Capítulo 36

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—No tienes que disculparte por nada —respondí al notar su estado.
Sus lágrimas no dejaban de caer, ¿qué podía hacer en una situación así? Ni siquiera sabía que podía haber ocurrido.

Acerqué mi mano lentamente a su rostro, limpiando sus lágrimas con mis dedos.
You pareció calmarse ante el tacto.

—No sé lo que ha pasado, pero estoy segura de que todo estará bien.
Estuvimos un rato más en silencio, solo el sonido de nuestras respiraciones se oía.

—¿Quieres caminar? —ofreció.
Ambas nos pusimos de pie y comenzamos a andar, dando la vuelta al parque.
You ya se había calmado un poco, aún no había dicho nada más, tampoco estaba segura de que fuera a hacerlo.

—¿Quieres hablar de lo que ha pasado?
You paró en seco.
No hubo respuesta.

—Chika —dijo, pasados unos minutos.
La miré con curiosidad.
—¿Alguna vez has tenido que escoger entre las dos personas más importantes en tu vida?
La pregunta me pareció extraña, tan solo fruncí el ceño.
—¿A qué te refieres?
—Si tuvieras que quedarte con una de las dos, ¿sabrías que hacer? —cuestionó.
De primeras no sabría responder quienes serían esas dos personas, así que mucho menos podría escoger entre ellas.
—No lo sé, ambas —respondí.
—Supongo que a veces eso no sale bien.
No sabía que más decir a eso. Parecía estar pasando por algo difícil.
—Todos se equivocan alguna vez —hablé sin pensar.
—Sí pero, ¿hasta que punto es perdonable esa equivocación?
La conversación comenzaba a tornarse algo más filosófica de lo que debería. No sabía cómo responder a nada.
—No lo sé.

Seguimos nuestro camino en silencio, hasta llegar de nuevo a la entrada del parque.
—Me gustaría que saliéramos más a menudo, me gusta hablar contigo.
Sonreí ante sus palabras.
—A mí también.

De nuevo esos latidos incontrolables. Sus ojos me miraban fijamente y yo me hundía en la profundidad de estos, sin poder desviar la mirada.
¿Era hora de irse verdad? Nos despediríamos y nos iríamos de allí, nada más.
You comenzó a acercarse a mí. Se me paró el corazón.
Entonces me rodeó con sus brazos. ¿Qué estaba esperando?
Le devolví el abrazo, algo decepcionada.

—Hablamos mañana —se despidió.

___

—¿Qué estás diciendo Chika?
—Va en serio.
Kanan se tapó el rostro con ambas manos.
—¿Estás diciendo que piensas que You aparece en tus sueños porque es tu persona destinada y en la realidad os vais a enamorar también? —repitió incrédula.
Yo asentí.

Levantó la vista y me volvió a mirar.
—Creo que es falta de sueño —diagnosticó.
—¿El qué?  —pregunté ofendida.
—Deberías dormir Chika, no salir tan temprano para encontrarte con ella.
—Ya lo sé pero-
Me interrumpió.
—Dile que quieres salir por la tarde, ya está.
Lo pensé por un momento. Hasta ahora solo nos habíamos visto de noche.

Quería seguir hablando con Kanan, pero entonces llegaron las demás y se unieron a la conversación.
Era extraño, ya que a pesar de haber tantas parejas en nuestro grupo, nunca se excluía a nadie ni nos separábamos.

Unos minutos más tarde Hiro se acercó a nuestro grupo, dijo que necesitaba hablar conmigo.

