Capítulo 30

86 14 8
                                    

Al entrar a mi casa, Riko analizó todo mientras recorría el camino hasta llegar a mi habitación. Parecía conocer el lugar como si hubiese vivido allí durante mucho tiempo. Y sin embargo su presencia allí era un recuerdo demasiado lejano.

—¿Por qué estás aquí? —insistí en obtener una respuesta. Riko no dijo nada, esperó a entrar a mi habitación.

—No ha cambiado nada desde la última vez que estuve —habló por fin.
Quizás ese encuentro nos traía recuerdos a ambas, y aunque fueran negativos, también eran inevitables.

—Hablas como si hubiera sido hace diez años. —suspiré.
—Bueno, no vine a hablar sobre eso —anunció, sacando todos los pensamientos de mi cabeza.

Esperé a que ella volviera a hablar. Debía tener una buena razón para interrumpir mis horas de sueño como si nada.

—¿Por qué tienes esa cara? —interrogó.
Ayumu, que al parecer estaba escuchando nuestra conversación, gritó desde su habitación para responder a Riko.
—¡Está así porque no ha podido pasar tiempo con su novia!

Fruncí el ceño al escuchar a Ayumu, todo lo contrario a la reacción de Riko, que rápidamente se abalanzó sobre mí con preguntas incesantes.

—¿Tienes novia? ¿Desde cuándo? ¿Quién es? ¡Chika-chan esto es importante!
Sin duda parecía estar viviendo el momento.
—¿Por qué pareces más emocionada que yo?
—¡No me dijiste nada! —se quejó.
Por un segundo vi en sus ojos aquel brillo que recordaba en ella. No había cambiado. Riko seguía siendo Riko.

—Ni siquiera es verdad, no tengo novia, relájate —aclaré.
Toda la emoción de Riko desapareció al instante.
—Eres una aburrida.
—¡Una completa amargada! —añadió Ayumu.
Con ella hablaría más tarde.

—Agradecería el saber por qué estás aquí hoy —volví a dirigirme a Riko.
—¿Quieres que me vaya?
—Claro que no, necesito saber qué quieres —recalqué.
Ella pareció dudar.
—Después de ver tu estado de ánimo no creo te agrade saber esto —se excusó.
Estaba comenzando a desesperarme.
—Pero verás... —mi sentido del oído se agudizó al instante.— Estábamos hablando sobre salir hoy, pero al parecer Kanan, Mari y Dia ya habían quedado. Y digamos que las otras tres me excluyeron de su grupo. Así que vine a pasar el tiempo contigo y presumirles que nosotras nos lo pasamos mucho mejor juntas —terminó de hablar con una sonrisa.
—¿Así que solo vienes para no estar sola? —pregunté decepcionada.
—Chika-chan vine a verte y pasar el rato juntas, no lo digas de esa forma —aclaró.
No me convencía, pero sí era cierto que Riko estaba siendo sincera.

—Bueno, supongo que podemos hablar, hace mucho que no vienes aquí —dije al fin.
Riko se emocionó ante mi respuesta, como si le hiciera mucha ilusión recrear esos momentos del pasado.

—Me trae tantos recuerdos... —habló.
No estaba segura de qué decir.
La verdad era que a mí también me traía muchos recuerdos, todas las veces que ella iba a mi casa cuando éramos amigas. Llegó un punto en el que incluso parecía que vivía allí.
Quizás para Riko no fue fácil olvidar todo eso tampoco.

—Siento que todo acabara de esa forma —admitió.
—Ya, yo también.
Riko frunció el ceño.
—No hiciste nada mal, yo no debí hacerte tanto daño —dijo en tono de disculpa.— Pero ya sabes Chika, el mundo de la gente popular es así.
¿A qué quería llegar con esta conversación? Pensé que todo estaba hablado ya, que nada necesitaba de más aclaración.

—¿Qué quieres decir? —pregunté confundida.
Solo esperaba que no estuviera tratando de exculparse con ese argumento.

—Quiero decir que a veces nos importan demasiado las apariencias y acabamos descuidando y destrozando aquello que amamos.
De alguna forma entendía lo que quería decir, pero seguía sin comprender la finalidad.
—Bueno, lo entiendo, o eso creo —añadí.
—Lo digo porque sé que no eres tonta, pero también sé que no has vivido en ese mundo y por lo tanto tengo que advertirte, somos amigas después de todo. —me sonrió.
En realidad estaba muy confundida.

RecuerdosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora