Canciones sin Letra

Capitulo 35: Demonio contra Ángel

Esta mañana bien temprano llegarón Bruno y su hija con sus respectivas maletas. La madre de Helena dispuso que Amaia compartiera la habitación con su hija, como era de esperar Helena se negó pero finalmente no tuvo de otra que aceptar. 

-Oye necesito darle un toque mas... rompedor a esta cursi habitación de muñecas.

-Lo siento pero es mi habitación y no dejaré que le des tu toque ''rompedor''.

-¡Oye estirada! ahora también es mi habitación.

Helena alcanza un rotulador del lapicero y traza una línea en el suelo de su habitación. -Está bien, de la lína hacia el lado izquierdo es mi parte de la habitación y el resto tu parte. 

-Um...-La chica le arrebata a Helena el rotulador y hace otra linea. Dejando más sitio en su parte de la habitación que en la de Helena. 

-¡Ni hablar!. De nuevo Helena le arrebata el rotulador a Amaia pero esta la empuja y cae al suelo al aldo de la papelera. Mientras ve como Amaia sale de la habitación con el rotulador en la mano.

Helena se levanta. La convivencia con aquel demonio de chica va a ser imposible. 

Lucas.

-Lucas te presentamos a Alejandra. -La chica le da la mano a Lucas. 

-A partir de ahora ella es nuestra nueva bateria. -Dice el cantante  de la banda. 

La chica sonríe a Lucas y este le responde con otra sonrisa, parece tener unos 18 o 19 años. De una figura muy esbelta demasiado guapa con ojos claros y cabello increiblemente rojo. 

Esta chica toca la bateria realmente bien mientrs no deja de mirar a Lucas y sonreirle, la chica le está empezando a hacer sentir muy incómodo. 

-Eh, Lucas, intenta no mezclar trabajo con amor, tío eso nunca da buenos resultados. -Dice uno de los integrantes de la banda. 

- Te recuerdo que fuistes tu el que acosaba a nuestra anterior bateria. -Dice el cantante.

-Eh.... 

Lucas se marcha no puede aguantar mas aquella mirada tan intensa de la chica pelirroja. 

Martina.

-No, a partir de ahora se acabó ya no volvere a entrelazar amistad con Leire, Sol y Helena, tienes razón Anabel. 

-Te dije que no me parecia bien como te habían tratado, puedo pasarme a por tí todos los días para ir a clase y del mismo modo podríamos volver juntas, incluso puedes acompañarme en los recreos, te aseguro que las vistas que ofrecen las gradas del equipo de baloncesto merece la pena. 

Martina recuerda a Lucas. Pero ahora él ha dejado de ser su mejor amigo por culpa de Helena. 

-Está bien, les demostraré a esas tres que no necesito su amistad. 

-¡Muy bien! oye... y en cuanto a ese chico... Lucas, ¿que vas a hacer? 

-Intentaré olvidarle.

-Sabes un clavo saca  a otro clavo, conozco a alguien que podría presentarte para que olvidases de una vez por todas a ese chico.

Helena.

-Helena, a partir de mañana, Bruno os llevará a ti y a Amaia al insituto. 

-¡Pero mamá a mi me acompaña Lucas!

-Helena,Bruno se ha ofrecido, seria muy descortes de tu parte negarte. 

-No importa-Bruno se lleva la copa a la boca.

-Si que importa, yo no te he educado así Helena. Ya eres lo bastante mayorcita pero debes saber que no me temblara la voz si debo castigarte. 
Helena sabe que su madre no cederá asi que se retira de la mesa. 

- ¿A dónde vas? -Pregunta Inés mirándola fijamente.

-Se me ha quitado el apetito. 

Se sienta en su escritorio a terminar de hacer los deberes. Su madre se ha vuelto más estricta con ella, antes era mucho más amable y cariñosa, ahora parece como si no tuviese corazón y si lo tiene es  solo para Bruno, Bruno, Bruno.

Amaia entra en la habitación. -No se como aguantas en esta odiosa casa, ¡Dios esto es horrible! 

Helena hace caso omiso a Amaia, pero la chica continua.-Supongo que lo único que te retiene aquí es Lucas. Por ese chico, ¡oh Dios por ese chico yo haría lo que sea!

Helena se levanta y se encierra en el baño. -Oye, Helena...tu vida en esta casa, conmigo, será un infierno. ¡Estirada!  La chica se deja caer de espaldas contra la fría pared de su cuarto de baño.  El cuello de su camisa está totalmente empapado, las lágrimas le impiden ver.