Capítulo 91: Correo

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Helena apenas había dormido ya que había pasado casi toda la noche hablando con Alex. 

Justo antes de marcharse a dormir un pequeño papel se escapó de su agenda, el papel donde Alex había escrito su número de teléfono sin que la chica se hubiese percatado. 

El chico se había disculpado con el Helena ya que no ha podido ponerse en contacto con ella hasta esa misma noche, cuando ella le había hablado vía Whatsapp. Según el chico había explicado su madre tiene una contundente norma en contra de los teléfonos. Cuenta que su madre conseguía que toda la familia depositase todos los teléfonos móviles en una cesta de mimbre durante todo el día y que él, en la medida de los posible, conseguía coger el suyo a hurtadillas y daba pequeñas señales de vida. Helena no dejo de reír ante aquella anécdota que el chico le estaba contando con pelos y señales.

 La conversación continuó con las visitas a toda la familia y en especial a su abuela Franchesca la cual intentaba sacarle de los nervios pellizcándole las mejillas como cuando tenía cinco años. 

A Helena le quedó bien claro que Alex disfrutaba como nunca de sus viajes a Italia, lo que hizo sentir mal a Helena, ya que ella no quería que el chico se marchase. A pesar de ello el Alex le dijo que solo faltaban unas horas para su egreso, noticia que a Helena le hizo muy feliz. 

La chica extrañaba muchísimo la compañía de Alex por no hablar de que siempre que estaban juntos Helena se olvidaba de todo su pasado, sin embargo cuando el chico se alejaba, casualmente volvía a aparecer el tema de Dani con nuevas noticias. 

Al día siguiente Helena recibió el maravilloso y soleado día con unas horribles ojeras, sin embargo a pesar de aquel contratiempo la chica estaba muy contenta. Era cierto que últimamente estaba pasando por una serie de curvas emocionales, y esto se dejaba ver, sobre todo para Inés, la madre de Helena, quien insistía en saber a que se debían los cambios de humor y sobre todo la visita de los agentes de policía de ayer. 

-¿Por que te interrogaron ayer eso agentes? -pregunto Inés sin rodeos. 

-No es nada peligroso. -contesto Helena muy indiferente. 

-¡Que no es nada peligroso!¡ en los diecisiete años que te conozco jamás había venido la policía a hacernos una visita! ¡quiero saber que es lo que pasa y lo quiero saber ahora! 

-Por favor dejemos ese tema. -contestó la chica civilizadamente. 

-Sabes que puedes contarme todo¿verdad? 

-Creo que perdiste ese derecho cuando se te ocurrió la brillante idea de eliminarme de tus planes 

-¿Crees que no es suficiente castigo tu indiferencia Helena?- pregunto Inés al borde de un ataque de nervios. 
Justo cuando la chica iba a responder Inés se levantó para abandonar la estancia, ya no aguantaba mas la situación, Helena era su hija pero por momentos la desconocía. 

Por su parte, Helena también se marchó y aunque en parte se sentía culpable y en parte pensaba que su madre se merecía que la tratase así, en el fondo echaba mucho de menos a la Inés tierna y cariñosa de años atrás. 

Al salir de la ducha, Helena se fijó en un nuevo objeto que había en su mesilla de noche. Era una carta con su nombre. La chica se mordió el labio y rápidamente abrió la carta.

Querida Helena: 

Desde este instante puedes romper este trozo de folio manchado de tinta, no te juzgaría por ello, pero sin embargo te conozco y se que aunque haya sido la persona mas ruin que se ha atravesado en tu vida,  leerás esta carta hasta el final. Porque eres ese tipo de chica que no se puede describir, de paciencia infinita y puro amor. Te estarás preguntando a que viene esta carta ¿verdad?

Han pasado muchas cosas desde la ultima vez que nos vimos y no han sido cosas buenas, de hecho desde que me fui no me ha pasado nada bueno, solo tu, y eso es algo que me recuerdo a mi mismo cada vez que abro los ojos. 

Quería darte las gracias, a estas alturas seguro habrán pasado unos policías para preguntarte por mi, y se que aunque me odies y me desees lo peor no has sido capaz de contarle nada, aunque no puedas darle mucha información. 

No espero que entiendas lo que hice, ni mucho menos estuvo bien, y no hay día o noche que no me arrepienta, espero que alguna vez me perdones. Ojalá que estas palabras no te ablanden porque entonces no merecería tu perdón, porque como ya he dicho antes la finalidad de esta carta era agradecerte lo que has hecho por mi .

Con todo el dolor de tu corazón, te quiere

D. 

En respuesta, Helena hizo añicos la carta de Dani mientras las lagrimas inevitables recorrían las sonrojadas mejillas de la chica. 

Y cuando se dispuso a tirar semejante bola de papeles le pareció escuchar el rugir de una moto muy lejana. 


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