Capítulo 44

26 7 3
                                    

Deseé que todo hubiera sido un mal sueño.
Esa noche no pude dormir.

Sentí que todo hasta el momento había sido una mentira. Y todos lo sabían.

Aquellas miradas que notaba a diario, aquellos comentarios fuera de lugar...
Todo era por mi situación.

Shiitake fue el único que se quedó a mi lado.
¿Sería consciente de que me relajaba estar cerca de él?

Todo era real. Kai no mentía.
¿Hiro quería ayudarme de verdad? ¿Por qué no me dijo nada? ¿Él también lo sabía?
Todos debían saberlo.
Ellas también.
Kanan también.



¿Por qué nadie me dijo nada?
Me sentía tan engañada.
Pensé que no volvería a ser tan ingenua, que no volverían a traicionarme de ninguna forma, pero volvió a pasar.

Estaba tan confundida.



Ni siquiera me di cuenta cuando mi habitación se iluminó por la luz del sol. No podía levantarme.
Reconocía muy bien esa sensación.

Tampoco importaba, mis padres estarían trabajando, podía faltar al instituto.

—¡Chika, vas a llegar tarde! —gritó Ayumu desde fuera.
No respondí.

Unos minutos más tarde mi puerta se abrió.
—Chika, ¿qué haces ahí todavía?
Ayumu también lo sabía.
—Vete, por favor.
Pareció notar el tono en el que lo dije, así que no tardó en dejarme allí.
Suspiré. Mis ojos llenándose de lágrimas de nuevo.

Tenía cientos de mensajes sin leer y llamadas perdidas.
La mayoría eran de You.
«Oye, estás bien?».
«Que no respondas es raro».
«Chika, estoy preocupada».
«Responde por favor».
¿You lo sabía?
Era amiga de Yoshiko, se habría enterado.
De todas formas no le correspondería a ella decírmelo. ¿Debería responder?

Kanan me envió algunos mensajes y Riko también. Ellas dos debían saberlo.
¿Riko solo me pidió disculpas por pena? ¿Y Kanan?
Llevamos siendo amigas desde... Este año.
La fecha de entrada fue el año pasado.
No recordaba nada, por mucho que tratara de hacerlo. Era tan estresante.
¿Kanan era mi amiga por pena?
No podía evitar sentir un vacío interno.
Estaba viviendo una mentira.



No logré levantarme de la cama en toda la mañana.
Mis padres me preguntarían por eso. Pero ellos también me lo habían ocultado.
No quería hablar con nadie.



A la hora de salida del instituto me llegaron varios mensajes.
«Chika, hablo en serio, responde por favor».
Kanan estaba muy preocupada.
«Estoy bien» respondí.
No pensaba enviar ni un solo mensaje más. Kanan podía avisar a las demás. Y con You ya hablaría más tarde.



—¿No te has movido en toda la mañana? —preguntó alguien entrando a mi habitación.
—Ayumu, no estoy de humor —respondí cortante.
—¿Qué te pasa? —frunció el ceño.
—Que me dejes en paz.
Ayumu se quedó en la puerta, sin moverse ni un milímetro.
—Chika, ¿qué ha pasado? —pareció volverse mucho más seria. No respondí. —Es raro que no vayas. Y no es porque te encuentres mal —aseguró.
—Vete, no quiero hablar ahora.
Me miró con asombro.
—No te ponías así desde...
Se paró a si misma para dejar de hablar. Era un tema preferible de no nombrar en mi presencia. Pero yo sabía lo que era.
—Desde lo de Riko —terminé su frase.
Estaba cansada de que no me dijeran las cosas directamente. No era estúpida.
—Por favor, no hagas esto de nuevo.
—Vete.



Pasé la tarde exactamente igual.
Todavía no me creía nada. Tenía tantas ganas de preguntar pero, ¿cómo podía confiar en los demás?

Kanan siguió enviando mensajes.
«Menos mal que sigues ahí».
Parecía aliviada.
«Oye, dime por favor que te pasa».
Continuó preguntando, sin respuesta.



Ayumu habló con mis padres. Ellos no aparecieron por mi habitación.
Sabían que los echaría de igual manera.
Y pensar que ni sabrían la razón por la que estoy así.



Recordé los mensajes de You del día anterior.
Hoy había incluso más.
«100 mensajes sin leer».
«Nos vemos hoy?» pregunté directamente, ignorando el resto de mensajes.
Me respondió al instante. Disculpándose por tantos mensajes y confirmando que allí estaría.
Dejé el móvil a un lado.



Salí de mi casa sin hacer ruido para no llamar la atención.
You era la única persona a la que quería ver en ese momento.

Cuando me vio llegar caminó rápidamente hacia mí.
—Chika-chan, ¿qué te pasó ayer?
No quise responder, pero sabía que You lo entendería y lo dejaría pasar sin problema.
—No me sentía muy bien.
Asintió y colocó la palma de su mano sobre mi frente.
—¿Y ahora estás bien?
Sonreí.
—Ahora sí.
You me sonrió de vuelta antes de que empezáramos a caminar.
Siempre íbamos de la mano. A ese punto no sabía lo que teníamos.

Estar con You me ayudaba a olvidar todo lo demás.
Todavía seguía confundida.
Si no pedía respuestas no iba a tenerlas, pero no estaba lista para escuchar.

—Oye.
You frenó el paso y me miró.
No estaba segura de lo que estaba haciendo, debí seguir esperando.
—¿Qué pasa? —preguntó.
—¿Qué somos?
You abrió los ojos y empezó a tartamudear.
No sabía si tomarlo como una buena señal o al contrario.
Solo decía cosas sin sentido, así que tapé sus labios con mi dedo índice.
—¿Te gusto? —pregunté de forma seria.
Ella se calmó. Así que la dejé responder, retirando mi dedo.
—Me gustas —respondió, muy segura de sus palabras.
Lo tomé como un impulso para preguntar aquello que quería.
Debería haber dejado que ella misma lo hiciera.
—¿Quieres salir conmigo?
Lo pregunté demasiado tranquila.
You lo pensó unos segundos y miró al suelo.
—Bueno.
No parecía que fuera a acabar bien.
—Chika, me gustas mucho pero... —Así no es como debía ser. —Aún no estoy preparada para una relación.
Entonces, ¿todo lo que pasó fue ilusión mía?
You no era una excepción, todos acababan mintiendo alguna vez.

—Me tengo que ir.
No lo pensé mucho antes de darme la vuelta y caminar a paso rápido.
You me pidió que esperara, incluso me siguió, preguntando que pasaba.
Seguí, sin hacer caso a sus palabras.
Hasta que finalmente corrí, a la vez que más lágrimas descendían por mis mejillas.

RecuerdosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora