-ᴘʀᴏᴛᴇᴄᴛɪᴠᴇ ᴀʟᴘʜᴀ-

Capítulo 8

Meses y meses pasaron desde que juraron hermandad.

Ahora, podemos apreciar el pequeño problema que están teniendo ahora mismo.

—¡Ji-chan! ¡Sabo es tu nieto también!—Trato de explicar Luffy, ya que su abuelo era igual de inconsciente que él.

Garp abrió sus ojos y después soltó una profunda carcajada.

—¡Ya veo! No sé cuando mi hijo tuvo otro hijo, ¡pero esta bien! ¡se expande la familia Monkey!—Exclamo.

Ace se palmeo la frente, resignado. Sabo miro al hombre como si fuera tonto, y Luffy parecía confundido.

—¿Tienes un hijo?—Pregunto Luffy, ladeando su cabeza con curiosidad.

Garp se trago las ganas de arrullarlo.

Sabo y Ace miraron también con curiosidad a hombre mayor, queriendo saber.

—¡Claro que tengo un hijo! Solo que tu vienes del espíritu santo, como Ace y Sabo—Se encogió de hombros.

Ace y Sabo voltearon los ojos, era obvio para ellos saber que no venían del cielo, sino por producto de la fornicación.

Luffy tarareo, parecía sacar humo de tanto pensar. ¿Qué era el espíritu santo, ahora?

Garp se acerco a Sabo y se agacho para quedar a su altura, aunque era imposible, era demasiado alto. Lo miró fijamente por unos momentos, ladeando su cabeza hacia un lado y luego hacia el otro.

Sabo parecía un poco incómodo ante la inspección y Ace parecía querer reírse de su incomodidad, caminando hacia el lado de Luffy, quien todavía parecía pensar con fuerza.

—No te pareces a mi hijo—Murmuró con sospecha, cerrando sus ojos con fuerza—Aunque, Luffy tampoco se parece—Volvió a murmurar.

Sabo lo miro ilegible, sin saber decirle que no era hijo del papá de Luffy.

—Bueno, eso no importa—Se encogió de hombros—Cómo si te parecieras a un perro, serías mi nieto igual—

Parecía desinteresado, metiéndose un dedo a la nariz, pensativo. Sabo suspiro, sin saber si la respuesta lo conmovió o lo ofendió.

Ace se rio un poco, y Sabo lo miro de mala gana.

—¡Bueno, ahora tengo tres nietos! Fantástico, espero y sean buenos marines. Y Luffy, deja de pensar, te va a dar un derrame cerebral—Informó el hombre mayor.

Luffy parecía derrotado, jadeando sin haber llegado a una información concreta. Ace soltó un pequeño suspiro, y Sabo sonrió un poco.

—¡No seré un marine, Ji-chan! ¡Voy a ser el Rey de los Piratas, ya te dije!—Dijo con determinación.

Garp lo miro ilegible, y alzo su puño, una sonrisa pacífica en sus rostro.

Luffy trago en seco, y Ace retrocedió unos pasos.

—¡Mierda, corre, Sabo! ¡El viejo de mierda está loco!—Exclamo Ace, corriendo por su propia vida mientras Luffy y Sabo lo seguían.

—¡Vengan aquí! ¡Ningún nieto mío será un delincuente! ¡No serán como sus padres y sus etapas rebeldes!—Exclamo el alfa, soltando resoplidos mientras lo seguía.

Su olor no mostraba enojo, estaba resignado. Aceptando el hecho de que no haría nada para cambiar sus perspectivas.

Pero solo le queda entrenarlos, hacerlos un poco más fuertes para cuando salieran al mar.

Tendría que hacerle saber a Ace y Sabo, que no importaba si eran omegas, tendrían que ser fuertes y no dejarse doblegar por nadie.

Que fueran los más fuertes y dejaran saber que no eran débiles por su casta. Entrenarlos y dejarles saber un poco más de su subgénero, informándoles de sus instintos.