Canciones sin Letra

Capítulo 44: Papá... tu no.

Bueno los dias siguientes fueron una tremenda pesadilla en general. Cuando papá no me sarmoneaba por no comunicarme con mi madre ahí estaba Dani que no dejaba de hacerme la vida imposible y cuando no era él, estaban todos los mensajes que Lucas me había estado mandando. 

Marcharme de Madrid suponía romper con todo incluido... incluido Lucas, asi que no se muy bien si esto seguia siendo una relación o definitivamente ya no.  Decidí permitirme no pensar mñas en ese asunto y tratar... bueno tratar de estar mas en casa, disfrutando de la compañía de papa. 

Durante varias noches, Dani ( contra mi voluntad)  se colaba en mi  cama con la excusa de ayudarme a superar esas horribles pesadillas, bueno... en parte era cierto. Su compañia me ayudaba, pero también es cierto que hubo noches en las que no tuve ninguna pesadilla y aún así, él aprovechaba para colarse en mi cama. 

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La autentica pesadilla fue cuando  a finales de esa semana, el padre de Helena, Dani y la chica acabron en el hospital. Helena habia contemplado como su padre siempre padecia de resfriados asi que no le dio mucha importancia, pero la noche anterior, bueno la noche anterior, Helena se la pasó al lado de su padre. Tenía una fiebre muy alta, no había nada que consiguiera estabilizar la temperatura del cuerpo de Alonso, finalmente al dia siguiente fueron al hospital y bueno.... Dani agarró a Helena en un acto reflejo. 

-Ey, ¿estas bien?

¿Como se puede estar bien cuando te acaban de dar una noticia tan dolorosa? Tu padre, la persona mas importante en tu vida... te vió nacer, crecer... y ahora tu le vas a ver morir ¿es eso justo? odiaba la vida, odiaba le mundo, maldita sea ¿por  que yo? -Pensó la chica. 

Dani se sentó al lado de Helena  y ella salió corriendo dirección al baño. Una vez allí se arrodilló ante el excusado y dejó que el  mundo se le  viniese encima. Sintió unas manos calidas que le sujetaban por la cintura y le recogieron el pelo. Era Dani. La peor noticia de mi vida y la tenía que compartir con él. Sin embargo ahí estaba él, siempre a mi lado. Cuando sentí que ya no podía más me ayudó a levantarme. -¿Te encuentras mejor? - Sonrió amablemente. 

Yo simplemente asentí. Estaba drogada, asi de simple. No sabía si era de día o de noche, no sabía si estaba llorando o era le sudor frío que me recorria todo el rostro. No me importaba, lo único importante de verdad era que necesitaba salir de aquel lugar. 

Me aferré a Dani como si me fuera la vida en ello y me llevó al jardín  fuera de todos esas salas blancas y esas personas con batas. Allí me abrazó y Juro que su abrazo no se podría comparar con el de Lucas. Ese abrazo, ese abrazo hizo que me diera cuenta de lo equivocada que había estado todo este tiempo. Pero ¿realmente era eso lo que pensaba? ¿o era la situación lo que me llevó a pensarlo?

Me sentía más sola que nunca. Mi padre, mi padre estaba enfermo y según los medicos no sabrian decir cuanto tiempo... Negó varias veces con la cabeza al destino, maldijo contra el pecho de Dani, lo golpeó, expuso toda su  frustración contra su cuerpo ¿y él? el simplemente le abrazaba y le besaba la frente con ternura. 

Uno a uno ví pasar todos mis recuerdos Los recuerdos de una familia feliz, unida, una familia de la que ahora no queda nada. Creo que lloré y lloré y perdí la noción del tiempo. Porque cuando desperté ya no estaba en el hospital. Estaba en el sofá de mi casa refugiada en los brazos de Dani. A pesar de todo sonreí. Jamás pense que una persona como él pudiera comportarse como él. 

Era estupido, engreido, un imbecil sin remedio pero siempre estaba ahí cuando Helena  le necesitaba y sin quererlo recordó a Lucas. Lo diferente que hubiese sido todo. 

-¿Como estas?-Preguntó Dani mientras le acariciaba las mejillas dulcemente. 

-Bueno, me duele despertar y ver que la pesadilla, es ahora una realidad. 

-Tranquila todo pasará, ¿pero estás segura de que quieres afrontar esto tu sola?

-No avisaré a nadie, mi madre se separó de mi padre ¿no? ahora no es nada suyo, no tiene por que preocuparse por alguien que ya no es de su familia.-En los ojos de Helena se había alojado la ira. 

El chico sonrió calidamente y volvió a abrazarla. En ese momento llamaron al timbre. El chico fue quien se levantó a abrir. 

-¿Tu?

Al segundo Helena reconoció esa voz. Lucas.