Epílogo

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Málaga

- ¿Lista?

Levanté la vista hacia Braun, se encontraba sonriéndome.

- Lista – respondí.

Tomé su mano y con su ayuda salí del coche, la brisa de la playa me recibió con los brazos abiertos, el olor a arena encontró mis fosas nasales y el océanos se encontraba más azul que nunca, como si supiera exactamente para qué nos encontrábamos aquí.

Braun me ayudó a quitarme los zapatos para sentir la arena de mis pies, últimamente ya no podía ver directamente hacia mis pies por mi estómago de embarazada, pero él había sido un buen ayudante.

Caminamos pasando por unos niños jugando, un grupo de amigos, y una pareja de ancianos felizmente viendo el panorama, encontramos una pequeña colina cerca del océano, Braun se sentó primero para después ayudarme a bajar, colocó el pequeño cojín que se había traído de casa atrás de mi espalda y dejó que me recargara en su torso.

El viento se había intensificado aún más así que sacó una pinza de mi bolso y sujeto mi cabello en ella, ya listos revisé en mi bolso la carta que había escrito y me preparé a leerla.

- Hace cinco años que no estás con nosotros, pero todavía sigo sintiendo que fue ayer, aun recuerdo las ultimas veces que me visitaste en el hospital, llena de vida y con ese brillo que siempre te caracterizó, aunque no te sentías bien siempre tratabas de alegrarme, eso es algo que te agradeceré toda la vida, me ayudaste a no ahogarme en el agujero negro que poco a poco me estaba consumiendo. Haber recibido tu corazón fue el mejor regalo que pude haber recibido en la vida, no solo recibí una oportunidad, sino una manera diferente de ver la vida, no lo entendí hasta años después pero ahora se ha vuelto parte de mi vida cotidiana.

- Cuidaste de mi incluso después de tu muerte, me alentaste a dejar de alejar a las personas, en especial a mis padres y Derek, que ahora son las únicas personas de las que no puedo vivir sin ellas, me hiciste entender que no se necesita estar sola para continuar adelante, gracias a ti ahora me casé con el amor de mi vida y juntos esperamos una hija a la que llamaremos Anna, en mucho tiempo no pude escuchar ese nombre pero ahora es lo único que sale de mis labios, es el nombre más hermoso y no puedo esperar a conocerla.

- Nunca pensé que habría felicidad a partir de tu partida, pero la hay, conmigo estando viva, pero prometo que después de ti, ayudaré a más personas a tenerla.

Limpié una de mis lágrimas.

- Tú una vez te preguntaste cual era tu propósito en esta vida y después de tu muerte lo entendiste, era mantenerme viva, y lo lograste. La única forma de honorarte ese disfrutar de las cosas en tu nombre, con la esperanza de algún día volver a verte y poder abrazarte. Te quiero Anna, nos volveremos a ver.

Doblé el papel terminando de leer la carta, había tenido la idea de escribirla ayer por la noche y venir a leerla por la mañana, Braun como siempre me sigue a todos lados especialmente ahora que mi embarazo está muy avanzado, pero supongo que tenerlo aquí me daba la fuerza que necesitaba.

- Ha sido hermoso.

- Un poco corto – arrugue la nariz.

- Ha sido perfecto – besó mi cuello.

Juntos veíamos al océano hacer olas, admirando el paisaje, él acariciando mi estómago y yo sus manos, era la vida que siempre había deseado, pero nunca había pensado tenerla, después de un camino llano de oscuridad había una luz hermosa.

Con la mirada fija al frente mis ojos volvieron a una persona que se encontraba viéndonos en el mar, estaba de pie, pronto supe de quien se trataba.

Se encontraba sonriéndome y saludándome, le sonreí de vuelta, sintiendo una tranquilidad que nunca había sentido, dio vuelta y caminó hacia el mar hasta desaparecer.

Justo ahí supe que Anna quería despedirse de mí, por fin, después de muchos años, puede irse tranquila.

Quiero recordar este momento para siempre, Anna despidiéndose, Braun siendo mi esposo y sentir las pequeñas patadas de mi hija en mi vientre.

Fin.

Después de ti. (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora