-ᴘʀᴏᴛᴇᴄᴛɪᴠᴇ ᴀʟᴘʜᴀ-

Capítulo 15

Law despertó con un profundo dolor en su cuerpo, desorientado y casi exaltado cuando una mano movió ligeramente su hombro.

Su mirada desorientada busco la fuente del tacto, y respiro profundamente para tratar de calmar su mente confusa.

Alzó su vista, encontrándose con los ojos onix llenos de alegría y luz. Lo miró fijamente, recordando lo que había pasado. Su nariz percibió ese olor alucinante, y frunció el ceño.

Recordó las palabras de este niño extraño, y suspiro.

“Estas a salvo conmigo”

—¡Hola! Esta lista la comida—Anunció con anticipación—¡Es jabalí! ¡Te encantará!—

Un gran trozo quedó entre unas hojas, dejándolo aturdido. ¿Hace cuanto no había probado comida?

Sus labios temblaron y trago con fuerza, mirando el muslo de jabalí como si fuera algo que debía rendir.

—¡Si quieres más, solo tienes que decirme!—Se sentó a su lado, tomando su propia comida.

El alfa tarareo felizmente, moviendo sus pies de un lado a otro. Law, sin embargo, no sabía que hacer. Llevo el muslo con sus manos temblorosas a su boca, dando un fuerte bocado. Y sin pensarlo dos veces, comió con rapidez.

A su lado, Luffy lo observo con entretenimiento, sonriendo febrilmente.

Soltó un suspiro de alivio al sentir su estómago llenarse y no tener agua salada en él. Su estómago gruño, dejando a Luffy con una sonrisa.

Otro pedazo de carne fue depositado en sus hojas, y alzo su mirada, encontrándose con la más brillante. El otro le sonrió con carisma, apoyándolo a seguir comiendo.

Comió, esta vez, con más tranquilidad. Sentía que la debilidad se iba un poco, y se sintió satisfecho, y sin querer, liberando su olor.

La cabeza de Luffy giro hacia él con gracia, mirándolo asombrado.

—¡Así que eres un alfa!—Exclamo—¡Yo también!—

El otro demostraba lo armónico que estaba. Law trago su comida, asintiendo un poco.

—¡Tranquilo, puedes comer y descansar aquí todo lo que quieras! ¡Te ayudaré!—

Law sintió que sus labios temblaban, y se alejo un poco del otro alfa. Puso mala cara, tratando de parecer malhumorado.

A Luffy no pareció importarle, comiendo como si nada.

Su alfa interno gruño al tener otro alfa con él, pero a la vez movía su cola un poco curioso. Y eso lo extraño, porque su alfa no había salido después de la muerte de Corazon.

Miro sus manos, sintiéndose tan asqueroso y culpable.

Se sentía furioso por no haber hecho nada por su madre, por su padre, por su hermana menor, por la monja que lo quería ayudarlo.

No había hecho nada por Corazon, quien lo había ayudado con su enfermedad del plomo, pero después fue arrebatado de él injustamente por su propio hermano.

Era como si la vida se empeñara de dañarlo y no dejarlo ser feliz nunca. No sabe porqué se hace ilusiones de que algún día encontrara la felicidad.

Pero lo que si sabe, es que buscará venganza por Cora-san, no importa si lleva toda su vida en ello.

Sin darse cuenta, su olor era agrio y angustiado, descolocando al otro alfa.

—Torao, ¿estas bien?—Luffy le pregunto, llegando a su lado rápidamente.

Law asintió, ignorando el tonto apodo. Noto las vendas mal puestas en su cuerpo, pero algo lo hizo sentir cálido.