Recuerdos

Capítulo 42

Con todos los exámenes y tareas el tiempo pasó en un abrir y cerrar de ojos.
Dos semanas desde que Hiro y yo abandonamos.
Y desde entonces no había tenido oportunidad de declarar mis sentimientos a la You real. A pesar de que ya se dieran por hecho y quizás admitirlos no cambiaría nada.
Ella tampoco había hecho ningún movimiento, aunque no había ninguna queja en mis palabras.
Realmente nuestra relación no me desagradaba. Nos veíamos todos los días sin falta, nos besábamos, íbamos de la mano, nos tratábamos como si estuviéramos saliendo. Pero aún no habíamos tenido la oportunidad de hablarlo.
Yo sabía que le gustaba, y a mí ella, pero nunca encontraba el momento ideal.

En cuanto a la You de mis sueños, todo seguía exactamente igual. Una relación sana, sin problemas, algo que cualquiera querría tener.

—Chika, ¿estás disociando de nuevo? —escuché la voz de Kanan.
Volví en mí al instante en que todas me miraron fijamente.
—¿Qué? —pregunté confundida.
—Estábamos preguntando si querías salir hoy.
—¿Hoy?
Asintieron, esperando una respuesta.
—Queríamos ir a la biblioteca a estudiar para el examen de mañana —habló Dia.
Notaron la decepción en mi rostro.
—Fue idea suya, yo nunca dije que sí —se quejó Mari.
—Lo hiciste —corrigió Dia.
—Es verdad zura. Dijiste que si Kanan-chan iba, tú también.
Mari se rindió.
—No te preocupes Mari-chan, no estarás sola —dije finalmente.
—¿Irás?
Todas parecían sorprendidas.
—No es tan raro.
—Nunca vas a las quedadas de grupo.
No tenía ninguna objeción.

Fue la tarde más aburrida de la historia, si me lo preguntan.
Ya era suficiente ver cómo se emparejaban para "ayudarse". En realidad solo se decían cosas cursis continuamente.
Hubiera elegido cien veces quedarme durmiendo en mi habitación que haber ido a estudiar con ellas, pero ¿qué podía hacer?
—Oye, Ruby-chan —susurré llamándola.
Ruby era la única que estudiaba sola, al igual que yo.
Ella me miró y levantó una ceja.
—Ahora que tu hermana está tan idiota por Hanamaru puedes aprovechar y buscar novia. ¿Había una chica que te gustaba no? ¿Cómo era su nombre? —hablé en voz baja para evitar que las demás escucharan.
Las mejillas de Ruby se volvieron color rojo y tapó su cara con ambas manos.
Entonces escuché pasos aproximándose detrás de mí.
Me giré con terror escrito en el rostro.
—Chika-san, ¿no deberías estar estudiando?
Dia parecía muy molesta.
Quizás era mi destino estudiar durante horas haciendo de sujeta velas.
Ojalá You estuviera allí.

Unas horas más tarde, al fin fui libre y pude regresar a mi casa.
El tiempo había pasado más rápido de lo que creía, ya casi era hora de encontrarme con You.
Solo volví a mi casa para comer algo antes de salir.
—Pasas mucho tiempo fuera —me dijo Ayumu.
—¿Eso es malo?
Ella negó con la cabeza.
—Es bueno. Pero recuerda que yo también estoy aquí.
Me lo recordaba casi todos los días, para que me apoyara en ella si necesitaba algo.
Muchas veces parecía que Ayumu era la mayor entre las dos. Siempre preocupándose y preguntando.
Aunque en el fondo, ella sabía que nuestra relación era de apoyo mutuo. Siempre que lo necesitara yo también estaría ahí.

—Ya veo, ¿así que te obligaron a estudiar durante horas y por ello no me respondiste antes los mensajes? —cuestionó You.
—Así fue —aseguré.
Ni siquiera había podido sacar el móvil del bolsillo. Dia me miraba continuamente por si decidía hacer algo que no fuera estudiar.
Sabía que era por mi bien, pero me sentía muy controlada.
—No importa, ¿te sirvió el estudio?
—Algo aprendí, supongo.
No había sido tan productivo como debería, pero conmigo nunca se sabía el resultado.
—Si necesitas ayuda con algo me lo puedes preguntar —ofreció.
Agradecí su amabilidad, a pesar de que probablemente no pediría ayuda después.

