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La muerte de Frederick Lennox había sido una noticia devastadora para mucha gente, era un abogado transparente que se había dedicado a siempre buscar la verdad en las personas, uno de los 5 mejores abogados a nivel internacional y con una carrera construida por ser unos de los mejores litigantes en casos pro-bono, había llevado alrededor de cinco mil casos gratuitos a lo largo de su carrera y era el más peleado en el mercado, empresarios lo quería trabajando para ellos, políticos que se metían en problemas administrativos o simplemente personas que se podían pagar su precio.

Lástima que solo lo dedicaba en su vida profesional y no en la personal, por sus conexiones pudo cubrir lo que realmente pasaba en su vida, eso quería decir que nadie sabía que le había quitado los hijos a su madre y había ocultado los abusos hacia ella. Aunque a Ariel nunca le había importado lo que opinaba el ojo público si se le ocurría contar la otra cara de su esposo probablemente le cerrarían la puerta en su cara, ella supo esperar y con la esperanza de que sus hijos volverían a su lado.

Prensas a lo largo del mundo se encontraban cubriendo su funeral con la esperanza de poder entrevistar a sus amigos empresarios que vivían huyendo del ojo público e inclusos famosos que le guardaban cariño, como había mencionado su esposa no se movía en el medio y cabe mencionar que sus hijos tampoco, solo era cuestión de horas que la gente comenzara a asociar todo.

Cómo lo dije, la muerte de Frederick Lennox había sido una noticia devastadora.

Al mismo tiempo que el coche comenzaba a acercarse más al destino mi pierna se movía frenéticamente al igual que mi corazón, mi respiración comenzaba a acelerarse y mis ganas de hacer por quinta vez del baño comenzaban a hacerse presentes, mientras miraba por la ventana nerviosa comenzaba a preguntarme a dónde íbamos, sabía que el servicio sería en unas capillas funerarias a las afueras de Múnich, así que cuando los edificios comenzaros a ser sustituidos por campos verdes no tarde en ponerme más nerviosa.

Una mano se depositó en mi pierna haciéndola parar secamente, Braun se encontraba observándome serio.

- ¿Te encuentras bien? – preguntó - ¿necesitas que paremos un momento?

- Estoy bien – traté de sonreí, pero salió como una mueca – es solo que me cansé de estar sentada.

Llevó una mano a mi mejilla e hizo que me recargara sobre su hombro.

- Estamos a solo unos cuantos minutos señorita – habló el chofer – no pensaba que haría mucho tráfico al salir de la ciudad, pero ya estamos a nada.

Ese comentario solo hizo que el nudo en mi garganta aumentara más.

- Recuérdenme porque estoy yo aquí – habló Derek.

- Porque mamá pensó que era un buen momento para hacer una aparición familiar al ojo público después de la muerte de Anna – contesté con los ojos cerrados.

Mi estómago había estado revuelto desde que dejamos el hotel, pero al inhalar la loción de Braun comencé a sentirme mejor, sabía que no debía comer nada por la mañana.

- Solo que faltan ellos – se quejó desde el asiento del copiloto.

- No son los únicos – habló Emma del otro lado de Braun – mis padres piensan que es el mejor momento para anunciar que estoy de vuelta en las empresas.

- No me sorprende – hablé – nuestras mamás odiaban a Frederick.

- Eso demuestra porque el hijo salió como salió – mis ojos se abrieron de par en par.

- Derek – reprendió Emma.

El coche se tornó en completo silencio, la mano que había entrelazado con Braun reforzó aun más su amarre y se volvió para depositar un beso sobre mi cabello.

Después de ti. (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora