6

103 6 0
                                    

Desde que había empezado a trabajar en el periódico nunca me había costado tanto levantarme como hoy, no había dormido casi nada o bueno, nada en realidad, pasé toda la noche pensando en si realmente valía la pena quedarme en Múnich cuando mi familia está prácticamente al otro lado del mundo. Extrañaba a mi hermana, normalmente ella me diría qué hacer en estos momentos, ya me había imaginado su respuesta, dejar todo y no volver a casa, aprovechar que estaba aquí y visitar varios lugares.

Pero eso es exactamente lo que iba a hacer, saqué de mi bolso varios escritos que había preparado para entregárselos a Tea y los dejé sobre la cama y los reemplacé por mi diario y la cámara que le había pedido prestada a Emma, el día estaba hermoso, saqué el suéter que compré cuando fui de compras con las chicas y me coloqué las botas que había traído de casa y salí de la habitación.

Mientras escogía una de las frutas que desayunaré mi teléfono sonó, anunciando que me habían mandado un mensaje, era Emma, verificando si iría a la oficina, en todo el fin de semana no había salido de la habitación a no ser por comida, después del altercado en el pasillo trató de hablar conmigo, pero yo simplemente no quería hablar, no quería recordar él porque estaba aquí, así que lo más sensiblemente posible le dije que solo me dejara sola, ya se me pasaría. Pero eso no pasó, el sentimiento de culpa no pasó, se fue intensificando según pasaban las horas, Emma no trató de obligarme a salir y se lo agradecía.

"¿Vendrás a la oficina?" Emma

Leí unas cuantas veces más el mensaje y procedí a escribir.

"No lo creo" Noa

"Creo que mejor despejo mi cabeza un poco" Noa

"¿Quieres que avise a Tea?" Emma

"No te molestes, ya le he mandado un correo" Noa

No era mentira, antes de comenzar a arreglarme había abierto la computadora de Emma para mandarle un correo a Tea y avisarle de mi ausencia, adjunté algunas de las críticas que había adelantado y lo envié, no me importó si se veía mal de mi parte ausentarme cuando llevaba menos de un mes en el periódico, pero esa era una de mis menores preocupaciones.

Caminé hacia la puerta, pero cuando estaba saliendo vi la puerta de enfrente abrirse, retrocedí y la cerré sin hacer ruido.

Tarde o temprano tendría que verle la cara y hablarle, pero escogí la tarde, no tenía ganas de pelear y probablemente la próxima vez que mencionara algo relacionado con mi hermana le daría un golpe que lo dejaría fuera de esta galaxia y las más próximas.

Miré por la mirilla, cómo salía de su departamento y caminaba en dirección a las escaleras, cuando se encontró frente a nuestra puerta esperó unos segundos, levantó la mano para tocarla, pero la volvió a bajar, dio media vuelta, pero se arrepintió y volvió otra vez a la puerta para luego volver a hacer lo mismo, lo siguiente que hizo fue llevar sus manos a la cintura y mirar hacia abajo, una risa salió de él y bajó las escaleras.

Múnich durante la mañana era tan pacífico que estaba realmente considerando ya no trabajar y dedicarme a beber café y leer mientras veía a la gente pasar, no había tenido que caminar mucho para encontrar una cafetería, había pedido un café con un bagel y lo comía mientras miraba el paisaje, incluso llegué a terminar el libro que había traído desde casa, saqué mi celular ignorando las llamadas perdidas de Emma, dos mensajes de Tea y una llamada de un número desconocido, era raro, solo le había dado mi número a las chicas y estaba segura que había guardado el de ellas, el número tenía la lada de Alemania así que supuse que era de la oficina, busqué librerías y la más cercana estaba a unas cuantas cuadras, pagué lo que había consumido y me dirigí hacia la librería.

Después de ti. (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora