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Tenía miedo, mucho miedo.

No sabía cómo Frederick reaccionaría, no se puede enojar conmigo, ¿o sí?

¿Estaría forzando mucho las cosas?

Solo a mí se me ocurre lo único bueno que me ha pasado en mucho tiempo.

Tomé mi bolsa junto con algunas cosas que me había pedido Tea y salí del departamento, di un largo suspiro y toqué dos veces la puerta de Frederick, eran alrededor de las dos de la tarde, hoy era el cumpleaños de Tea y quedó para desayunar con ella, Tea me mando mensaje cuando habían acabado y yo escuche cuando llegó a su departamento.

Escuché como una silla se arrastraba y pasos caminar hacia la puerta, ya no había vuelta atrás, era hoy o nunca, ya era muy tarde para correr.

- Hola quarterback – saludó con una sonrisa.

- Hola – sonreí, caminé unos pasos para besarlo.

Todavía no se había cambiado, perfecto, así no sospecharía si lo mandaba a cambiar.

- Pensé que saldrías con Derek – me dijo.

- Salió hace poco – mentira – ni idea a dónde fue – otra mentira.

- ¿Quieres entrar? – dijo moviéndose para que pudiera pasar.

- De hecho, quería pedirte si me llevas a un lado – pedí.

- Claro – sonrió – solo tomo mi chaqueta y mis llaves.

Me dio un corto beso y volvió a entrar a su departamento, pude ver cómo su computadora estaba abierta y encendida, caminé unos pasos más para poder ver un poco su libro, todavía no me dejaba verlo y sentía la necesidad de saber porque lo ocultaba tanto. Cuando iba a lograr mi cometido mi celular vibró.

"¿Todo listo?" Tea

"Cayó completamente" Noa

"Vamos para allá" Noa

"Perfecto" Tea

- ¿Lista? – di un brinco, la computadora estaba cerrada y Frederick estaba a mi lado.

- Si – sonreí.

Oculté el celular en mi bolsillo y salimos del departamento, Frederick tomó mi mano y caminamos hacia su coche.

- ¿A dónde tienes que ir? – preguntó mientras con una mano tomaba el volante y con la otra mi mano.

- Tengo que dejar algo que me pidió Emma – después de decirle la dirección me miró.

- ¿Emma no estaba con Tea? – preguntó extrañado.

- Si – me apresuré a contestar – es algo de la oficina.

Asintió, rodé mis ojos golpeándome internamente.

- Braun me invitó a la inauguración de su antro la próxima semana – decidí cambiar de tema.

- ¿A sí? – preguntó desinteresado.

- Dice que seré un perfecto centro de atención – bromeé – piensa que así se librará de la prensa.

- ¿Irás?

- Aún no lo sé – dije con una mueca – hace demasiado que no lidio con la prensa aparte sería una buena oportunidad para volver a salir con él.

- ¿No lidiaste con la prensa cuando saliste con Silas? – preguntó.

- Si – contesté – pero era muy diferente.

Después de ti. (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora