Punto y final

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Narra Aiden

Han pasado dos años. Dos años exactos desde que Victoria llegó a casa con un bebé en sus brazos. Dos años que han sido un completo cambio, pero al mismo tiempo una bombona de oxígeno para mis pulmones defectuosos de la vida.

Veo al amor de mi vida frente a mí, sentada en el césped del parque en el que estamos celebrando el cumpleaños de nuestro pequeño. Dos años ya...

Decidimos en su momento rellenar la ficha de nacimiento como si hubiese nacido el día que Victoria lo encontró, la hora exacta 10:05 pm. Ella creyó y sigue creyendo que Perseo es un regalo de Marcus, tanto para ella como para el bebé. No le ha faltado de nada ni le va a faltar y, como dije antes, el completo cambio que ha sido nuestra vida va a beneficiarlo.

¿Sabéis lo bueno de ser el rey de la mafia? Que todos me respetan y no tratarán de matarme porque saben que sé defenderme. Lo aprendieron cuando Ricci murió y espero que no se les olvide.

El narcotráfico se ha quedado atrás en mi vida. Definitivamente.

Victoria me ha hecho amar la lectura, se le da bien transmitir sus aficiones porque las expone de una forma tan... apasionada que al que no le guste no tiene corazón. Así que he abierto una editorial en la que trabajo de jefe junto a Liam. Él fue el primero que me hizo sentir y lo sigue haciendo. Nuestra amistad es irrompible, eso seguro. Y la verdad es que nos va bastante bien, fíjense que más o menos gano lo mismo que en el narcotráfico y yo ganaba muchísimo.

Victoria ha comenzado a ir a la universidad y está estudiando magisterio porque dice querer impartir clases a los niños antes de que vayan al instituto y sean incontrolables. La verdad es que tengo claro que realmente le gusta eso porque siempre llega a casa con una sonrisa enorme en sus preciosos labios y en la hora de la cena habla animadamente sobre sus profesores y la forma en la que explican. Hace que sonría cada día.

Tampoco vivimos en la misma casa, nos mudamos a una casa familiar en la ciudad y ya no tenemos servicio, según Victoria nosotros debemos saber llevar una casa así que solo viene el servicio de limpieza un día a la semana.

Su amiga Nicole ahora es diseñadora de moda femenina y la verdad es que me gusta lo que crea, Victoria lleva a menudo ropa que ella le hace. No me siento orgulloso de la forma en la que se conocieron pero debo admitir que son almas gemelas la una de la otra. Jamás había visto una amistad parecida. Es incluso más fuerte que el que tenemos Liam y yo.

La otra amiga de Victoria, Daniela, ha crecido un poco, lo último que le quedaba por creer y ha abierto una tienda de ropa en la que vende las creaciones de su amiga Nicole. Se ha casado con Manuel. Llevan saliendo dos años y unos días y ya se han casado. Son los tíos postizos y ahora tutores legales de Lucía y los tres están bien así.

La niña está creciendo muy bien y no le falta amor de nadie en el grupo. Marcus estaría muy feliz si estuviese aquí, aunque Victoria la llevó a verlo unas cuantas veces. Según ella, le prometió a Marcus que llevaría a Lucía ella misma y así ha hecho.

Manuel ha abierto un campamento juvenil de verano y se está forrando. Este tío sabe ganar dinero desde siempre.

Enzo ha abierto una consulta por lo que ahora es más profesional y ha subido muchísimo en cantidad de pacientes. Aunque eso no es bueno del todo porque quiere decir que hay mucha gente mal... bueno, el caso es que Enzo los ayuda, es lo que cuenta.

Las demás madres beben zumo de manzana y ríen mirando a sus hijos jugar entre ellos. La verdad es que los bebés son una monada, pero ninguno como mi hijo. Él es lo mejor que me ha pasado en la vida, incluso mejor que Victoria aunque estén casi en el mismo nivel. Con ella sentí amor, un amor muy extraño y potente pero con Perseo siento otro tipo de amor. No sabría definirlo con exactitud pero es como si millones de corazones golpeasen el mío pero en vez de causarme dolor, me causa... ¿Cómo lo diría? ¿Admiración? ¿Protección? ¿Orgullo? No, creo que eso solo puede explicarse como: amor paternal.

Mi chica se acerca a mí con una sonrisa y mi cabeza se preocupa y comienza a pensar, a arrepentirse y a darme ganar al mismo tiempo. Así que hago lo que mi corazón me dice que haga.

Me postro sobre una rodilla, meto la mano en mi bolsillo y saco una cajita de terciopelo. Entonces veo la expresión de Victoria, parece feliz y comienza a llorar. ¿Emocionada quizás?

Abro la cajita y abro la boca para hablar pero no me salen las palabras porque mis ojos no paran de derramar lágrimas.

Abro la boca para hablar de una vez, para hacer la gran pregunta pero no puedo. No puedo porque Victoria se ha lanzado contra mí y ha acabado sobre mí besándome con ansias. Entonces se separa y me sonríe con la cara llena de lágrimas.

-Sí, quiero, Aiden. Sí quiero casarme contigo- la calma me inunda el pecho como una cálida estufa-. Pero conservaré mi apellido- reímos y aunque sé que lo dice en serio, no me importa porque sé la razón y eso solo me da más calma.

Las madres aplauden y yo la beso recordando todos los momentos que pasé con ella. Tanto los buenos como lo malos hasta que llego justo a la razón de su apellido.

Es la única Carson de su familia que queda y eso la llena de orgullo y responsabilidad.

Fin.

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