Mi mano aún seguía en el pomo de la puerta, mis ojos abiertos de par en par y mi corazón latiendo a mil por hora.
- Si sigo sufriendo conmociones tan grandes no llegaré a la edad de mi abuela – susurré.
Escuché cómo abrían una puerta y dos segundos después sentí una presencia junto a mí.
- ¿Estás bien? – Braun llevó mi mano a mi espalda y le dio un leve masaje.
- Traumada para toda la vida.
- ¿Cómo? – preguntó confundido.
- ¿Por qué tengo que ser yo quien se lleva las peores partes? – pregunté cansada, levanté la cabeza hacia el techo - ¿acaso me odias?
Sentí como el pomo se movía sobre mi mano, alguien estaba tratando de abrirlo, lo solté y la puerta de abrió rápidamente dejando ver a Derek con el pantalón que llevaba anoche sin abrochar y a Emma con su camisa que les llegaba a los muslos.
- Lo siento muchísimo – me disculpé – estaba buscándote y pensé que Derek sabría dónde estabas, no pensaba que me fuera a encontrar con esto claramente, pero si quieres puedo esperar en la playa – lejos del deseo y la calentura, pensé.
- Vamos hermanita, es algo que todos hemos hecho – Emma le dio un golpe en la cabeza.
- Ahí te alcanzo – confirmó.
Le sonreí y caminé hacia la habitación con Braun pisándome los talones.
- ¿Emma y Derek?
- Ajá – confirmé mientras tomaba el bolso que había preparado antes de presenciar el acto.
- Pero se odian.
- Ajá – caminé hacia la puerta de la habitación.
- ¿Emma y Derek? – volvió a preguntar.
- Pasa así unos segundos más y tal vez llegues a donde estoy yo.
Salí de la habitación para toparme con la tercera persona que había estado acompañando a Emma y Derek, era el mismo chico con el que había estado bailando antes de Braun en el antro.
- Me dijeron que tres ya eran multitud – lo miré con horror.
- La puerta está al final del pasillo si ya te vas – escuché de decir a Braun detrás, pude notar la frialdad en sus palabras, estaba claro que si yo lo recordaba Braun también.
- Ya me iba, pero – me miró – no sé si quieras continuar lo que dejé pendiente con ellos – terminó con una sonrisa.
Fruncí el ceño, ¿este idiota que se creía?
No fue necesario responderle ya que volvió a pasar su mirada detrás de mí y su sonrisa se fue desvaneciendo, levantó las manos en signo de rendición y dio media vuelta para irse.
- ¿Quieres que te acompañe a la playa?
- No lo sé – dije dudosa – Emma llegará y claramente nos pondremos al día – lo miré sonriendo – pero sería agradable tener tu compañía por un rato.
Me sonrió y puso su cara a centímetros de la mía.
- Iré a cambiarme – avisó.
- De acuerdo – contesté, aun así, no se movió del lugar, con sus manos aun en mis caderas, su frente contra la mía y su nariz casi rozando la mía, continuó hablando.
- Sigues usando el dije – susurró.
- No pensaba quitármelo – respondí – aparte no me incomoda para dormir.
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Después de ti. (TERMINADA)
RomanceNoa se encuentra perdida en la vida. Después de la muerte de su hermana no encuentra otra forma de vivir, decide que lo mejor es terminar con su sufrimiento pero finalmente ve una salida. No se imagina que esa salida es un inicio para encontrarse as...