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Estaba paralizada, no sabía si moverme o salir corriendo, si gritar o hacerme bolita en el piso, llorar o volverme loca como el último ataque de pánico.

- Noa, ¿estás bien? – escuche la voz de Derek, pero si estuviera dentro de un túnel a miles de kilómetros de distancia.

- ¿Noa? – ahora mi padre.

Quité la vista de la única persona que podía hacerme perderme y llevarme a unos meses atrás.

- Vamos Noa, un poco más.

- Por favor – supliqué – no más.

- Todo es para comenzar un futuro juntos – animó Frederick – recuérdalo, siempre recuérdalo.

- No – hablé - ¡No!

- ¡Noa!

Parpadeé repetidas veces hasta encontrarme con mis padres y Derek preocupados.

- Estoy bien – tranquilicé – necesito ir al baño.

No esperé su respuesta y comencé a caminar tan rápidamente como podía sin llamar la atención.

Algunos invitados ya estaban pasados de copas, otros sumidos en sus conversaciones o simplemente ignorando su entorno para notarme pasar entre ellos para lograr entrar al baño.

Sentía en mis talones a Derek, pero tanto él como yo no queríamos hacer ningún escándalo, no nos lo podríamos perdonar.

- Necesitas dejar de pensar en él.

- No lo pienso, te lo juro.

- No es lo que dices en tus sueños.

Cerré la puerta tan pronto me adentré en el baño, dejando a Derek de fuera.

Quité mis manos de la puerta para recargarme en el lavabo y mirarme frente al espejo.

- Noa te amo.

- Yo también – lloré.

- No lo suficiente.

- ¡Ah!

No estás sola.

No estás sola.

No estás sola.

Abrí el grifo y hundí mis manos en el agua, después de unos minutos comencé a esparcirla por mi cuello y brazos.

- Necesitas tranquilizarte – me hablé frente al espejo – Frederick no está aquí.

Pero los pensamientos fueron aun más fuertes, las lágrimas no tardaron en salir.

- Solo un poco más, resiste.

- Me quiero ir de aquí – supliqué – quiero ver a mi familia.

- Ellos fueron los que pensaban que estabas loca.

- No es cierto – me resistí.

- Yo soy el único que te ama de verdad.

- Braun también me amaba – hablé.

- Otro choque.

- ¡No! – lloré.

La luces parpadeaban, había aprendido que cuando esto pasaba todo el voltaje estaba concentrado en la máquina que me daba los choques.

Después de ti. (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora