76. Aida

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Hoy es mi cumpleaños y, a pesar de que debería estar feliz, estoy triste. La mujer que amo no estará conmigo, porque esta en un hospital recuperándose de una operación. Si bien lo peor ya paso, sigo triste por no tener días normales de pareja, extraño eso, extraño caminar por la orilla del mar con mi chica a mi lado, ver las estrellas mientras toca la guitarra en la terraza, estudiar juntas y hacer directos por TokTik.

Les dije que amaba a la Lucia de ahora, pero extraño a la anterior, con sus temores e inseguridades, seguía siendo perfecta y el amor de mi vida.

Lo siento por ser tan melancólica, puede ser por la regla eh.

La fui a ver a primera hora de la mañana, me tenía un ramo de girasoles maravilloso. Por si no lo sabían, son mis plantas favoritas.

Ahí estaba ella, hermosa, preciosa a pesar de haber despertado recién...Su belleza natural es de otro mundo. Me tenía bombones de chocolate ¿Cómo lo habrá conseguido? Ni idea, pero esos detalles pequeños pero grandes a la ves definen a mi novia.

Hablamos de lo que me dijo su tío Christopher ayer, sobre las inversiones que hizo en la pequeña empresa de mi padre. Hizo todo de forma anónima para que mi familia no se sintiera en deuda con ella, lo hizo de corazón. Aquello último son sus palabras y cuando las dijo, me desconecte del mundo a mi alrededor. Era como estar en una burbuja, ella y yo... fue realmente mágico. Cada cosa que hace, cada detalle, es impresionante. Esa chica es de otro mundo, me dan ganas de meterla en una botella y protegerla de todo.

Voy camino a la casa de mi abuela, mis padres y Aroa llegarán más tarde. Celebraremos mis 20 años con toda mi familia, mis tías, tíos y primos. Luego, Gabi me invitó a cenar, iré con mi hermana y estará también Sofi. Por lo menos, tendré a los mini clones de mi Lu.

- Feliz cumpleaños Aidita.- Me dice mi abuela desde la cocina.- Te estoy preparando una comida que flipas.
- Ñami abue ¿Soy la primera en llegar?
- Si hija, solo estamos las dos.
- Ah... ¿Te ayudo en algo?
- Si, ven.- me hace una seña desde la cocina para que me acerque a ella.- Quiero saber por qué mi pequeña esta triste en su día.- Acaricia mi mejilla.
- No es nada Abue.
- Te conozco como la palma de mi mano Aidita, no le puedes mentir a tu abuela.
- Es una tontera Abue.
- Lo quiero saber. Tontera o no, te tiene muy triste, lo puedo notar.
- Si, tienes razón.- suelto un suspiro.- Es...Es mi novia, Lucia. Desearía que estuviera conmigo, poder presentárselas y poco más. Estoy cansada, cansada de verla así. Se que ya estamos en las últimas, pero quedan cosas inconclusas aun, como su memoria y la rehabilitación de su pierna. Es... es tan perfecta Abue y me siento muy enamorada de ella. Le dije que no le diría a nadie, pero ¿Sabes? Hizo algo tan grande e importante para mí que, sin quererlo, siento que abuso de su buena voluntad.
- Pero ¿La obligaste o fuiste responsable que hiciera aquella acción por ti Aidita?.
- No. De hecho, ella misma me dijo que lo hizo de corazón sin esperar gratitud. Yo la descubrí por una tercera persona, sino seguiría en el anonimato su intervención.
- Entonces no debes sentirte de aquella manera. Ella lo hizo por que sintió hacerlo. ¿Te acuerdas cuando un día te dije que ella era de una energía pura? Era cierto, esas personas son escasas en estos tiempos cariño. Las cosas que hace por ti son con el amor mas verdadero y puro que puede sentir una persona.
- Soy una tonta. No debería sentirme así por aquellas cosas.
- Es normal, es la mujer que amas. Su dolor es tuyo. Eso es uno de los grandes misterios de enamorarse hija, porque no solo compartes los momentos felices o las peculiaridades de la otra persona, sino que además, la acompañas en el dolor, sufrimiento y poco más. Por ello, debes aprender a llevarlo, juntas, aquello es la clave para que siempre su relación sea estable. Estoy segura que a Lucia no le gustaría verte triste en tu cumpleaños.
- Si, es verdad. Incluso me pidió que no la visitara hoy, que disfrutara con los míos.
- ¿Ves? Además, no todos los días cumples 20 años mi pequeña. - aprieta mis mejillas igual que lo hacia cuando era una niña pequeña.- Mi Aidita ¿Cómo has crecido tanto? Espero ver a mis bisnietos.
- Abuela.- Me ruborizo ante aquella insinuación.- Que vergüenza. Soy muy joven para ser madre.
- Yo lo fui a los 17 años cariño. Estoy más que segura que ya imaginaste a tus hijos e hijas, los mini Lucias ¿No?
- ¡Abuela!.- vuelvo a ruborizarme, pero esta ves parezco un verdadero tomate.- ¿Cómo lo supiste?
- Ja! Soy vieja cariño e vivido mucho. Esa niña tiene a mi nieta embobada o mejor dicho entomatada Jajajaja.- Ríe mientras yo intento bajar mi rubor al escuchar que llegaron más integrantes de la familia.

Coleguis |  Mi corazón azul es tuyo  💙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora