-ᴘʀᴏᴛᴇᴄᴛɪᴠᴇ ᴀʟᴘʜᴀ-

Capítulo 19

Luffy despertó con poca fuerza, soltando un suspiro. Una sonrisita feliz cruzó su rostro risueño.

Estiró su mano para envolverla alrededor de Law, pero se sorprendió al no sentir nada.

Escaneo su lugar, encontrándose con la nada.

Un mal presentimiento se ahogo en el fondo de su pecho.

Se levantó con cuidado, su mirada buscando la figura un poco alta y pelinegra. El lugar no ocupado a su lado le dejó con un mal sabor de boca.

—Tal vez esta cazando…—Susurro, sonriendo un poco.

Se levantó completamente, tomando su tubería y caminando hacia el bosque, buscando al otro pelinegro con una sonrisa.

Camino por el sendero con un tarareo, sintiendo muy lejano a su lobo interno. Frunció el ceño con poco reconocimiento.

—¡Torao!—Grito.

Cada paso que daba, sentía una pequeña espina clavarse en su pecho.

No encontró animales, no encontró rastro del olor del pelinegro, no encontró nada.

No encontró nada.

Respiro tembloroso y se dio la vuelta, caminando hacia la villa con rapidez.

Bajo las grandes colinas, aguantando su propios instintos y pensamientos.

Había algo mal. Lo sabía.

Corrió por la orilla, justo donde estaba el pequeño puente, donde quedaban los botes pesqueros.

Al llegar, se escondió detrás de la gran roca que había allí. Mirando todos los botes, notando que faltaba uno.

El dolor se hizo más fuerte.

—¡Te lo juro, Yiu! ¡Se han robado mi bote!—

—¡Señor Qui! ¡¿Cómo puede estar seguro de eso?!—

—¡Mi intuición nunca falla! ¡Además, vi a un niño viendo mi bote demasiado!—

Luffy cayó sin más al suelo, su mirada se perdió en un punto fijo mientras su boca se secaba.

No podía ser cierto, ¿verdad…?

Law no se iría sin despedirse. 

No, estaba seguro que no lo haría.

Se levantó y corrió, corrió hacia la playa costera de nuevo, corrió por el sendero, corrió por el bosque y cayó de rodillas en la arena de la playa.

Miro al frente con sus ojos cristalinos, mordiéndose los labios para no dejar salir ningún sonido.

Su lobo interno no se sentía y Luffy supo, supo por tercera vez, que otra persona importante se ha ido de su vida.

Apretó la tubería con fuerza y la estrelló contra la arena con rabia, soltando gruñidos lastimeros. Soltó un grito ronco, sus manos ensangrentadas golpeaban la arena sin piedad.

Ira.

Su rostro distorsionado de ira se calmo cuando sintió cristalinas gotas bajando por sus mejillas.

Soltó la tubería mientras seguía viendo como rompían las olas en la orilla, sus ojos llenos de lamentos no expresados.

Abrió su boca y salió un profundo sollozo, lleno de dolor y angustia, expresaba el daño que guardaba en su alma.

¿Qué más debía perder?

—¿Por qué?—Susurro.

Su cuerpo cayó hacia atrás y los temblores lo acompañaron, respiro profundo mientras lloraba a mares. Puso una mano en sus ojos, dejando que las lágrimas fluyeran con fuerza.