—¿Tú qué tal? —pregunté tras haberle contado mi tarde.
—No hice mucho en realidad. Mi hermano quería ver una película conmigo, así que no me negué —contó.
—Deberíamos ver alguna juntos —hablé sin pensar.
Estaba acostumbrada a ofrecer planes cuando estaba con You en mis sueños, no me di cuenta de que hasta ahora no habíamos hecho nada distinto.
—A él le gustaría volver a verte, todavía está agradecido por la última vez. —me sonrió.
—También me gustaría volver a verlo.
—Entonces ya iremos a mi casa algún día.
Me alegraba saber que incluso en la realidad, a Azumi parecía caerle bien.

Continuamos hablando por horas.
Le pregunté como le iba en su trabajo, al parecer no había ocurrido nada interesante, pero iba bien y era lo que importaba.
Finalmente nos despedimos, era tarde y You era consciente de que debía dormir cuanto antes por mi examen al día siguiente.
Me deseó suerte y me acompañó hasta mi casa.

Fui directa a la cama sin pensarlo dos veces.

___

Ese día habíamos decidido ir de nuevo a la casa de You.
La última vez Azumi quiso hacer muchas cosas más con nosotras dos, así que le prometí volver para jugar a esos juegos de mesa que quería probar.
Se había mostrado mucho más hablador conmigo allí. Nos estábamos acercando bastante, incluso parecía que tenía más ganas de verme que la propia You.
Cada vez que sabía que iba a ir se mostraba impaciente y emocionado. Se le notaba más vivo que nunca.
Incluso había tenido la oportunidad de conocer a su nuevo amigo, que a veces también iba a pasar tiempo con él.

You me saludó en cuanto abrió la puerta de su casa para que pudiera pasar.
En cuanto Azumi me escuchó, apareció corriendo.
—Hola Chika —me saludó con emoción.
—Parece que alguien se alegra de verme. —le sonreí.
Se adelantó a You para darme un abrazo.
—Azumi, es mi novia, no la tuya —se quejó. Su hermano hizo caso nulo a sus palabras.
Al apartarse de mí, You se acercó rápidamente para besarme.
—¿Qué haremos hoy? —preguntó Azumi impaciente.
—Querías jugar a algo la ultima vez, ¿no? —le recordé.
Pareció acordarse enseguida, fue corriendo a sacar aquel juego de mesa del que habló anteriormente.

You me invitó a pasar, así que nos dirigimos juntas a su habitación.
Me senté en su cama mientras esperábamos a que Azumi lo tuviera todo preparado.
Entonces su hermano llamó a You, ya que no encontraba el juego.
—¿No lo dejaste en algún cajón? —preguntó ella.
—No está en ninguna parte.
You suspiró.
—Chika-chan, voy a ayudarlo a buscar, espera aquí —me dijo. Asentí.
Esperé sentada mientras ellos buscaban por toda la casa.
Pensé que quizás lo tendría You guardado en su habitación, así que comencé a buscar por allí.

Miré en su estantería, nada.
Aunque la curiosidad inundó mi ser cuando vi una carta sobresaliendo de entre varios libros.
La agarré con cuidado, no esperaba leer dentro, solo le di la vuelta.
«Eiji».
¿Era una carta de Eiji para You?
La guardé rápidamente cuando escuché que ya habían encontrado lo que buscaban.
Pero lo que acababa de ver no dejaba mi mente tranquila.

___

Lo busqué por todas partes. Recorrí todos los pasillos, clases, incluso el patio.
Finalmente lo encontré caminando sin rumbo.
—Hiro —lo llamé.
Él me miró, hasta ese momento parecía tener la mirada perdida.
—¿Qué pasa?
—Necesito pedirte un favor —hablé. Él solo frunció el ceño y esperó a que lo dijera. —Por favor, sigamos con nuestro plan. Necesito hablar con Kai.
Su mirada cambió a una de total confusión.
No me cuestionó, vio que tenía razones para seguir, no quiso entrometerse, y quizás era mejor así.