La luz que entraba por la ventana me despertó, no entiendo para qué tenía esas persianas si aún dejaban entrar los rayos del sol, quise levantarme, pero un brazo en mi cintura me lo impidió, Frederick se encontraba dormido detrás de mí, su cabeza recargada en una de las almohadas y su brazo rodeándome, vi la hora en su mesa de noche, eran las seis en punto, tenía que comenzar a arreglarme para ir a la oficina. Moví lentamente el brazo de mi cintura y cuando estaba a una altura decente moví todo mi cuerpo fuera de su alcance, tomé algunas de las almohadas que se había caído o habíamos quitado por la noche y coloqué donde estaba yo acostada, caminé fuera de la habitación y recogí toda mi ropa que se encontraba en el suelo, cuando terminé de vestirme tomé mis llaves y salí cerrando silenciosamente la puerta detrás de mí.
Llegué en tiempo record a la oficina, no porque quería llegar puntual, sino porque si me topaba con Frederick saliendo de su departamento al mismo tiempo que yo salía el encuentro sería extremadamente extraño, así que cuando salí del departamento he iba bajando por las escaleras y escuché una puerta cerrarse, no me detuve para ver quién era y no pare de correr hasta llegar a la oficina, mi cubículo es como mi lugar seguro, nadie me molestaba ni me cuestionaba, eso era lo que me gustaba.
- ¡Lo sabía! – escuché en el pasillo - ¡¿qué pasó anoche?!
Había recargado mi cabeza sobre mis brazos en el escritorio, recreando las últimas escenas que había pasado en las horas pasadas cuando escuché a Emma gritar desde el pasillo, en realidad estaba deseando que no hubiera sido hacia mí, pero en cuanto levante la mirada ahí estaba, caminando hacia mí y cerrando la puerta en su camino.
- Te estas arrepintiendo de algo – se sentó en la silla frente a mí - ¿qué es?
Esta mujer me conocía como la palma de su mano, nos conocimos desde la universidad, pero prácticamente era como si nos conociéramos de toda la vida. Por más que la quería, no estaba lista para decirle que me acosté con Frederick.
- ¿Aprovechaste que tenías el departamento solo para estar un poco con Silas? – preguntó.
Mierda.
Silas.
Me olvidé completamente de él.
Técnicamente no teníamos una relación, así que nunca lo engañé, pero creo que siente algo por mí, no quiero ser la causante que ya no crea en el amor, volví a golpearme en la cabeza.
- Oye – susurró Emma - ¿Tan mal estuvo? – reí.
Finalmente me enderecé y decidí empezar a contarle, era mejor que se enterara por mí que por Frederick.
- Ayer no dormí con Silas – le dije.
- ¿Cómo? – preguntó incrédula - ¿Debiste ...
- Dormí con Frederick.
Su mirada cambió de decepción a asombro.
- ¡¿CÓMO?! – exclamó, se levantó de su silla aventándola un poco hacia atrás.
- Cállate – susurré – si te calmas te lo contaré todo.
Volvió a arrastra su silla y se volvió a sentar, cruzó su pierna y recargó su brazo en el escritorio.
- Anoche salí con Silas, ¿verdad? – le dije verificando, a lo cual asintió – bueno, se supone que la temática del cine que tu dabas el género y ellos te decía a cuál entrar – expliqué – pero cómo había demasiada gente decidimos entrar a la sala que sea, ignorando completamente el género de la película, nos sentamos en los primeros asientos que vimos y esperamos que la película comenzara – la miré con una sonrisa – era Casablanca – susurré – la película favorita de mi hermana y mía.
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Después de ti. (TERMINADA)
RomanceNoa se encuentra perdida en la vida. Después de la muerte de su hermana no encuentra otra forma de vivir, decide que lo mejor es terminar con su sufrimiento pero finalmente ve una salida. No se imagina que esa salida es un inicio para encontrarse as...