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- Tu no tuviste la culpa de nada

- Lo sé – suspiré – Ojalá lo hubiera entendido mucho antes.

- Lo entiendes ahora – Frederick tomó mis mejillas – eso es lo que importa.

Le dediqué una sonrisa y volví dejar caer mi cabeza en la almohada.

Después del episodio en medio del pasillo, Frederick me abrazó durante un buen rato hasta que me comenzaron a doler mis pies por lo tacones, Derek había vuelto al departamento asegurándose primero que estuviera bien y dedicándole una mirada de advertencia a mi acompañante. Nos introdujimos a su departamento y no pudo quitarse ni siquiera la chaqueta cuando comencé la historia desde el principio, me había escuchado de principio a fin sin pestañear,

Había terminado mi historia hace más de una hora, Frederick me llevó a su habitación y nos acostamos, no habíamos dicho ninguna palabra hasta hace unos momentos.

- Braun tampoco tuvo la culpa – dije de la nada.

- No – respondió – estoy seguro de que él tampoco tuvo la culpa.

Braun siempre había sido una parte esencial en mi vida, desde que tenía memoria siempre había estado a mi lado, él me había ayudado a hacer amigas en la escuela primaria, en secundaria, yo le dije que la chica que le gustaba a ella también le gustaba, en preparatoria estudiábamos juntos cuando él se atrasaba en una materia, cuando no estábamos en la escuela, estábamos en casa de uno de los dos pasando nuestros ratos libres, en la facultad nos cubríamos todo, literalmente todo, él había empezado a ir a reuniones con su padre todos los fines de semana entonces cuando estábamos crudos lo cubría con su padre excusándolo que teníamos tarea que terminar, él en cambio me ayudaba a cubrir todas las salidas clandestinas de Anna, cuando salimos de la universidad y cada uno entró a su empresa familiar procurábamos vernos o llamarnos todos los días, no queríamos perder el contacto y tampoco la conexión que teníamos.

Todo este tiempo hemos sido amigos, pero realmente habíamos crecido como hermanos, fue muy difícil perder al mismo tiempo a dos personas importantes en mi vida.

- Quiero que vengas a conocerlo mañana – levanté mi cabeza otra vez, él se encontraba de lado apoyando su cabeza en su mano y la otra dibujando círculos sobre mi abdomen, aún teníamos la misma ropa, pero solo nos habíamos quitado los zapatos.

- No quiero que mi presencia los haga sentir incómodos – respondió

- Para nada – negué – quiero que Braun te conozca – sonreí – quiero que vea la gran persona que eres.

Sonrió.

Acercó sus labios a los míos y dio un tierno beso, nos acomodamos mejor y volví a mirar el techo.

Todo esto se sentía irreal, sentirme así se sentía irreal, nunca lo había experimentado y todo era hermoso, quien habría imaginado huir de casa me terminaría reuniendo con mis seres queridos y conocer a personas extraordinarias, lo único que me faltaba eran mis padres, tenía que volver y resolver todos los problemas, empezando por el de Derek y mi padre, no podía seguir tratándolo así, le quedan dos hijos, en cualquier momento podría pasar algo terrible.

Desperté con el sonido de unas teclas, la única luz que había la habitación era la que estaba de espaldas a mí, que era la luz de la luna, busqué con la mano a Frederick, no pensaba moverme porque estaba muy cómoda debajo de las sábanas, más sonidos de teclas llegaron a mis oídos, bufé y di vuelta para encontrarme con el otro lado vacío, ajusté mejor mi vista y levanté mi cabeza.

Frederick se encontraba en el sillón de la esquina a un lado de la ventana, solo tenía su chándal puesto sin camiseta, su mirada de concentración hacia la computadora impidió que notara que me había despertado, siguió tecleando en la computadora.

Después de ti. (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora