El Empleo De Mi Vida - FNAF X Tú (En proceso)

Me Ofendes

- Los odio a todos malditos perros degenerados —sacando su dedo del medio, Mónica expresó su enfado hacia los dos chicos que yacían en frente de ella—. Se las verán con mi abogado, tú T/N y el sexy, caliente e imbecil de Scott irán a la cárcel.

- Agradezco que reconozcas mis cualidades Mónica, pero creo que deberías ser más agradecida, te hemos salvado la vida —exclamó Scott, reprochando le en su cara, que nada de lo que hacía era correcto.

Yo sólo me limité a observar la situación como una mera espectadora.

- Claro Scott, sé que me salvaste, lo reconoceré; ¡pero tú...! —apuntando hacia mi persona— ¡Estoy harta de ti pequeña sabandija! O sea, tengo que ser realista y reconocer que eres una competencia pesada para mi persona... ¡Estás atacando mis derechos humanos de forma psicológica! ¡Así que te denunciaré para que no me fastidies más!

- No sé de qué me estás hablando. No se te entiende nada —dije.

- ¡ARG! ¡Además de recursiva! ¡Eres tonta y lenta! No volveré a revolver me con cualquiera...

- Gracias por venir a Freddy's Fazbear Pizza, un lugar mágico donde jóvenes y adultos se integran juntos para pasar un buen rato. No te olvides de valorar nuestros servicios como asesores de la empresa. ¡Regrese pronto! —el chico, con una sonrisa de oreja a oreja, exclamó un digno mensaje de despedida como si se tratara de un buzón de mensajes.

Scott está muy bien programado.

Mónica, observó al chico indignada e hizo un pequeño gesto de desacuerdo, no fue más, que seguir su camino hacia su hogar, mientras daba pasos lentos y cojos y poseía una venda alrededor de su pequeño abdomen.

No pude evitar observar a la chica fijamente hasta que saliera del local. Fue una noche bastante curiosa la verdad.

Pensando en que mi compañero, haya pensando lo mismo que yo, dirigí mi mirada burlesca hacia él, pero se encontraba en un ánimo distinto.

El chico, a comparación de mí, observaba la puerta del local con una cara de enojo que era DEMASIADO notable.

- ¿Estás enojado? —le pregunté, jalando su camiseta, tratando de llamar su atención.

El chico espabiló y volvió a colocar esa cara "alegre" que se me hace tan incómoda de ver.

- No. Al contrario, disfrute tu compañía T/N —el chico colocó sus dos manos hacia atrás, agarrándose entre sí, mientras, que sin girar su cabeza, estando él de perfil, dirigió su mirada hacia mi persona.

- Eres extraño Scott —suspiré.

- Lo sé. Y sé que te gusta —su sonrisa era más evidente.

- Nah, paso —dije dándole unas palmadas en la espalda y dirigiéndome hacia la oficina, dónde había dejado la mayoría de mis cosas— Vamos, hoy nos toca la limpieza también.

Scott, cambió su rostro a uno extrañado al escuchar mi respuesta de rechazo; esta vez, dirigiéndose hacia mí, me observó desde su lugar.

- *Entonces, no le gusta que sea así...* —pensó para él mismo— Ya voy. —me contestó, acercándose hacia mí

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Las horas pasaron y ya eran las 7 a.m pasadas, estaba recostada en una de las sillas del comedor, me sentía sumamente agotada, la universidad y este trabajo eran demasiado para mí.

En unas horas, debía ir a la universidad, estoy agradecida de que la próxima jornada no la haré, ya que me tocaba descansar.

Seguí pensando en la idea que tenía anteriormente, buscando la manera de poder zafarme de este trabajo sin que me terminen matando o haciéndome algún daño a mis allegados.