Confundido

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Presente.

- ¿Por qué habían tantos tanques de gasolina en la maletera y en el asiento trasero? —Adriens me miró juzgante. Su enfoque estaba totalmente en mí, podía sentir cómo su mirada escaneaba mi rostro con rigurosidad.

Me tensé súbitamente y abrí mis párpados por la sorpresa. La pregunta me tomó desprevenida.

Por mi cabeza, pasaron múltiples excusas rápidas para darle, pero mientras me encontraba en ese trance, los ojos de Adriens se achinaron al notar que no respondía.

- Mira... —terminé hablando—. Sabes que... En este trabajo usamos mucha maquinaria, fuera de cuidar de los robots y así... —aclaro mi garganta— Así que mi jefe pidió que comprara (con el dinero que él me dio, claro), estos galones de gasolina a último momento, ya que se le había pasado...

- Hmm... —dudoso— ¿Y por qué a ti? Los otros chicos son más grandes y fuertes y algunos, tienen auto.

- Sí... Eh —aparté su mirada de la mía, me colocaba nerviosa—. No sé las razones del jefe. Ya tendrías que hablar con él...

Adriens relajó su semblante y arrancó el auto sin mencionar nada más.

Me dejé caer en el sillón y solté un pequeño suspiro mientras observaba por la ventana del lado derecho.

El chico encendió el aire acondicionado y pude sentir un agradable olor a ambientador.

Miré a Adriens de reojo y estaba muy serio, tragué saliva y volví a colocar mi atención en la calle.

Duramos en silencio minutos, minutos que fueron eternos para mí.

Había salido demasiado cansada de la universidad, así que mis ojos empezaron a pesar.

Noté, cómo poco a poco estaba oscureciendo. Me acerqué a la ventana para disfrutar del paisaje, pero noté inmediatamente que la ruta que estaba tomando Adriens era distinta a la de nuestro hogar...

Me giré y lo miré confundida.

- ¿A dónde vamos?

El me miró de reojo y volvió a la ruta. No me contestó.

Me puse algo tensa y me crucé de brazos, sin decir nada.

Al cabo de unos 20 minutos, después de subir una clase de colina, llegamos a un precipicio, en donde se veía casi toda la ciudad.

Adriens aparcó, y luego, bajó del auto y lo rodeó para llegar hacia mí.

Este abrió mi puerta mientras observaba hacia el precipicio.

Lo miré confundida y él también me dirigió la mirada por unos segundos, luego, volvió hacia el precipicio y caminó acercándose a él.

- A-Adriens... —sentí un poco de nervios.

El chico se sentó, a un metro del vacío y luego, palmeó a su lado en signo a que me sentara.

Lo miré confusa e hice lo que me pedía.

Mi cabello se movía con la brisa, y poco a poco todo se volvió oscuro, sólo las luces de la ciudad nos iluminaban.

- ¿Por qué estamos aquí...? —pregunté.

Él me mira con el rabillo de su ojo y simultáneamente gira toda su cabeza hacia mí— Quería descansar un poco...

- Hmmm... —miro hacia el frente—. Pero, tan alejados...

- Hace mucho no tenemos un momento de intimidad —me sonríe— Ambos nos matamos estudiando y trabajando... Últimamente he estado extrañando que me acaricies.

El Empleo De Mi Vida - FNAF X Tú  (En proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora