—You ya te dije que no, es una tontería, volveré cuando tenga dinero.
Ella frunció el ceño ante esto, no muy convencida con la respuesta.
—Pero yo tengo.
Suspiré agotada, ya no sabía que decir para que me hiciera caso.

Todo empezó cuando entramos a un centro comercial juntas, solo para mirar. Acabamos encontrando un peluche que me gustó. Llevaba insistiendo en comprármelo más de cinco minutos.

—You, tu situación económica no es la mejor ahora mismo, lo sabes.
Sabía que esas palabras podían hacer que ella se deprimiera un poco, pero iba a seguir gastando dinero innecesariamente si me callaba.
Como esperaba, no obtuve respuesta durante algunos segundos, simplemente bajó la mirada. Reaccioné acercando mi mano a su mejilla para acariciarla, al menos para que supiera que yo estaba allí.

—¿Cómo lo sabes? —preguntó con un tono neutro.
La verdad era que ya llevábamos algunos días saliendo, pero en ese tiempo habíamos pasado tantas horas juntas que aprendimos mucho más de la otra de lo que ya sabíamos. También pasamos tiempo en la casa de la otra, y gracias a esto escuché muchas conversaciones que quizás no debería haber escuchado.
Cómo aquella conversación que tuvieron sus padres sobre su situación económica actual, en la que les llegaba para lo mínimo y debían invertir lo mejor posible para seguir en condiciones decentes.
You aún no trabajaba, a pesar de que había dicho varias veces que quería buscar algo a tiempo parcial "solo para pasar el aburrimiento", aunque yo sabía que no era así.
También sabía que había dejado de hablar sobre trabajar desde que empezamos a salir. Quizás porque desde entonces todas sus horas libres las pasa conmigo, no querrá que nos separemos a pesar de vernos en el instituto diariamente.

—Escuché a tus padres el otro día cuando esperaba a que salieras de la ducha —expliqué brevemente.
Sabía que You no quería que supiera nada sobre eso, no quería que pensara que podía estar pasándolo mal. Siempre quería verse optimista delante de mí.
Por supuesto que no sabía que yo había escuchado eso, no quería decírselo porque me hacía una idea de su reacción.

—Está bien, es algo temporal Chika —le restó importancia.
Por supuesto no quería que la conversación girara en torno a su situación, You no quería eso, tenía que cambiar el tema de alguna forma.
—¿Y si salimos de aquí mejor?
No fue para nada disimulado, pero ella no se negó en absoluto.

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