—¿Ahora qué?
—Tú eres la que siempre viene a pedirme favores —se quejó.
No estaba del todo equivocado en eso.
—Bueno ya.
—En realidad no es algo muy importante, solo una observación —habló.
—Adelante, ¿qué es?
Hiro miró a nuestro alrededor antes de decir nada.
—Sé que no te interesa Kai en absoluto, pero sabes que estos días no ha hablado con nadie.
Esto no parecía ir en buena dirección.
—Además parece más pacífico de lo normal —añadió.
—¿Y? —insistí.
—Hoy he pasado por su lado y estaba fatal, parecía que le habían pegado la paliza de su vida.
—¿No es lo normal?
Kai siempre parecía salido de una guerra, como si pelearse fuese su día a día.
—No lo entiendes, no está interactuando con nadie —repitió.
—¿Insinúas que no es de pelearse?
—Estoy seguro —afirmó.
—¿Y qué tenemos que ver nosotros?
Realmente no entendía a donde iba todo esto.
—Kai no te dió la respuesta que esperabas ¿no?
—No necesito una respuesta distinta.
Hiro no parecía darse por vencido.
—De todos modos enterarnos de algo más no haría daño.
—¿Por qué tienes tantas ganas de saber qué le pasa?
Bajó la mirada y no dijo nada más. Seguí esperando una respuesta.
Entonces suspiré y me di la vuelta.
—Todos se equivocan alguna vez —habló al fin.
Me giré de nuevo.
—¿Para qué me necesitas?
Hiro sonrió.

___

El segundo recreo transcurrió de forma distinta.
Le había ofrecido mi ayuda a Hiro con lo que sea que quisiera hacer, aunque aún no había planeado nada.
Me dijo que nos reuniríamos a la salida, así que solo caminé en busca de las chicas para seguir hablando.

De camino por el pasillo me mareé un poco. No tenía a nadie alrededor así que me agarré de lo más cercano para no caer.

Me senté en el pasillo esperando a que se me pasara. Me había comenzado a doler la cabeza también.

Unos minutos más tarde escuché pasos aproximándose a mí, así que levanté la vista.
—¿Chika?
Genial, que coincidencia.
—Yoshiko, hola.
—¿Qué haces en el suelo? ¿Estás bien? —se acercó preocupada.
Esta era la oportunidad perfecta. Últimamente la vida me traía buena suerte.
—Me he mareado —respondí.
—¿Quieres moverte? ¿Ir a la enfermería?
Negué con un movimiento de cabeza.
—Siéntate si quieres —ofrecí.
Tomó asiento en el suelo, a mi lado.
¿Era el momento de sacar el tema verdad? Aún tenía curiosidad por saber más.

—Oye Yoshiko —llamé su atención.
—¿Qué?
—Tengo que hablar contigo sobre algo.
Parecía confundida por el repentino cambio de ambiente.
—¿Conoces a You verdad? —pregunté directamente.
No quería perder el tiempo de nuevo, una respuesta rápida era lo más indicado.
—¿You? ¿La conoces? —me respondió con otra pregunta.
You decía la verdad, eran amigas, su expresión lo decía todo.
—Es una amiga, nos conocimos hace unas semanas, me dijo que te conocía así que simplemente quise preguntar —expliqué.
No estaba mintiendo del todo.
—Bueno, sí que la conozco.
Parecía querer dejar el tema lo antes posible, y yo no sabía que más preguntar.
—¿Sois amigas no? —insistí.
—Supongo que sí, ¿de qué la conoces?
Sentí que podía ser sincera con Yoshiko, pero no quería dar más información de la necesaria.
—Nada especial, solo nos cruzamos en un lugar en común.
El ambiente empezaba a ser incómodo. Yoshiko solo asintió en comprensión y siguió en silencio.

—You fue de mis primeras amigas.
Levanté la mirada hacia ella, esperando a que siguiera.
—Es una gran persona Chika, cuídala.
Sus palabras me confundieron un poco.
—Claro.
Entonces Yoshiko me miró también.
—Ella no sabe hacerlo sola, no dejes que se culpe tanto.
Asentí sin comprenderla muy bien, aunque estaba segura de que estaría con You siempre que me necesitara ahí.
Yoshiko me sonrió.
—Vamos con las demás, ¿te encuentras mejor?
Asentí. Se me había pasado el dolor de cabeza, así que me levanté sin problema y nos fuimos.

No sentí que fuera necesario hablar más con Yoshiko. Estaba constantemente tratando de encontrar algo en profundidad donde no la había.

El resto de la mañana acabó en un instante, cuando pude darme cuenta ya era por la tarde.

Hiro y yo habíamos quedado en encontrarnos más o menos a esa hora, así que esperaba pacientemente a que llegara.

Unos minutos más tarde apareció.

—Ya sé lo que podemos hacer —anunció después de saludar.
—Te escucho.

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