Canciones sin Letra

Capítulo 41: Necesito distancia.

Cuando despertó escuchó  una tremenda discusión. Lo primero que vio  fue a Lucas y los chicos de la banda cerrados en circulo, gritando muy acaloradamente. Helena se levantá del sofá aún medio aturdida y camina hacia donde se encuentran los demás. 

-¡Lucas nos has utilizado!

-No os he utilizado, lo siento de verdad pero las cosas se han dado de esa manera... 

-De eso nada Lucas, ¡nos utliizaste para conseguir ese contrato, si nosotros no te hubiesemos admitido en nuestra banda tu no estarias a punto de grabar para una discográfica!- el más alto de los chicos se abalanzó sobre Lucas. Helena profirió un grito. Ambos se ensalzaron en una pelea de puños y golpes bajos. Helena junto a los chicos restantes se quedaron contemplando el panorama. 

Uno de ellos vío oportuno intervenir... pero finalmente también acabó includio en la pelea. Helena, armada de valor decidió poner fin a aquel enfrentamiento. Logró interponerse entre Lucas y el chico más alto, pero nadie puede meterse en medio de una pelea y no salir malparado. El  puñetazo alcanzó a Lucas y este en un acto reflejo le devolvió otro a su contrincante, pero en esas Helena se encontraba la chica, quien su cara parecia la diana perfecta para ese gole, y efectivamente así sucedió. 

Con un poco de sangre en el labio, Helena había conseguido marcharse de allí. Ahora que la lluvia por fin había cesado, caminaba un poco inquieta por las calles de Madrid. Un recuerdo fugaz, acudió a su mente. Dani. Una pequeña sonrisa tomo forma en sus labios. Volvió a limpiarse la sangre del labio y continuo caminando hasta la parada del metro. Bajando las escaleras Lucas se encontraba arriba, parecia un poco fatigado, no tenia muy buen aspeco la verdad. Un ojo un poco morado, la nariz le goteaba sangre... La chica intentó evadirle pero Lucas la seguia por todo el metro suplicándole perdón. Helena entró justo a tiempo en el metro impidiendo que las puertas ahora cerradas, dejasen a Lucas entrar. Tomó asiento ,como casi nunca hacía, al lado de una chica la cuál leía  un libro. 

Lucas. 

Llegó a casa destrozado , solo recuerda el momento en el  que su puño chocó contra el delicado rostro de Helena. Solo quiere encerrarse ne su cuarto y olvidar. Pero es imposible cuando Alejandra no le deja respirar. Ha echado un vistazo a su movil y aparte de las tropecientas mil llamadas tiene casi cincuenta mensajes. El chico hace caso omiso y tira el movil en algún lugar de su caotica habitación. 

No debió de involucrarse en la pelea, no debió. Realmente el chico piensa que la culpa en parte fue de ella. 

-¡Maldita sea!- el chico golpea con los puños repetidamente la puerta de su armario. 

Helena. 

Solo quiere esconderse en su habitación y llorar, lo hizo por Lucas, se interpuso entre ellos por él... se encierra en el baño y contempla como le ha quedado el labio después del golpe. Lo unico que ve es a una chica débil y sin fuerzas. Se acaricia repetidamente el labio, finalmente decide ocultar el pequeño lago de color morado con un poco de maquillaje y pintalabios. Cuando sale, no está sola ,ahí esta Amaia, se sienta en su cama y la contempla. 

- Vaya pero si te has convertido en toda un rebelde ¿eh?

-Ahora no Amaia. -La chica se mete en la cama. 

-Solo digo que tu madre y mi padre han estado muy preocupados por tí. Además he escuchado algo sobre tu mal comportamiente y un internado. 

La chica rapidamente salió de la cama escrutó con la mirda a Amaia y bajó al salón.  Allí estaba su madre muy acaramelada con Bruno. 

-Mama, ¿es cierto? 

Inés se sobresalta y mira a su hija un poco impactada. -¿Que es cierto?

-Lo del internado,¿deberas te has vuelto a plantear...

-¿Como que me he vuelto a plantear? ¿Tu sabias lo de los planes de llevarte a un internado? 

Helena baja la cabeza y dice casi en susurro : os escuché la otra noche...

-Helena no puedo creerlo, tu nunca te has comportado así, y si, me veo obligada a internarte. 

La chica no puede reprimir las lagrimas. -Mamá... -las siguientes palabras murieron en algún lugar de su garganta.  

Rapidamente la chica subió a la habitación, empezó a hacer la maleta, bajo la atenta mirada de Amaia. Una vez acabó recogio todas sus pertenencias.  Bajó al salón yante  la atenta mirada de su madre y Bruno salió por la puerta. Tanto Inés como Bruno intentaron detenerla, pero fue imnposible ya la estaba esperando un taxi en la puerta.