Capítulo 14

3.9K 549 102
                                    

—¿Eh? ¿Cora-san?—Ladeo su cabeza confundido—¿Quién es ese? ¡Soy Luffy!—Hizo un pequeño puchero.

Paso su mano por la frente del otro, quitando los cabellos azabache que se pegaban a la frente sudada.

El otro azabache jadeo, entrecerrando sus ojos, mirándolo débilmente. Sus ojos eran cristalinos completamente y su boca estaba entreabierta, soltando pequeños jadeos.

La mano todavía no soltaba la suya, y el enfermo negó con debilidad, sin querer soltarlo.

—¿Me estas confundiendo con alguien? ¡Me ha pasado! ¡Una vez me enferme y confundí a Makino con un trozo de carne! Ella se rio de mi todo el día—Se rio, sentándose al lado de este, exprimiendo el agua del trapo nuevamente.

El muchacho murmuró algo ilegible, haciendo que Luffy parpadeara tontamente hacia él.

—¿Eh? ¿Qué dijiste?—Ladeo su cabeza con curiosidad, poniendo el trapo en la frente de este con suavidad.

C-Cora-san….no me dejes

Eso fue lo que escucho Luffy cuando bajo su oído a la boca que soltaba palabras intangibles, y soltó un pequeño suspiro.

Reanudo su posición, y sonrió un poco más suave.

—Me llamo Luffy, y supongo que no te dejaré hasta que te recuperes—Murmuró—Supongo que ese tal Cora-san es muy importante para ti—Le sonrió débilmente, quitando la mano de sus cabellos.

Se encorvo tomando sus rodillas, mirando con tristeza al mar.

—También tengo personas importantes, pero una de ellas falleció y la otra no quiere verme más—

Ese susurro llegó para sí mismo, viendo como el hombrecito se había dormido. Se levantó, tomando su tubería con fuerza.

Iría a cazar y tal vez descargar un poco de su frustración.




—♡—



Cazó por la parte trasera del bosque, alejado totalmente de la mitad del Monte Colubo, donde estaba Ace y los bandidos.

Arrastro a los dos jabalíes consigo, buscando algunas frutas para darle al otro azabache.

Camino por la playa con sus manos llenas, hasta que paro cuando vio algo donde había encontrado al de manchas.

Un sombrero.

Era un sombrero, era blanco con manchas blancas. Lo tomó en una mano, mirándolo con curiosidad. ¿Tal vez era del otro?

¡Lo llevaría consigo si es así! Tal vez ese sombrero sea algo importante para él como lo es el suyo.

Lo puso encima de su sombrero, tomando las frutas que había dejado en el suelo, y siguió caminando hasta su pequeño lugar habitable.

Dejo a los jabalíes al lado de la llamarada apagada, y guio las frutas hacia el otro cuenco que tenía. 

Miro a la persona dormida, y sonrió un poco, dejando el sombrero a su lado.

-ᴘʀᴏᴛᴇᴄᴛɪᴠᴇ ᴀʟᴘʜᴀ-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora