Canciones sin Letra

Capitulo 78: Autocontrol

-Siento mucho lo que ha ocurrido.-Valeria abraza a su sobrino.

-No os preocupéis, necesitáis un descanso. -dice Helena mientras abraza a Valeria. -El claxon del coche suena, esa es la señal para que Valeria suba al coche y se alejen dejando a Helena y Dani completamente solos en aquella casa. Dani se aleja y Helena se queda ahí, mirando como el coche desaparece en la carretera. Helena entra en casa y escucha golpes de martillo por lo que sale al jardín y ve a Dani arreglando una especie de arenero de madera.

los golpes son contundentes y están cargados de ira.

-¿Estas bien?

-Se supone- golpe- que este - golpe- debería ser el único -golpe- lugar donde- golpe- no tenía que pensar en todo esta mierda. -Dani suelta el martillo.

-Creo que deberíamos obviar la visita de tu hermano y oye, yo tampoco estoy pasando por un buen momento, creo que deberíamos tomarnos un descanso y... bueno ¿tomar el sol en esta maravillosa casa? o ¿tal vez refrescarnos en la piscina?

-O tal vez... montar una fiesta llenar la piscina de espuma y alcohol, mucho alcohol. -La chica abre la boca sorprendida.

-Es una broma. -Dani sonríe. -Aunque me muero por verte en bikini. -Guiña un ojo a Helena.

-Ah... ya, veras... he olvidado eso...

-¿El bikini?

-Oye en esta época del año no es muy frecuente darse una baño en la piscina...

-Sabes que hay jacuzzi ¿verdad?

-Digamos que mi corta experiencia en los jacuzzi no ha sido de lo mejor.

-Esta bien... descartemos los baños, pero nada de tomar el sol. Que tal...

-Maratón de pelis.

-Mejor lo dejamos para esta noche. Iré a comprar algo de refrescos y palomitas, dudo que la dieta saludable de mis tíos incluya eso.

-Esta bien... ah... te esperare dentro. -dijo la chica mientras señalaba la casa.

dentro, Helena revisó su, móvil, tenia dos llamadas perdidas de Aitor y cinco de su madre, así que decidió apagar el teléfono.

Comenzó a pasearse por toda la casa, no podía evitar reír cuando veía a Dani de pequeño, muy gordito y también muy rubio, estaba en los cuadros del salón, en la biblioteca sobre los estantes, en el pasillo... hubo una fotografía que llamo especialmente su atención. la sostuvo entre las manos observándola con detenimiento. Había una hermosa mujer con una sonrisa inigualable, de una mano sujetaba a un bebe y de la otra empujaba a un niño pequeño sentado en un columpio.

-Era hermosa. -Interrumpió Dani.

la chica se sobresaltó.- No te he escuchado entrar. -Dani le arrebata la fotografía y la deja en su sitio.

-Tienes sus ojos. - el chico sonríe.

-Si, lastima que no heredase su buen humor. -Sonríe amargamente.

-Aprenderé a sobrellevarlo. -La chica se sienta junto a Dani.

-Uff, siento la parte que te toca. -El chico sonríe picaramente.

-Creo que iré a elegir mi habitación.

-Nuestra. -señala el chico mientras abre un botellin de cerveza.

Helena sonríe y se marcha. -Bueno, pues aquí estas Helena, en la casa de tus sueños, con un chico con problemas de autocontrol y remordimientos y esas cosas. pero la pregunta es ¿quieres estar realmente aquí?-Helena se sienta en el borde de la cama.

-Simplemente creo que las cosas ocurren porque el destino pone a las personas, equivocadas o correctas, en lugares concretos para que ocurran hechos que cambien la vida de esas personas. -Dice Dani apoyado en el marco de la puerta.

-Realmente filosófico.

-¿Crees que tengo problemas de autocontrol?-dice mientras fruce el ceño. Ante el silencio de Helena se encoje de hombros y avanza hacia la chica, que esta sentada en el borde de la cama. Le da un pequeño empujoncito y la chica se tumba sobre el tierno colchón. Dani se sitúa a horcajadas sobre la chica y le susurra: Solo dime cuando quieres que pare y lo haré. -Sonríe.

-¿Que ocurre si no lo hago?- dice en tono amenazante.

-Pues... que no sabrás si tengo un buen autocontrol