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- ¿Noa?

No lo podía creer, era Braun, mi mejor amigo desde que tenía memoria, estaba frente a mí, a pesar de que se había dejado crecer la barba y su cabello estaba un poco más crecido podía recordar cada facción de él con los ojos cerrados.

- Hola – sonreí.

Caminé hacia él ignorando a sus acompañantes y rodeé mis brazos alrededor de su cuello.

- Hola Braun – oculté mi cabeza en su cuello.

- Noa – susurró.

Sentí como poco a poco salía de su trance y llevó sus brazos a mi cintura, me abrazó fuertemente casi hasta levantarme del piso.

- No sabes cómo te he extrañado – le dije – y necesitado.

- No podía – dijo ahogando un sollozo – No ...

- Shh – lo callé, acaricié su cabello y apreté más su cuello.

Después de unos minutos deshicimos el abrazo cada uno con una sonrisa, limpié sus lágrimas con uno de mis pulgares y le di un pequeño beso en su mejilla.

- ¿Qué haces en Múnich? – me preguntó.

- Necesitaba alejarme de casa – respondí – muchos recuerdos.

- Lamento mucho no haber estado ahí para ti.

- Está bien – tomé su mano – todos necesitamos estar solos.

Braun tomó mis mejillas y llevó sus labios a mi frente para depositar un pequeño beso sobre ella.

- ¿Necesitas que te lleve? – preguntó - ¿vienes con alguien?

- Vengo con alguien – señalé con mi cabeza a Frederick.

Llevó sus ojos hacia él, le dio un saludo con su cabeza, Frederick se encontraba mirándonos fijamente desde donde lo había dejado, con una mano todavía sosteniendo la puerta del coche y con la otra en el bolsillo de su chaqueta.

- ¿Un socio de tus padres? – preguntó aún con la mirada fija en él.

- Digamos que mis padres no saben que estoy aquí – me miró extrañado – necesito contarte muchas cosas, pero no aquí – miré a mi alrededor, sus amigos todavía nos miraban atónitos – préstame tu teléfono.

Llevó su mano al bolsillo, desbloqueó el teléfono y me lo tendió, abrí nuestro chat y pude notar que todavía no borraba mis mensajes anteriores, escribí la dirección de mi departamento y se lo devolví.

- En nuestro chat encontrarás la dirección de mi departamento, puedes pasarte mañana por la tarde, te contaré todo, estoy segura de que Derek se alegrará muchísimo de verte.

- ¿Derek? – preguntó dudoso - ¿Departamento?, joder Noa ¿desde cuando llevas viviendo aquí?

- Te contaré todo mañana – le di un último beso en la mejilla – te quiero.

Le dediqué una última sonrisa y me dirigí hacia el coche, Frederick me ayudó a subir y ya una vez dentro los dos manejó hacia nuestro edificio.

- ¿Quién era él? – por fin preguntó.

- Braun – dije con una sonrisa.

- ¿Qué hace aquí? – volvió a preguntar.

- No lo sé – negué – hace mucho tiempo que no hablo con él, su padre lo sacó de la ciudad después del accidente de Anna, traté de comunicarme, pero nunca contestaba o devolvía mis llamadas, lo último que supe de él es que estaba por abrir un antro en Múnich cuando salí con Silas.

Después de ti. (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora