Capítulo 96: El Oso gigante

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La vida ya no era vida si no estaba contigo, el mundo perdía todo su sentido: las estrellas no brillaban de noche, la luna se escondía, la tierra no giraba y la gravedad era tan fuerte que apenas podía mantenerme en pie.

Esa era la nota que encontró Helena sobre su almohada después de volver al baño, justo antes de entrar es su cómoda cama.

Así que ni un felicidades por parte de Alex, tan solo una nota sobre la almohada era lo único que la chica iba a recibir de su perfecto novio. Helena suspiró, un suspiro de alivio y decepción y acto seguido se metió bajo las sabanas de su cama y apagó la luz. Sin embargo, la habitación de la chica no quedo totalmente sumida en la oscuridad, pues en el techo de toda la habitación de la chica había unos diminutos puntitos, unos de color azul y otros de color blanco, pero todo en conjunto imitaba a una constelación de estrellas, a un cielo completamente lleno de estrellas, hermosas estrellas a las que Helena no dejo de mirar durante horas mientras su corazón daba brincos de alegría pensando en Alex, porque aquel gesto tan hermoso solo lo podría haber hecho alguien tan especial como Alex, porque el chico sabia como convertir las pequeñas cosas en algo inolvidable.
Así pues a la mañana siguiente Helena se despertó recordado como habia dormido bajo las estrellas que aún brillaban un poco. Más tarde la chica entró en clase muy segura de aprobar su examen de matemáticas y después de este sería por fin libre durante todo el fin de semana para celebrar su décimo séptimo cumpleaños como Dios manda.
Al acabar el examen de casi una hora y media, la chica se encontraba medio embotada y le dolía la cabeza, si pues se fue directamente al baño a echarse un poco de agua para refrescarse la cara y aclararse las ideas. Cuando por fin logro centrarse pensó que aún le quedaban tres horas más de clase para acabar el día de hoy.
Así pues salió del baño de chicas dispuesta a afrontar el día cuando una chica del primer curso de ojos azules y estatura media le entregó a Helena una nota.
En la salida.
A
Era la letra de Alex, el cual la estaba esperando en la salida del instituto, aunque en la nota no especificaba cuando, Helena salió disparada en dirección a la salida y entonces vio un enorme peluche de color crema con orejas rojas que sujetaba una caja roja de hojalata. Detrás del enorme peluche se escondía Alex, con una sonrisa de oreja a oreja. La chica se quedó helada, no sabía que hacer estaba tan sorprendida y feliz por aquel detalle que comenzó a reir a carcajadas mientras corría hacia el enorme oso.
-¡¡¡Dios mío Alex !!! Esto es tan tierno dijo la chica antes de fundirse en un beso que ojalá hubiese durado toda la vida.
-Quería sorprenderte y al mismo tiempo disculparme por no felicitarte ayer. -dijo el chico en susurro aún muy cerca de los labios de la chica.
-Bueno la verdad es que colarte en mi casa y llenar el techo de mi habitación de estrellas fue maravilloso ahh y también leí tu nota. -dijo la chica acariciando al oso gigante.
-Me alegro de que te gustase las estrellas pero yo no te he escrito ninguna nota. -Contesto Alex un poco inquieto.
Y entonces Helena se dio cuenta por fin que Alex no era el único que ayer se coló en su habitación.

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