Ace esperaba que el mocoso estuviera en la cabaña, esperaba que estuviera exigiendo comida como lo hacía.
Pero grata fue su sorpresa al ver que no estaba allí, y algo dentro de él gimió derrotado.
Ignoro a los bandidos y fue a su “cuarto” el cual compartía con el alfa. El olor del otro se había desvanecido, las ventanas estaban abiertas y el olor ya no estaba.
Soltó un suspiro cansado, pensando en sus palabras y en la cara entristecida del alfa.
—Uhg, mierda—Maldijo.
¡¿Por qué el otro no había enloquecido?! ¡¿Por qué el otro no había usado su voz alfa y le había reclamado?! ¡Podía hacerlo! ¡Podía imponer su maldito olor y hacerlo doblegarse!
Pero no, simplemente pareció triste, pidiendo perdón por algo que Ace dijo.
La manta del alfa estaba tirada en la habitación, y su omega aulló lastimoso.
Tómalo.
No sabía lo que hacía, hasta que se dio cuenta que estaba poniendo la manta en la nariz, respirando profundamente.
Su expresión cambio a una horrorizada, lanzando la manta hacía otro lado con disgusto, a pesar del fuerte ronroneo que salía de su garganta.
Se obligó a parar, alejándose del espacio del alfa, a pesar de lo bien que se sentía su omega (o él mismo).
Soltó otro suspiro cansado.
Sus palabras eran ciertas, a él no le importaba ese niño con una sonrisa que rivalizaba al sol.
No le importaba un carajo como intentaba ser su amigo, a pesar de todos los rechazos.
No le importaba esa sonrisa triste y resignada que le envió, acostumbrado a las otras llenas de alegría.
No le importaba ni un poco.
—0—
Luffy se alejo del lugar con sus ánimos bajos y decaídos. Ace tenía razón, no le importaba porque no lo conocía.
Solo era un aparecido en la vida del pecoso. Y se sentía mal, quería cumplir su misión ultra secreta del abuelo, pero parecía que simplemente sería rechazado y mirado con repulsión.
Se sentó detrás de una gran roca, mirando con tristeza el pasto frente a él.
Podía entender a Ace, él simplemente parecía molesto con todo en general.
Puede que sea por su casta, puede que ser por los fuertes estereotipos que imponían sobre los omegas.
Podía ser porque los alfas eran, algunas veces, aborrecibles.
Pero Luffy era un alfa protector que no se dejaba llevar por su alfa interno. Simplemente era él, siguiendo su propio inconsciente.
Cuando hizo ese espectáculo con el oso, era él mismo, no su alfa. Su casta era algo que pasaba al segundo plano.
(Sabía que a veces su alfa se presentaba, pero no hacía nada de lo que él no haría)
Puede entender, que era mejor dejar de insistir, alejarse del omega y demostrarle que no quería imponer su presencia.
Quería demostrarle que no haría nada que él otro no quisiera, porque era así. Pero su alfa aúllo de dolor al ser golpeado por esas fuertes palabras, siendo alguien tan emocional, su lobo también lo era.
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-ᴘʀᴏᴛᴇᴄᴛɪᴠᴇ ᴀʟᴘʜᴀ-
Fanfiction¡Las aventuras de Luffy siendo un alfa protector! ¡Un alfa lleno de felicidad y sed de aventuras sin más! ¿Te gustaría saber de estas? ¡Entra a la historia! ❗️❗️❗️ ¡Los personajes no son míos! ¡Derechos a su respectivo autor; Oda! -Pareja principa...