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2018
La sala de juntas estaba llena, y las conversaciones casuales se mezclaban con los murmullos de los más escépticos. Cuando Matías, el CO de la empresa, hizo su aparición, todos tomaron asiento e hicieron silencio. 
-Buenas tarde, muchas gracias a todos por estar acá. En primer lugar quiero que se queden tranquilos. Es cierto que estamos evaluando fusionarnos con Shaun, pero no tenemos la decisión tomada. Quería que lo escuchen de mi boca para disipar rumores y especulaciones. Hemos decidido contratar a una de las mejores consultoras del país para estudiar diferentes opciones y así tomar la mejor decisión. Les pido por favor que colaboremos con ellos, les demos una cálida bienvenida y les mostremos la hospitalidad con la que estamos acostumbrados a trabajar.- hizo una pausa y concluyó – Sin más, le doy la palabra a Antonio, quien les va a contar más en detalle lo que vamos a hacer los próximos meses.-
Antonio comenzó a hablar con un discurso que sonaba como una venta de un tiempo compartido, pero en la cabeza de Bianca la palabra meses no dejaba de resonar. Disimuladamente de vez en cuando miraba de reojo al joven que había subido con ella en el ascensor. Vestía una camisa celeste y estaba sentado justo enfrente. Sostenía una lapicera en la mano y de tanto en tanto la giraba sobre su mano. Mientras intentaba descifrar el color de sus ojos, sus miradas se cruzaron y Bianca volvió rápidamente a centrar su atención en el expositor. 
Luego de una tediosa introducción por parte de Antonio, los demas miembros de la consultora  se presentaron e indicaron en que sector iban a quedarse. Cuando fue el turno de quien había llamado su atención los últimos minutos, este dijo 
– Yo soy Martin, voy a estar en el sector de finanzas, y no muerdo.- Las mujeres de la sala de juntas emitieron una risa exagerada. Ya se la compró a todas, pensó Bianca, poniendo los ojos en blanco, y entonces Martin la señaló con su brazo estirado sobre la mesa 
– No se preocupe Señora Bianca – dijo posando su mirada en el anillo de su mano- no siempre intento ser gracioso.- 
Otra vez las risas de las mujeres invadieron la sala y Bianca, que odiaba ser el centro de atención, hizo lo imposible por evitar que el calor subiera a sus mejillas. Improvisó una sonrisa tímida y bajó la vista a su libreta, con la sensación de que este joven  podría representar algún problema.
La reunión culminó unos quince minutos después y mientras todos se retiraban, Matías le pidió a Bianca que se acerque unos minutos. Desde la puerta Martin vio como Matías tomaba su brazo con cariño mientras hablaban y por un momento sintió una punzada en el estómago. ¿Sería el marido? O peor ¿sería su amante?, el llamado de Fede lo sacó de sus pensamientos. Al fin y al cabo a él que le importaba.

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